De la caja de cart¨®n al Palau de Benicarl¨®

Los primeros pasos democr¨¢ticos no fueron f¨¢ciles. Una vez aprobado el Estatuto de Autonom¨ªa se eligieron unas Cortes transitorias que no pod¨ªan legislar porque a¨²n no estaban hechas las transferencias. A¨²n as¨ª, tal y como cuenta el socialista Antonio Garc¨ªa Miralles, presidente del Plenari, senador y diputado de las Cortes del Estado en 1982, durante la etapa transitoria se cont¨® con un presupuesto de dos millones de pesetas. "Las primeras votaciones las hicimos en una caja de cart¨®n", explica con una caricatura expl¨ªcita de la escasez de recursos con los que despegaba la autonom¨ªa.

Hasta que llegaron las primeras elecciones auton¨®micas. Los resultados de electorales de 1983 dieron la mayor¨ªa al PSOE con 51 diputados, la Coalici¨®n Popular, formada por Alianza Popular y otros partidos de derechas, se quedaron con 32 diputados y el Partido Comunista consigui¨® seis. Garc¨ªa Miralles fue elegido primer presidente de las Cortes Valencianas, que empezaron a darse forma a s¨ª mismas para ser el eje de la pol¨ªtica de la sociedad valenciana, tal y como consta en el Estatuto.

De s¨®lo cinco esca?os en la primera lesgislatura, se ha normalizado la presencia de la mujer

Las carencias marcaron los primeros pasos del Parlamento auton¨®mico valenciano

Pero no result¨® f¨¢cil. As¨ª lo recuerda el diputado del Partido Comunista, Alfred Botella. "Vimos como desaparec¨ªa esa derecha m¨¢s cavernaria y se convert¨ªa en una fuerza m¨¢s liberal, m¨¢s audaz, m¨¢s sutil tal y como la conocemos ahora. Est¨¢bamos tan ilusionados que cre¨ªamos que la democracia nos iba a solucionar todos los problemas".

Durante esa etapa provisional, tal como explica la entonces diputada socialista Mar¨ªa Antonia Armengol, "fue complicado empezar a trabajar". "Sin embargo, una vez aprobado el Estatuto iniciamos un camino que ya no ten¨ªa marcha atr¨¢s, y la verdad es que hab¨ªa entre todos un determinado sentir de ir hac¨ªa delante", relata.

Un sentir compartido por todos los representantes, tanto de derechas como de izquierdas, seg¨²n apunta el ahora tambi¨¦n diputado del Partido Popular, Rafael Maluenda, que participaba en la Mesa de las Cortes como representante de la Coalici¨®n Popular. "La verdad es que dispon¨ªamos de unas condiciones penosas para trabajar pero hab¨ªa una complicidad entre todos para conseguir el reconocimiento del pueblo valenciano y dignificar las instituciones. Deb¨ªamos llevar adelante el compromiso electoral", recuerda. "Fue una etapa de generosidad y compromiso entre los diferentes partidos", confirma su compa?ero en aquellos y estos momentos Jos¨¦ Cholbi: "Comenzamos a poner los cimientos de lo que ahora se considera normal y para conseguirlo colaboramos todos".

Unos cimientos que, para empezar, no ten¨ªan edifico que sostener. "Hab¨ªamos comenzado un proceso de transformaci¨®n", continua Garc¨ªa Miralles, "y ten¨ªamos que legislar para poder ponerlo en marcha. Era muy importante sentar las bases para tener nuestra propia identidad como pueblo. Pero no ten¨ªamos ni un lugar donde empezar a debatir". Tampoco las condiciones de trabajo eran las m¨¢s id¨®neas, como recuerda Maluenda: "Al no existir el hemiciclo hac¨ªamos las sesiones del pleno en uno de los salones del Palau de la Generalitat y la mesa se reun¨ªa en lo que es ahora el despacho del presidente. Prepar¨¢bamos las reuniones en el bar de enfrente. As¨ª empez¨® todo".

