El fiscal pide para Jupp¨¦ ocho meses sin cumplimiento de la pena
Todo parec¨ªa atado y bien atado, pero las sutilezas de la legislaci¨®n francesa juegan malas pasadas. Alain Jupp¨¦ y otros antiguos altos cargos del partido gaullista RPR entre 1983 y 1995 vieron ayer c¨®mo el fiscal solicitaba para ellos ocho meses de c¨¢rcel con suspensi¨®n de pena, por "apoderarse ilegalmente de intereses". Seg¨²n el fiscal, el antiguo primer ministro, hoy alcalde de Burdeos y presidente de la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), Alain Jupp¨¦, es culpable en la medida en que hizo votar el presupuesto del Ayuntamiento de Par¨ªs cuando era teniente de alcalde de Finanzas, y en la medida en que en ese presupuesto figuraban "empleos ficticios" pagados por el erario p¨²blico.
El fiscal limita sus demandas porque "no hubo enriquecimiento personal", porque "el contexto hist¨®rico" favorec¨ªa ese tipo de pr¨¢cticas y porque cree que la sanci¨®n pol¨ªtica -l¨¦ase ineligibilidad- corresponde a los ciudadanos y no a los jueces. Es decir, el fiscal se lava las manos pese a la evidencia: Jupp¨¦ sab¨ªa que el Ayuntamiento de Par¨ªs -el actual presidente, Jacques Chirac, era alcalde, pero no ha sido juzgado por la inmunidad de su cargo- abonaba un sueldo a, como m¨ªnimo, siete dirigentes del RPR que nunca pusieron los pies en dicha instituci¨®n.
El problema puede surgir si el tribunal, que se ha mostrado menos conciliador que el fiscal, sigue al pie de la letra las recomendaciones del mismo. Seg¨²n la jurisprudencia francesa, cualquier condenado por el delito descrito pierde durante 5 a?os sus derechos c¨ªvicos. Eso supondr¨ªa que Jupp¨¦ no podr¨ªa presentarse a las pr¨®ximas elecciones y quedar¨ªa marginado de la carrera por la sucesi¨®n de Chirac. El abogado de Jupp¨¦ ya suger¨ªa ayer una soluci¨®n: si procede, dictar sentencia condenatoria, pero sin inscribirla en su ficha judicial, es decir, respetar la letra de la ley y desentenderse de su esp¨ªritu.
El juicio a Jupp¨¦ y a otros 27 altos cargos se ha complicado porque algunos de ellos, ya jubilados o marginados de la pol¨ªtica, han admitido que "todo el mundo en el RPR sab¨ªa" lo que pasaba, algo que Jupp¨¦ neg¨® siempre durante la instrucci¨®n del sumario. El instructor le liber¨® precisamente de mayores responsabilidades pues "si quienes estaban a su ¨®rdenes no sab¨ªan, ¨¦l tampoco ten¨ªa por qu¨¦ estar al corriente".
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