La sinagoga mayor de Barcelona
Voy paseando por el Call de Barcelona -el antiguo barrio jud¨ªo- con Miguel Iaffa, el fact¨®tum de la sinagoga de la calle de Marlet. Me cuenta su historia.
"Mi padre era argentino, de Buenos Aires. En 1937 vino como voluntario a las Brigadas Internacionales. Lleg¨® a ser capit¨¢n sanitario del ej¨¦rcito republicano y dirigi¨® un hospital de campa?a en Mar?¨¤, junto a Falset. Ah¨ª nac¨ª yo, de madre catalana, en 1939. Mi padre estuvo un a?o preso, pero tuvo suerte, ya que era amigo de la infancia del ch¨®fer del presidente argentino Ortiz, a trav¨¦s del cual consigui¨®, primero, que no lo fusilaran, y luego, que lo liberaran. Cuatro a?os m¨¢s tarde, despu¨¦s de unas cuantas peripecias novelescas, pudimos llegar a Buenos Aires. All¨ª crec¨ª en el seno de la familia de mi padre, jud¨ªos de Lituania y Ucrania. Mi padre y sus hermanos llevaban su juda¨ªsmo con un gran orgullo. A veces, incluso con un orgullo agresivo".
Miguel Iaffa ha impulsado la recuperaci¨®n de uno de los restos m¨¢s antiguos de la presencia jud¨ªa en Europa: la sinagoga mayor de Barcelona
"Me instal¨¦ en Barcelona en 1975. Desde chiquil¨ªn he sido un apasionado de la historia; he le¨ªdo mucho. Entre 1972 y 1973 hice un curso de Historia Medieval de Francia, en Par¨ªs, en la Escuela de Altos Estudios Hist¨®ricos, dependiente de La Sorbona. Tengo una gran biblioteca sobre el tema de los sefarditas, un asunto que me interesa especialmente. La familia materna de mi madre sab¨ªa, por tradici¨®n oral, que eran jud¨ªos conversos. Descubr¨ª al llegar a Barcelona que, desde el punto de vista de los estudios hist¨®ricos, hab¨ªa un gran vac¨ªo en lo referente a su pasado jud¨ªo. Los principales historiadores hab¨ªan aportado datos muy escasos sobre la cuesti¨®n".
"Yo paseaba todos los d¨ªas por el Call intentando encontrar alg¨²n indicio que apuntara a la sinagoga mayor de Barcelona. Le¨ª en el Talmud que las sinagogas deb¨ªan tener uno de los frentes orientados hacia Jerusal¨¦n, con ventanales para que entrara la luz que ya hab¨ªa pasado por la ciudad santa. Eso me puso un poco sobre la pista. En 1985 me compr¨¦ una br¨²jula muy primitiva y segu¨ª recorriendo el Call, hasta que un d¨ªa descubr¨ª, en la calle de Marlet, un edificio que cumpl¨ªa todos los requisitos: un muro, entre dos ventanales, apuntaba al sureste".
"En 1987, el gran historiador Jaume Riera i Sants public¨® un folleto editado por la Generalitat, llamado Catalu?a y los jud¨ªos, en el que se inclu¨ªa una foto del edificio que yo hab¨ªa identificado. Estaba basado en un documento del a?o 1400 en el que constaba el recorrido de un cobrador de impuestos del Call. Acababa justo en esa esquina de la calle de Marlet. Me dije: 'Bueno, ya est¨¢, ahora har¨¢n lo que hay que hacer para rescatar la sinagoga'. Pero pas¨® el tiempo, pas¨® el 92 y comprob¨¦ que no se hac¨ªa absolutamente nada".
"Un d¨ªa, en 1996, pude asomarme al recinto, ya que la puerta estaba abierta. Era un dep¨®sito de material el¨¦ctrico lleno de cosas obsoletas: un desastre. Averig¨¹¨¦. Estaba en venta. Con la ayuda de un buen amigo, pude comprar el edificio. Limpiarlo, llegar a ver piedras, fue un trabajo muy arduo. Pero ah¨ª estaban".
"Conoc¨ª a Jaume Riera i Sants, quien volvi¨® a escribir un art¨ªculo sobre el Call y el recorrido del recaudador de impuestos. Tengo que decir que, a lo largo del proceso, la reacci¨®n de las instituciones fue desigual, aunque la nota dominante fue el escepticismo. Aunque quienes debieron haberse ocupado no lo hicieron, parec¨ªa que les molestara que la sinagoga mayor de Barcelona estuviera en manos de un particular. Pero claro, yo nunca imagin¨¦ que acabar¨ªa asumiendo ese rol; si lo hice fue para llenar un vac¨ªo".
"Con unos cuantos amigos formamos una asociaci¨®n para la recuperaci¨®n de la sinagoga: Associaci¨® Call de Barcelona. Hicimos dos prospecciones arqueol¨®gicas por cuenta propia. Luego, a trav¨¦s de Pilar Rahola, a la saz¨®n concejal de Turismo y Comercio, conseguimos que el Ayuntamiento financiara la tercera exploraci¨®n arqueol¨®gica. Sacamos 60 toneladas de tierra y acabamos de corroborar, in situ, que nuestras previsiones eran correctas. Por supuesto, las obras costaron mucho m¨¢s caras de lo que cubr¨ªa la subvenci¨®n, con lo cual a¨²n estoy endeudado. A cada santo una vela, como dice el refr¨¢n".
"Llegar a ver las antiguas piedras fue un ¨¦xito. La segunda gran satisfacci¨®n fue comprobar, mediante una cata arqueol¨®gica, la presencia de restos de la ¨¦poca romana. Es muy probable que el recinto ya fuera sinagoga en el siglo III -un edificio p¨²blico orientado hacia el foro romano-, lo cual la convertir¨ªa en la presencia jud¨ªa m¨¢s antigua de Europa".
Hay un milenario y todav¨ªa vibrante componente jud¨ªo en el alma de Catalu?a. El cronista recuerda c¨®mo sinti¨® la vigencia de ese esp¨ªritu al llegar a Barcelona, su sorpresa al descubrir la coincidencia de tantos rasgos idiosincr¨¢ticos. ?Si hasta los mismos chistes que o¨ªa en su juventud porte?a, nieto de jud¨ªos lituanos, rusos y moldavos -chistes sobre jud¨ªos-, los volvi¨® a o¨ªr aqu¨ª convertidos en chistes sobre catalanes!
La antigua sinagoga mayor de Barcelona, primorosamente recuperada, se puede visitar en la calle de Marlet, 5. Para consultar horarios y actividades, ll¨¢mese al 93 317 07 90.
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