"En la incertidumbre hay m¨¢s libertad"
Una estaci¨®n de b¨²squeda. De s¨ª misma y sus alrededores. Eso fueron para Soledad Pu¨¦rtolas los a?os noventa. Un viaje que se refleja en dos de sus novelas: Si al atardecer llegara el mensajero (1995) y La rosa de plata (1999). En la primera, un habitante del cielo llega para evaluar si es conveniente que cada uno sepa la fecha de la muerte, mientras la segunda est¨¢ en la estela del mito art¨²rico.
PREGUNTA. Los dos libros tienen en com¨²n el rescate: individual y espiritual.
RESPUESTA. A veces me siento sofocada por la realidad y as¨ª he querido acercarme a ella de otro modo. Quer¨ªa irme muy lejos y cuando me di cuenta estaba en el cielo y pude ver la tierra desde otro punto de vista.
P. Llegaron con la era de Acuario, un mundo m¨¢s humano y de b¨²squedas, ?por qu¨¦ entrar en esa tendencia?
R. Eso estaba en el aire, y yo ten¨ªa la necesidad de buscar algo menos agarrado a la realidad. Ahora rememoro los libros y compruebo que son biogr¨¢ficos porque marcan una etapa de mi vida.
P. Como revisar las conductas.
R. Buscaba estar mejor, cambiar cosas y hallar aquellas que me dieran m¨¢s satisfacci¨®n. Entonces recurr¨ª a la invenci¨®n, a la literatura, hasta que me encontr¨¦ con un dios que dudaba, ?y si ¨¦l estaba as¨ª, c¨®mo estar¨ªamos nosotros?
P. ?Debemos conocer la fecha de muerte, como plantea uno de sus personajes?
R. No quiero saber nada de eso. No saberlo es una apuesta por la libertad. Cuanto menos sepa lo que me va a pasar, mejor, m¨¢s libre soy. En la incertidumbre hay m¨¢s libertad. Y en la espera del azar hay m¨¢s vida.
P. Sin embargo, cada vez m¨¢s gente consulta a magos, adivinos o astr¨®logos.
R. Y algunos pol¨ªticos se ponen en sus manos. Habr¨ªa que ver para qu¨¦ sirve saber el destino. Prefiero que la vida me sorprenda.
P. Pero con la gen¨¦tica empieza a planificarse la vida.
R. Eso te asusta. No lo acabo de ver.
P. ?Ni la inmortalidad planteada en el libro?
R. Cuando oigo hablar del alargamiento de la vida, digo: "Dios m¨ªo, no quiero vivir tanto". Lo que quiero es salud y estar bien. En principio no me parece mal que la vida tenga un plazo. No lo s¨¦, ?a lo mejor es estupendo vivir hasta los 200 a?os! No me opongo al bienestar. Pero del alargamiento de la vida a ultranza, ni hablar. Adem¨¢s a los ancianos cada vez se les trata peor.
P. ?Cree m¨¢s al protagonista del libro, que piensa que el amor es un anticipo de inmortalidad?
R. Es un sentimiento de tanta intensidad que lo borra todo. Esa emoci¨®n es la eternidad. Aunque contenga tambi¨¦n la otra cara de la moneda, la fugacidad. Quiz¨¢ todo su valor radica ah¨ª: eternidad y fugacidad a la vez.
P. ?Por qu¨¦ cree que tras unos a?os de abundante publicaci¨®n de autores espa?oles ahora empiezan a disminuir?
R. Son movimientos pendulares. Hubo un momento de mucha creatividad, y ahora, tal vez, los editores han recelado. Estamos hablando de un sistema de mercado en el que ha habido un desenga?o de muchos tipos. Puede ser que el lector de literatura espa?ola no acaba de cuajar. O que no termina de encontrar lo que busca. Cada una de las partes que influyen en el mundo de la literatura tiene su grado de verdad.
P. ?Alg¨²n autor, espa?ol o extranjero, que valga la pena leer de verdad?
R. La canadiense Alice Munro, sin duda.
Soledad Pu¨¦rtolas. Si al atardecer llegara el mensajero. Quinteto. Barcelona, 2003. 232 p¨¢ginas. 5,95 euros. La rosa de la plata. Espasa. Madrid, 2003. 264 p¨¢ginas. 6,95 euros.
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