Somarriba se cuelga el oro
La ciclista espa?ola, con tres Tours y dos Giros en su historial, se impone en la contrarreloj de los Mundiales de Canad¨¢ y consigue el t¨ªtulo que le faltaba
La ciclista espa?ola Joane Somarriba consigui¨® ayer en Hamilton (Canad¨¢) las medalla de oro en la modalidad de contrarreloj tras superar en 10 segundos a la alemana Judith Arndt y en 26 a la rusa Zabirova, que defend¨ªa el titulo conseguido el a?o pasado. La actuaci¨®n espa?ola se redonde¨® con el noveno puesto de Dori Ruano (tercera en la edici¨®n anterior). Cuando Zabirova enfil¨® la recta de meta, alguien le dijo a Somarriba que esperaba impaciente en las vallas del ¨¢rea restringida que la ciclista rusa ya hab¨ªa superado su tiempo y que por lo tanto era la nueva campeona del mundo. Somarriba se sent¨® en el suelo, escondi¨® la cabeza entre sus manos y rompi¨® a llorar de alegr¨ªa. "Me vuelvo loca de pensar que soy la campeona del mundo de contrarreloj", repet¨ªa la ciclista vizca¨ªna, que acumula en su curr¨ªculo tres Tours y un Giro femeninos y que ha conseguido dar carta de naturaleza al ciclismo femenino en Espa?a.
Somarriba se hab¨ªa dado de plazo dos a?os para ganar el Mundial, despu¨¦s de haber fracasado el a?o pasado en Portugal por culpa de una ca¨ªda. "Este a?o o el siguiente, luego lo dejo porque quiero tener un hijo" hab¨ªa afirmado la ciclista de Sopelana (Vizcaya) poni¨¦ndose una meta que ten¨ªa m¨¢s que ver consigo misma que con las circunstancias globales de este deporte.
Somarriba ten¨ªa miedo porque este a?o hab¨ªa corrido poco, se hab¨ªa dosificado especialmente, aunque se llev¨® el Tour de calle, y pensaba casi obsesivamente en el Mundial. Ven¨ªa, sin embargo, plet¨®rica, seg¨²n anunci¨® el m¨¦dico que cuida de su salud y sali¨® como un cohete. Algunas de sus rivales daban muestra de flaqueza, como la lituana Pucinkaite, la holandesa Melchers o, al final, la alemana Kupfernagel.
Cuando Somarriba pas¨® por el punto intermedio, en el kil¨®metro 8, tras el fuerte repecho inicial, pulveriz¨® todos los registros. Iba desbocada, vista al frente y con un rodar estable en el que no se apreciaban signos de desequilibrio en la rodada. A Somarriba le gustaba el circuito, duro, con un repecho al principio y otro al final, dos exigencias que obligaban a regular el esfuerzo. Esa era la duda, disipada cuando primero la alemana Arndt y luego la rusa Zabirova mostraron registros muy por debajo de la espa?ola. Arndt se rehizo en la segunda mitad y lim¨® parte de la diferencia con Somarriba que mantuvo la cabeza fr¨ªa en un coraz¨®n demasiado caliente.
Los 28 kil¨®metros del recorrido exig¨ªan a las ciclistas un cierto control de la situaci¨®n. Algunas no midieron y se hundieron con estr¨¦pito. Somarriba, no. Consciente o no de las ventajas de que dispon¨ªa, animada tras doblar a la corredora australiana que le preced¨ªa, s¨®lo mir¨® al frente, con la cabeza entre los cuernos del manillar y arriesg¨® en las ¨²ltimas curvas. Al final 28,23 minutos y a esperar la llegada de Zabirova, la gran favorita, la m¨¢s temida. Cuando es¨¦sta dio la ¨²ltima curva y enfil¨® la recta, Somarriba ya se sinti¨® campeona. La rusa hab¨ªa sucumbido al ¨²ltimo repecho, y llegaba 26 segundos m¨¢s lejos de la espa?ola. Somarriba consigui¨® su sue?o. Ahora ya puede pensar en su hijo.
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