No a la posguerra
Pocas quedan de aquellas pancartas contra la guerra que en primavera nos florecieran en los balcones. Artesanales o compradas, primorosas o improvisadas, llegaron a formar parte sustancial del paisaje urbano en muchos barrios. Transcurrido el tiempo, los vientos y los calores, acabamos retir¨¢ndolas con el ¨¢nimo tan mostoso como la tela, tan resquebrajado como el pl¨¢stico.
Pero algunos recalcitrantes mantienen almidonada la s¨¢bana, el cartel en el coche, o siguen luciendo la camiseta que se reparti¨® en la Feria del Libro pese a que en Bagdad ya campara entonces el miles gloriosus. El no se ha renovado tambi¨¦n en el barrio del Carmen de Valencia, en las vallas pintadas y en una especie de dazibao llamado Muro de la Resistencia que pronto quedar¨ªa cuajado de mensajes libres, escritos en directo o recibidos por Internet.
Las manifestaciones ya no son lo que eran, cierto, pero no porque haya perdido sentido este rechazo sostenido. Vencieron, pero cada d¨ªa es m¨¢s evidente que ya no convencen, ni siquiera a los antes seducidos: la invasi¨®n ha provocado la resistencia de la poblaci¨®n civil y azuzado el benladismo que dec¨ªan combatir. En cuanto a los tentados por la lluvia de "bienes incalculables" prometida por Bush Brother, ya se ve que la ocupaci¨®n no supone m¨¢s que un derroche indecente de recursos (cuesta m¨¢s mensualmente que la ayuda mundial al desarrollo en un a?o).
No hay anacronismo en la obstinaci¨®n contra la guerra. Por eso llevo meses renovando la pegatina en mi buz¨®n de correos, aunque alg¨²n censor an¨®nimo se moleste, casi cada d¨ªa, en arruinarse las u?as para arrancarla. A¨²n me quedan muchas pegatinas. Y muchas razones. Y todav¨ªa m¨¢s verg¨¹enza tras ver a Trillo sacando pechito en sus equivocados v¨ªtores.
Adem¨¢s, el tiempo tambi¨¦n acaba siendo cruel con los inquisidores. La enorme pintada de la fachada, que el Ayuntamiento se dio tanta prisa en tapar en abril con una capa ahora devorada por el sol, asoma de nuevo con su contundente no. R¨¢scate esa si te atreves, valiente. Y Viva Honduras.
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