"Llego al trabajo dos horas tarde y con un golpe en el parachoques"

Detr¨¢s de los limpiaparabrisas, ayer hubo miradas para todos los gustos: resignadas, disgustadas, iracundas, sorprendidas... hasta alguna divertida. Los conductores aguantaron el chaparr¨®n como mejor pudieron, resguardados en sus coches y muy apremiados. Esas prisas fueron las responsables de gran parte de los accidentes que se produjeron ayer en la capital.

Eva Mu?oz, dentro de un Seat Toledo, se quejaba de los "frenazos repentinos". "Iba por la M-30 cuando el coche de delante ha parado de repente. Me ha patinado algo el coche y me lo he comido. No s¨®lo llego dos horas tarde al trabajo, sino que, adem¨¢s, me llevo un golpe en el parachoques de propina. Algo tiene que fallar en el tr¨¢fico de esta ciudad para que cada vez que llueve se monten estos follones". Id¨¦ntica protesta hac¨ªa Vicente Losada despu¨¦s de ver c¨®mo su viaje habitual de 20 minutos se eternizaba hasta las casi tres horas: "No puede ser que caigan cuatro gotas y se colapse toda la ciudad... ?Alg¨²n responsable habr¨¢!".

Otros optaron por tom¨¢rselo con filosof¨ªa. ?se fue el caso de Sandra V¨¢zquez, que acud¨ªa con su hijo Mario a la consulta del m¨¦dico. "Ten¨ªamos que haber cogido el metro, pero ya es tarde para arrepentirse. Ahora, lo importante es que lleguemos sanos y salvos a la consulta".

Y fuera de los coches, ?qu¨¦ ocurri¨® con los peatones? "Es imposible cruzar la calle. Con este atasco, los sem¨¢foros est¨¢n de adorno y la polic¨ªa no puede estar en todas partes", contaba Alberto Arribas mientras intentaba atravesar la plaza de Espa?a. Luego, gir¨® la mirada hacia los automovilistas: "Al menos ellos van secos y calentitos".