La juventud, a hombros
Los m¨¢s j¨®venes, Mart¨ªn Burgos y Diego Ventura, salieron a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe, con m¨¢s m¨¦ritos el segundo que el primero, pero la corrida no dej¨® de ser un espejo del rejoneo moderno en el que los c¨¢nones parecen olvidados y se premia la espectacularidad por encima de la ortodoxia. El p¨²blico heterog¨¦neo no es exigente y gusta de cabriolas y carreras varias; no valora las pasadas en falso ni la colocaci¨®n de rejones y banderillas a la grupa. Por su parte, los caballeros buscan con rid¨ªculo af¨¢n el aplauso f¨¢cil, tanto que alguno, como Moura, da una vuelta al ruedo por su cuenta, y otro, como Hern¨¢ndez, sale hasta los medios a solicitar una ovaci¨®n cuando el p¨²blico guarda silencio.
La verdad es que fueron dos horas de toreo moderno en el que el aburrimiento domin¨® la primera parte, y las prisas espectaculares, no exentas de momentos brillantes, en los tres ¨²ltimos toros.
Lo cierto es que los ejemplares de J¨®dar y Ruchena fueron enemigos declarados por su falta de casta y de bravura. Todos ellos se pararon al primer envite y cost¨® un mundo que persiguieran a las cabalgaduras. Pero los caballeros, sobre todo los m¨¢s maduros, no supieron o no pudieron superar tal adversidad y las ilusiones se fueron apagando a medida que se suced¨ªan las pasadas en falso.
El portugu¨¦s Moura lleva muchos a?os montado a caballo y la experiencia es un grado. Consigui¨® encelar a su toro y destacar en banderillas, especialmente en dos pares al quiebro con el caballo detenido a escasos metros del burel. Cuando termin¨® una actuaci¨®n aseada, se dio una vuelta al ruedo porque ten¨ªa ganas de despedirse hasta el a?o que viene.
No pudo lucir Leonardo Hern¨¢ndez por culpa de otro mulo que no le ofreci¨® facilidades. Es verdad, sin embargo, que no fue el rejoneador seguro que triunf¨® en la pasada Feria de Abril. No estuvo fino a la hora de clavar, se dej¨® atropellar los caballos y mat¨® mal. Sin pena ni gloria pas¨® Luis Domecq en una actuaci¨®n tan sobria que result¨® triste y fr¨ªa. No consigui¨® enardecer al p¨²blico y se fue tan en silencio como lleg¨®.
Debut¨® Mart¨ªn Burgos en esta plaza y le toc¨® en suerte el ¨²nico toro codicioso de la tarde. El p¨²blico se le rindi¨® al clavar banderillas y rosas y despu¨¦s se le rindi¨® un ben¨¦volo presidente concedi¨¦ndole dos inmerecidas orejas. A buena altura brill¨® Andy Cartagena con otro manso al que templ¨® con maestr¨ªa y no poco esfuerzo. Se luci¨® en banderillas y puso al p¨²blico en pie con las cabriolas de sus caballos y la suerte del tel¨¦fono.
Cerr¨® la tarde Diego Ventura con una actuaci¨®n de gran altura. Clav¨® banderillas al estribo, se luci¨® a dos manos y mat¨® de un certero rej¨®n en todo lo alto. Con toda justicia las dos orejas fueron a parar a sus manos.
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