De Nadine, Michou y Lulu
Nadine y Michou Dumont son dos ancianas hermanas belgas, menudas y apacibles, con un cabello de algod¨®n que les hace parecer a¨²n m¨¢s fr¨¢giles. Pero han sobrevivido a una guerra, a la Resistencia y a un campo de concentraci¨®n nazi.
En 1941, ambas actuaban como enlaces en la l¨ªnea B¨¦lgica-Par¨ªs de Com¨¨te. Las dos hermanas son de las pocas personas supervivientes de quienes crearon la organizaci¨®n. Tras la ca¨ªda de la direcci¨®n, en enero del 44, Nadine se qued¨® sola. Entonces march¨® a Anglet para engrosar la red vasca.
"La primera vez que pas¨¦ la frontera" -je fais la montagne, dice en su recuerdo- "lo hice con Florentino y con un boy. As¨ª llam¨¢bamos a los aviadores ingleses. Fue en febrero del 44. Imag¨ªnese, dos noches caminando sobre la nieve con alpargatas. La traves¨ªa fue penosa. ?El co?ac de Florentino? S¨ª, tuve que probarlo, mas que nada para evitar que ¨¦l acabara con toda la botella. Tras vadear en la oscuridad las fr¨ªas aguas del Bidasoa dormimos en Vera. Mi contacto en San Sebasti¨¢n era un tal Ricardo". Ambas fueron detenidas y terminaron en el campo de concentraci¨®n de Ravensbruck.
Las mujeres del Cometa, tan importantes, con ese aire inocente que tanto confund¨ªa a los alemanes, tantas mujeres, tan sufridas y sacrificadas (un 35% de los agentes de la l¨ªnea ejecutados o muertos tras su deportaci¨®n eran mujeres). Mujer era Andr¨¦e de Jongh , la grande D¨¦d¨¦e, creadora y m¨¢xima responsable de la l¨ªnea vascofrancesa hasta Gibraltar, activa, inteligente, valiente, bella, incansable. Nadie la hubiera cambiado por diez hombres, ni siquiera por diez valiosos pilotos.
Mujer, o mejor dicho casi una ni?a, era Lulu Dessi¨¦ cuando entr¨® a formar parte de la organizaci¨®n: "Fue a trav¨¦s de mi padre. Era jefe de Correos en Bayona. All¨ª, en la Poste, los alemanes instalaron dos salas de mensajes telegr¨¢ficos, confiando en que los franceses no entender¨ªan nada de alem¨¢n. Pero mi padre ten¨ªa un colega alsaciano que dominaba esa lengua. Durante un tiempo espi¨® las comunicaciones de los nazis. Luego pas¨® a prestar otro servicio a la red.
- ?Cu¨¢l?
- Recoger, esconder y refugiar en casa a los pilotos aliados. Ah¨ª empec¨¦ yo a colaborar en Com¨¨te y tambi¨¦n mi madre, a¨²n sabiendo el riesgo que asum¨ªamos.
- El fusilamiento o el campo de concentraci¨®n.
- S¨ª. Nosotras acabamos en Ravensbruck. Ocurri¨® tras la ca¨ªda de Ded¨¦e en Urrugne, en el caser¨ªo Bidegain Berri, propiedad de Frantxia Usandizaga. Un tal Donato, criado de un caser¨ªo contiguo, nos delat¨® por dinero. Los alemanes arrestaron a todos los que se escond¨ªan all¨ª. Uno de los aviadores detenidos se hab¨ªa ocultado en nuestra casa. Los alemanes le pasearon por toda Bayona hasta que reconoci¨® nuestra casa. La Gestapo nos detuvo a los tres, a mi padre, a mi madre y a m¨ª. Mi padre fue deportado al campo de Buchenwald , mientras mi madre y yo fuimos enviadas a Ravensbruck, junto a Usandizaga. Nosotras logramos sobrevivir. Ella, no. Muri¨® all¨ª de pena.
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