Barcos hechos a mano
Jos¨¦ Zamudio construy¨® las tres r¨¦plicas de las carabelas de Col¨®n que est¨¢n en La R¨¢bida
En el taller de Jos¨¦ Zamudio, de 62 a?os, natural de Isla Cristina (Huelva), uno de los escasos carpinteros de ribera que quedan en Espa?a, permanecen anclados barcos que han hecho historia: un gale¨®n que particip¨® en la batalla de Trafalgar en 1805 o las tres carabelas que cruzaron con Cristobal Col¨®n el Atl¨¢ntico rumbo a Am¨¦rica. Son maquetas de 1,50 metros pero Jos¨¦ Zamudio ha dedicado toda su vida a la construcci¨®n de embarcaciones reales con las que los pescadores de Isla Cristina se han ganado el pan. El carpintero de ribera constituye en esta localidad costera m¨¢s que una tradici¨®n. "Mi vida siempre ha estado ligada a la construcci¨®n naval. Mi padre y mi abuelo eran carpinteros de ribera y este oficio se hereda", dice.
Isla Cristina alberga la mayor flota pesquera onubense y ha sido el puerto m¨¢s importante de la provincia. Hace unos a?os, cuando la pesca era un sector en alza y tiraba de la econom¨ªa del pueblo, los carpinteros de ribera no daban abasto: "Siempre hemos estado muy solicitados. Hemos tenido mucho trabajo porque el puerto ha necesitado una flota abundante. Ha habido armadores que han tenido que esperar m¨¢s de dos a?os para que les fabric¨¢ramos un barco", afirma.
Zamudio comenz¨® en el oficio siguiendo la evoluci¨®n natural de un hombre que vive en una familia dedicada a la carpinter¨ªa de ribera. Con 12 a?os empez¨® a ayudar a su padre y construy¨® su primer barco, que llam¨® El ni?o de los mares. Ten¨ªa tres metros y lo fabric¨® para las fiestas de la Virgen de el Carmen, la patrona de los marineros. Antes de cumplir los 18 ya hab¨ªa construido su primer barco pesquero. Y de estos primeros pinitos pas¨® a la fabricaci¨®n profesional y a la creaci¨®n de verdaderas obras de arte.
Zamudio es el art¨ªfice de la r¨¦plica de las tres carabelas de Cristobal Col¨®n expuestas en La R¨¢bida (Palos de la Frontera, Huelva) y tambi¨¦n de la que se llev¨® a EE UU. Adem¨¢s, ha construido la fragata de 25 metros, el gale¨®n de 30 metros y las dos carabelas de 18 metros que se pueden ver en el parque de Isla M¨¢gica, en Sevilla. "Estos barcos no van completos. Los hice por m¨®dulos en los astilleros de Isla Cristina. Despu¨¦s resultaron aut¨¦nticos a pesar de que est¨¢n construidos a base de hormig¨®n, cemento y otros materiales", explica. Zamudio est¨¢ inmerso ahora en la construcci¨®n de la maqueta de un nuevo barco: La Santisima Trinidad. "Es el barco m¨¢s grande que exist¨ªa en Espa?a y se hundi¨® cuando los ingleses trababan de remolcarlo a Gibraltar", afirm¨®.
Los carpinteros de ribera, como Zamudio, no utilizan planos. Conocen las proporciones b¨¢sicas entre la longitud y la eslora, el ancho o la manga, el puntal o altura desde la quilla hasta la cubierta superior. No tienen la teor¨ªa, pero se saben al dedillo la pr¨¢ctica: "He trabajado con muchos ingenieros y a muchos de ellos les he tenido que dar clases para indicarles c¨®mo se hacen las cosas. A un ingeniero naval le pones la madera y no sabe por donde empezar", dice.
Este carpintero est¨¢ jubilado pero ha ense?ado a su hijo, Antonio Jes¨²s, de 42 a?os, el oficio. Con la idea de que este arte no se pierda, tambi¨¦n imparte clases a los j¨®venes del pueblo.
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