La autora sevillana Julia Uceda gana el Premio Nacional de Poes¨ªa

Le repelen las obediencias: "Soy rebelde sistem¨¢tica", asegura Julia Uceda (Sevilla, 1925), la primera mujer que gana el Premio Nacional de Poes¨ªa en Espa?a. Lo consigui¨® ayer por En el viento, hacia el mar, editado por la Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara, un volumen que re¨²ne su obra completa, donde quedan patentes todas sus obsesiones: "Los poetas no tenemos temas, sino estados de ¨¢nimo", dec¨ªa ayer desde su casa de Galicia.

El premio, dotado con 15.025 euros y que otorga el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, le alegra y le asusta. "Es una gran responsabilidad ser la primera que lo consigue, espero que as¨ª se abra un camino", dice Julia Uceda desde su casa campestre, cercana a Ferrol, donde vive con su marido desde que regres¨® a Espa?a reci¨¦n muerto Franco. Es una autora con largo recorrido, de exilios, viajes y b¨²squedas exteriores e interiores. "La poes¨ªa debe romper las fronteras de fuera y de dentro", afirma esta autora y cr¨ªtica literaria, que ha ense?ado en la Universidad de Sevilla, donde se doctor¨® en Filosof¨ªa y Letras con una tesis sobre el poeta Jos¨¦ Luis Hidalgo, y en la Michigan State University, entre 1965 y 1973.

En el exilio y en Espa?a ha publicado su obra, que empieza con Mariposa en cenizas (1959) y sigue con Extra?a juventud (1962), Sin mucha esperanza (1966), Poemas de Cherry Lane (1968), Viejas voces secretas de la noche (1981) y Del camino de humo (1994), todas reunidas en el volumen premiado ayer, En el viento, hacia el mar.

En el jurado hubo un gran elogio de Claudio Guill¨¦n y unanimidad en la decisi¨®n, seg¨²n Julia Barella, profesora de Literatura Espa?ola de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares y poeta autora de C. C. J. en las ciudades. "Es una autora de gran peso intelectual y con una voz muy fresca y realista. Esta obra es s¨®lida y profunda", afirma Barella.

Julia Uceda confirma lo del realismo. Su poes¨ªa tiene un compromiso con el mundo: "El haber sido tan n¨®mada me ha ayudado a comprender m¨¢s las verdades, las realidades, acercarme al otro y no demonizar, que es lo que parece que vuelve a ser el signo de nuestro tiempo", afirma. "Es mucho m¨¢s lo que nos une a los hombres que lo que nos separa", sigue. Son verdades que ha aprendido en varios frentes: en sus exilios, que han pasado por Estados Unidos e Irlanda, y en sus introspecciones: "Leyendo, leyendo mucho", asegura.

Esa avidez lectora la ha demostrado esta mujer tambi¨¦n en su obra cr¨ªtica. Ahora anda rescatando esa labor de an¨¢lisis para editarla en un volumen. "Como he sido muy descuidada, ahora trato de ordenar lo que he hecho y que est¨¢ desperdigado por varias revistas", cuenta.

Lo hace como declaraci¨®n de principios, para que quede y ayude quiz¨¢s a desarrollar a¨²n m¨¢s el, a su juicio, rico panorama po¨¦tico espa?ol actual: "Lo es por su variedad y su eclecticismo, y eso est¨¢ bien". Pero tambi¨¦n hab¨ªa cosas buenas antes, cuando ella despertaba como autora en esa Espa?a de misas y rosarios que dej¨® atr¨¢s: "Pertenezco a la generaci¨®n en la que los poetas eran intelectuales con firmes posiciones ¨¦ticas", recuerda.