Bush endurece las sanciones contra Cuba para asegurarse los votos de Florida en 2004

Consciente de que necesita el apoyo de los votantes de origen cubano en Florida para su reelecci¨®n como presidente de EE UU, George W. Bush anunci¨® ayer el endurecimiento de las leyes que proh¨ªben viajar a Cuba y el refuerzo de la propaganda anticastrista que se emite hacia la isla por radio, televisi¨®n e Internet. Bush atiende as¨ª las peticiones del lobby cubano-americano, uno de los m¨¢s poderosos de Washington. La Casa Blanca acus¨® a los propietarios de complejos hoteleros en la isla, entre los que hay empresas espa?olas, de sustentar el r¨¦gimen de Castro.

En la l¨®gica de Bush, acostumbrado a prescindir de los t¨¦rminos medios y a clasificar las cosas como buenas o como malas, quien hace turismo en Cuba est¨¢ apoyando el comunismo con su dinero. Las nuevas medidas anunciadas ayer -en el 135? aniversario del levantamiento popular contra el poder colonial en Cuba- est¨¢n espec¨ªficamente dise?adas para frenar el turismo hacia la isla y acorralar todav¨ªa m¨¢s al r¨¦gimen de Fidel Castro.

"Los estadounidenses tienen que saber que los hoteles de Cuba que son propiedad de empresas extranjeras pagan salarios que los trabajadores entregan al Gobierno. Quienes hacen turismo en Cuba y acuden a un hotel propiedad de una empresa extranjera", dijo Bush, "pagan una factura que va a parar directamente al Gobierno". El presidente de EE UU estableci¨® despu¨¦s esta relaci¨®n de causa-efecto: "El Gobierno, despu¨¦s, paga a los trabajadores una miseria en pesos que no valen para nada, pero se queda con la divisa para sustentar al dictador y a sus compinches. El turismo ilegal perpet¨²a la miseria del pueblo cubano". E inmediatamente anunci¨® que ha ordenado "al Departamento de Seguridad Interior que frene ese tr¨¢fico ilegal de dinero".

En realidad, ese tr¨¢fico apenas existe, porque est¨¢ estrictamente prohibido viajar de EE UU a Cuba. El trayecto s¨®lo se permite con un permiso especial del Departamento del Tesoro por razones humanitarias y acad¨¦micas. A Bush incluso esto le parece excesivo: "A menudo esas excepciones se usan para tapar negocios ilegales o turismo, o para saltar las restricciones de traslado de dinero a Cuba. Vamos a actuar contra estos enga?os", dijo Bush.

Bush necesita de manera imperiosa el apoyo de la comunidad cubano-americana de Florida si quiere hacerse con los votos electorales de ese Estado en las presidenciales de 2004. Ese grupo de presi¨®n, defraudado por lo que para ellos ha sido una pol¨ªtica poco severa de Bush contra el r¨¦gimen de Castro, ha maniobrado en los pasillos de Washington para pedir un aumento del cupo de inmigraci¨®n. En principio, Bush mantiene la llamada norma "del pie seco o el pie mojado": a los inmigrantes que llegan en embarcaciones se les permite residir legalmente en EE UU si pisan la playa, pero se les env¨ªa de vuelta a Cuba si son interceptados en el mar. Bush, que no desea ni remotamente una crisis de inmigraci¨®n, mantiene vigente esa pol¨ªtica, pero anunci¨® gen¨¦ricamente "un incremento del n¨²mero de nuevos inmigrantes cubanos a los que demos la bienvenida cada a?o". Bush acab¨® la intervenci¨®n con un "Cuba ser¨¢ pronto libre", pronunciado en espa?ol sin demasiada fortuna.