"Mi propuesta es un museo al servicio de la colecci¨®n"
Frente a la tendencia contempor¨¢nea que centra la atenci¨®n de los museos en su continente, Patxi Mangado (Estella, 1957) ha dise?ado una nueva sede para la colecci¨®n de arqueolog¨ªa de la Diputaci¨®n alavesa que parte del respeto al contenido. As¨ª, ha pensado en una discreta y sugerente urna de bronce con reflejos de alabastro que se abre para introducir al visitante en un viaje al pasado con los hallazgos arqueol¨®gicos como hilo conductor.
Ahora bien, Mangado no ha dejado de lado en esta ocasi¨®n su capacidad creadora. "Mi propuesta es un museo al servicio de la colecci¨®n que alberga, pero ser¨¢ arquitectura significada, que no olvida su integraci¨®n en el casco hist¨®rico de Vitoria y con la consideraci¨®n m¨¢xima hacia la funci¨®n a la que est¨¢ destinado", recuerda. El arquitecto navarro es una de las referencias imprescindibles en su campo, como bien reflejan sus proyectos de auditorios para ?vila, Palencia o Pamplona.
Mientras espera la inauguraci¨®n de ¨¦ste ¨²ltimo dentro de 20 d¨ªas, insiste en su alejamiento de cualquier arquitectura egoc¨¦ntrica. "Creo que es necesario respetar el contexto. Ah¨ª est¨¢ el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona, realizado por Richard Meier, que se afirma de manera aut¨®noma en pleno casco hist¨®rico de la ciudad. Nunca he tenido esa tentaci¨®n, y m¨¢s en este caso, en el que el edificio se construir¨¢ junto al Palacio de Benda?a, que alberga el Museo de Naipes", aclara.
La propuesta parte de una met¨¢fora: el museo como cofre que alberga tesoros hist¨®ricos. En palabras de su autor, "las referencias arqueol¨®gicas comienzan desde el exterior, ya que est¨¢ elaborado con piezas de fundici¨®n de bronce. Adem¨¢s, la luz penetra a trav¨¦s de unas cristaleras de un vidrio que imita el alabastro".
El interior se ha establecido como un lugar acogedor, donde impere la contemplaci¨®n de lo expuesto. "No puede ser un espacio ordenador de cosas, tampoco un juego de arquitectura bella, pero distante; ha de ser un lugar que sea capaz de evocar aquellos sitios y gentes del pasado idealizados en nuestra imaginaci¨®n a partir de un peque?o fragmento de cer¨¢mica", dice quien ha optado para las salas de exposiciones por una madera oscura en suelos y techos.
En esos espacios, con aire de cavernas inici¨¢ticas, los hallazgos arqueol¨®gicos surgir¨¢n como puntos de luz, gu¨ªas de un itinerario que se completa con una poderosa retaguardia did¨¢ctica, con el uso de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas. Es decir, que frente a ese exterior quiz¨¢s bastante herm¨¦tico, el interior se presenta amable, e integrado en el edificio gracias a la luz de los citados prismas de vidrio. Como resume Patxi Mangado: "El proyecto no se queda en la mera aportaci¨®n caligr¨¢fica, superficial, sino que quiere que la visita (el fin principal del museo) sea divertida hasta para los m¨¢s peque?os".
Mientras espera que comiencen las obras, el arquitecto navarro no para. Adem¨¢s de trabajar en los citados auditorios, est¨¢ proyectando la Plaza de Dal¨ª en Madrid, una intervenci¨®n urban¨ªstica compleja, como ha sido su intervenci¨®n en la c¨¦ntrica plaza de Pey-Berland, en Burdeos. Este a?o ha sido galardonado en los pasados premios del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro por una vivienda unifamiar en Gorraiz (Navarra) y un edificio de viviendas sociales en Vitoria.
Y sin olvidar su actividad docente, en Europa y Estados Unidos, donde trata de difundir su apuesta por una arquitectura integrada: "El concepto de belleza ha de estar ligado al de servicio a la sociedad".
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