Memoria depositada
En el ya largo recorrido de la danza de creaci¨®n contempor¨¢nea ocupa un lugar significado la presencia, y el trabajo, de Cristina Andreu, primero en sus colaboraciones con otras compa?¨ªas, como Ananda Dansa, y despu¨¦s, a partir de 1995, mediante la creaci¨®n de su propia compa?¨ªa, La Sonrisa de Ca¨ªn, destinada en principio a definir un propio estilo a la hora de coreografiar y de bailar, con la que hace espect¨¢culos como Multiverso, Ex -presi¨®n, Humano o Me hago la muerta, vistas en diversos escenarios nacionales e internacionales, y nominadas en ocasiones a los Premios de las Artes Esc¨¦nicas de la Generalitat Valenciana. Adem¨¢s, la compa?¨ªa se encarga, desde 2001, de dirigir el Festival de Elche de Danza.
T¨®came con tus ojos
T¨®came con tus ojos, por La Sonrisa de Ca¨ªn. Int¨¦rpretes, Cristina Andreu, Esther Morales, Jos¨¦ Juan Rodr¨ªguez, Roc¨ªo P¨¦rez. Textos, Jaume Policarpo. Iluminaci¨®n, V¨ªctor Ant¨®n. Asesor¨ªa est¨¦tica, Felicia Puerta. M¨²sica y mezclas, Dj Daz. Direcci¨®n coreogr¨¢fica, Cristina Andreu. Dramaturgia y Direcci¨®n, Gemma Miralles. Teatre Tal¨ªa. Valencia.
En esta coreograf¨ªa que ahora se representa en el Tal¨ªa, de Valencia, se deja notar que los hallazgos generados por el proceso creativo empiezan ya a manifestarse en el resultado obtenido, aunque en ocasiones hay cesuras no del todo inteligibles.
Un leve texto de Jaume Policarpo, insuficiente como entidad propia pero sobrado para sugerir un residuo de hilo conductor, se funde m¨¢s que inspira unos movimientos esc¨¦nicos que aluden a asuntos muy diversos, siempre relacionados con la energ¨ªa sexual y sus costumbres, a la luz de una iluminaci¨®n l¨ªmpida de V¨ªctor Ant¨®n, muy de finales de los 70, que contribuye de manera decisiva a definir el espacio.
Hay que a?adir, sobre el texto, que a veces el car¨¢cter estrepitoso de lo que menciona sin ambages se contrapone a una delicadeza de movimientos coreogr¨¢ficos que roza el minimalismo, aunque tambi¨¦n puede mencionarse que la gestualidad esc¨¦nica no siempre desde?a la ingenua procacidad que la sustenta.
El resultado es una tentativa, tal vez inacabada, de relativo inter¨¦s, en la que destacan las bromas que la core¨®grafa y bailarina Cristina Andreu se permite acerca del glamour de las vampiresas del cine a lo cartel de Bonnie & Clyde, en lo que tiene que ver con parte de la iconograf¨ªa elegida, y una serie de referencias intermitentes relativas a la ingesta de sustancias qu¨ªmicas estimulantes o depresoras.
Brillante en algunos momentos, tedioso en otros, este notable ejercicio de memoria afectiva adolece, como tantos otros montajes de danza contempor¨¢nea, de una cierta indeterminaci¨®n a la hora de elegir un final que clausure, sin duda, el espect¨¢culo.
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