Vac¨ªos
No hemos valorado lo suficiente la sensaci¨®n de vac¨ªo que nos espera cuando del friso pol¨ªtico desaparezcan Pujol, Aznar y muy probablemente Arzalluz. El primero en marcharse es Pujol y con raz¨®n se quejan los pujolistas por los muchos elogios que ahora recibe el Honorable, ratificada la costumbre espa?ola, y curiosamente tambi¨¦n catalana, de elogiar a los muertos y pulverizar a los vivos. Nunca les he votado, pero siempre he dicho que Pujol y Gonz¨¢lez han sido los mejores pol¨ªticos de la transici¨®n. Felipe Gonz¨¢lez tuvo que aprender a gobernar ocupando una administraci¨®n en buena parte todav¨ªa de dise?o franquista con escasas experiencias de poder por parte del socialismo espa?ol, casi todas vinculadas al per¨ªodo de guerra civil. En cuanto a Pujol, era un conservador-liberal-socialdem¨®crata a lo sueco mal visto por la derecha sociol¨®gica franquista catalana por su condici¨®n de torturado, condenado y encarcelado por el franquismo y no bien contemplado por la progres¨ªa porque quiso ser banquero.
Recuerdo que Ib¨¢?ez Escofet, el gran periodista director de Tele Express, me contaba sus esfuerzos para convencer al Conde de God¨® entonces reinante en La Vanguardia, de las cualidades de Pujol: Pero ha estado en la c¨¢rcel, le opon¨ªa el conde, por algo ser¨ªa. La derecha catalana apost¨® por Pujol cuando comprob¨® que ganaba, que incluso ganaba por mayor¨ªa absoluta y la base de la fuerza social del pujolismo fue interclasista, como la del general De Gaulle. Para esas bases, el Honorable interpret¨® magn¨ªficamente un papel a medias inspirado en el humorista Joan Capri y a medias en Charles Laughton, el portentoso e histri¨®nico actor ingl¨¦s. Ha sido m¨¦rito de Pujol, el ¨²nico indiscutible, que sin perder la vocaci¨®n soberanista de cualquier nacionalista, ha conservado el oremus y el sentido de la orientaci¨®n a la estela de la consigna del Rey la noche del tejerazo: Tranquil, Jordi, tranquil.
El vac¨ªo de Pujol, el de Aznar y si adem¨¢s se va Arzalluz, esta no es Espa?a, que me la han cambiado. O el PNV encuentra un heredero con su misma capacidad de provocaci¨®n o habr¨¢ que asumir el estilo del experimentado ciclista Ibarretxe al que s¨®lo la insensatez de Aznar le permite instarle a que cambie de pi?¨®n.
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