La Carmen revolucionaria
C¨®rdoba acoge el estreno de la pel¨ªcula de Vicente Aranda, una tragedia de amor y lucha por la libertad
Muchas veces los personajes hist¨®ricos crecen, precisamente, porque han ido contra el momento en que les ha tocado vivir, sobre todo cuando el tiempo les da la raz¨®n. El personaje de Carmen, interpretado por Paz Vega en la pel¨ªcula de Vicente Aranda, anda por esas ramas. El realizador catal¨¢n, antes del estreno de la cinta, anoche en el Gran Teatro de C¨®rdoba, dej¨® claro que ha ido m¨¢s all¨¢ del relato del escritor franc¨¦s Prosper M¨¦rim¨¦e, que inspira la cinta, para tener en cuenta la crueldad represiva por la pas¨® Espa?a entre 1823 y 1833.
As¨ª, Carmen se convierte en un rechazo frontal a la D¨¦cada Ominosa, nombre con el que fue bautizado el reinado de Fernando VII. "Me costaba creer que Carmen estuviera aislada de ese contexto", explic¨® el realizador. Precisamente, uno de los cambios que Aranda introduce en la obra de M¨¦rim¨¦e es la figura de Jos¨¦ Lizarra Bengoa, El Navarro, encarnado por Leonardo Sbaraglia.
El Navarro pasa de ser un seminarista en la obra original a un militar en alza, cuya carrera sucumbe ante los encantos de Carmen. "Me atra¨ªa que alguien sujeto a una moral tan r¨ªgida como la de la ¨¦poca matara a cinco personas y, adem¨¢s, por amor", argument¨® Vicente Aranda. Precisamente, la primera de esas muertes llega por celos de El Navarro a un rango superior, lo que desencadena su salida de la r¨ªgida cadena del poder absolutista. Es cuando Carmen le susurra al o¨ªdo que al salir del ej¨¦rcito gana su libertad.
Pero, adem¨¢s de una protesta contra el absolutismo, Carmen es sobre todo una historia de amor marcada por el delirio de posesi¨®n de El Navarro y las ansias de libertad de la protagonista. En la pel¨ªcula, el primero es el ejemplo de fidelidad ciega, hasta la locura, y la segunda es la estampa de la promiscuidad, lo perverso y lo seductor, m¨¢xime cuando la vida le dio a Carmen su cuerpo como mejor herramienta de subsistencia.
Otra caracter¨ªstica de la Carmen de Aranda es su libertad. Paz Vega interpret¨® ayer esta lucha por ser libre en el contexto que le enmarca: "No es que fuera mala y perversa como se le describe; en aquella ¨¦poca se le ped¨ªa ser madre, sirvienta y esposa; pero ella decide su libertad, incuso su propia muerte, aunque para ello tenga que mentir, estafar o asesinar".
Pero Aranda ha querido que, adem¨¢s de ese matiz de libertad, el personaje de Carmen lleve la traza de mujer fatal. "He procurado que fuera seductora y perversa; Carmen significa la mujer fatal que hay en todas las culturas, incluso Mae West es heredera de Carmen", afirm¨® el realizador en referencia a esta actriz norteamericana que encarn¨® No soy un ¨¢ngel (1933). ?sa es la fatalidad que lleva al tr¨¢gico desenlace del amor entre El Navarro y Carmen.
Vicente Aranda retrata ese amor y sus desaires con provocaci¨®n, con la sensualidad que emana Paz Vega, la cual hizo evidente en Luc¨ªa y el sexo. Esa provocaci¨®n y ese ir y venir de la voluntad de Carmen son sufridas por el personaje de Jos¨¦ Lizarra Bengoa hasta la extenuaci¨®n mental. Leonardo Sbaraglia asegur¨® que no se sinti¨® como un sufridor: "Disfruto con lo que hago; ha resultado un juego delicioso".
En una presentaci¨®n en la que qued¨® al margen la pol¨¦mica entre Aranda y el productor de la pel¨ªcula, Juan Alexandre, el realizador detall¨® por qu¨¦ se descart¨® el rodaje de diez minutos m¨¢s previstos en el gui¨®n: "Nos ahorr¨¢bamos una semana de rodaje y era una parte suprimible", dijo. Los diez minutos cortados "ayudaban a seguir descubriendo a Carmen", matiz¨® Aranda. La pel¨ªcula descansa en la narraci¨®n de Jos¨¦ Lizarra Bengoa y el propio Prosper M¨¦rim¨¦e, interpretado por Jay Benedict.
"Gazapos voluntarios"
Un rodaje entra?a lo que Vicente Aranda llam¨® ayer "gazapos voluntarios". As¨ª, las Caballerizas Reales de C¨®rdoba se convirtieron, por exigencias del gui¨®n, en la f¨¢brica de tabaco de Sevilla, donde la cigarrera Carmen enganch¨® en sus redes al militar Jos¨¦ Lizarra Bengoa y dio nociones de su genio con un corte en la cara a una compa?era de trabajo deslenguada.
Vicente Aranda pidi¨® ayer disculpas por adelantado: "Tengo miedo de no haber correspondido a la ciudad [C¨®rdoba] todo lo que hubiera querido". Matiz¨® que las Caballerizas Reales eran lo m¨¢s parecido a la f¨¢brica de tabacos de Sevilla. Tambi¨¦n puntualiz¨® que un contraluz cambi¨® la direcci¨®n correcta de la galopada huidiza de Carmen y Jos¨¦ Lizarra Bengoa sobre el Puente Romano.
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