Lo primero fue buscar un lugar id¨®neo para instalar el Parlamento. "Nos dimos cuenta", explica Maluenda, "que el Palau de Benicarl¨® era el mejor sitio pero cuando lo vimos por dentro se nos cay¨® el alma a los pies. Estaba totalmente abandonado. Cuando empezamos a rehabilitarlo se encontraron ruinas romanas que retrasaron las obras, tuvimos que llegar a acuerdos con algunos propietarios privados. Pensamos que no terminar¨ªamos nunca".

Pero la primera obra por fin se termin¨®. El primer sal¨®n Parlamentario era rectangular y seg¨²n algunos diputados, entre ellos Alfred Botella, resultaba un lugar muy incomodo para trabajar: "no hab¨ªa mesas, eran pupitres que no te dejaban moverte, ni escribir, se te ca¨ªan los papeles..."

Primeras leyes

En estas condiciones, se empezaron a aprobar las primeras leyes y mientras se acab¨® de construir el hemiciclo semicircular, el que conocemos ahora. "Las primeras leyes importantes", recuerda Garc¨ªa Miralles, "fueron aqu¨¦llas que ayudaron a sentar las bases institucionales. Hab¨ªa que poner en marcha toda una serie de competencias sobre la constituci¨®n institucional y reglamentar un Parlamento en todos los sentidos".

Todos coinciden en que, entre las leyes m¨¢s significativas, destaca la Llei d'?s i Ensenyament del Valenci¨¤. "Supuso un paso importante", recuerda Alfred Botella, "porque extend¨ªa su aplicaci¨®n desde la Administraci¨®n a las escuelas". Los populares, en cambio se abstuvieron en esta ley, seg¨²n Maluenda "porque obligaba a hablar hasta a los castellanoparlantes y eso nos pareci¨® discriminatorio". "Creo que en aquella ¨¦poca", confirma Cholbi, "llegamos a grandes acuerdos. M¨¢s que la aprobaci¨®n de leyes como la Llei d'?s, lo m¨¢s importante fue conseguir una convivencia y una armon¨ªa entre todos los diputados que super¨® cualquier intento de dogmatismo y de exclusividad".

Durante la segunda legislatura, en la que continu¨® gobernando el PSPV, surgi¨® una propuesta bastante curiosa. Seg¨²n Maluenda, fue una iniciativa de un diputado popular, que quer¨ªa dar denominaci¨®n de origen a la paella "y eso gener¨® bastantes discusiones". ?stas se produjeron en la Comisi¨®n de Agricultura, recuerda el entonces diputado de Uni¨®n Valenciana, H¨¦ctor Villalba, un partido que comenzaba a tener representaci¨®n dentro de las Cortes con seis diputados. "Se discuti¨® si deb¨ªa llevar ajo o no, si la bajoqueta deb¨ªa ser plana o redonda... Evidentemente, no lleg¨® a debatirse en el pleno", ironiza.

Durante estos a?os desaparecen en el hemiciclo las siglas del Partido Comunista dando paso a Esquerra Unida, lo que seg¨²n Botella fue "un cambio de estrategia para integrar en la izquierda a sectores m¨¢s amplios de la sociedad". Este cambio de siglas tambi¨¦n afect¨®, durante la tercera legislatura, a Alianza Popular, que se transform¨® en el Partido Popular. Tras las elecciones de 1991, el mapa del Parlamento fue el siguiente: 45 diputados del PSPV, 31 para el PP, 7 de UV y 6 para EU-IU. ?ste fue el tiempo de las nuevas tecnolog¨ªas para el Palau de Benicarl¨®. Llegaron los ordenadores, la informatizaci¨®n y el nuevo sistema de votaci¨®n. "No fue muy dif¨ªcil adaptarse", explica Armengol, entonces diputada socialista y hoy fuera de las Cortes. Sin embargo, no fue ¨¦ste el caso de Cholbi. "Me cost¨® adaptarme en la Presidencia. Yo siempre dec¨ªa que con aquella mesa llena de botones parec¨ªa un DJ".

El cambio

En 1995 el PSPV perdi¨® la mayor¨ªa absoluta. El PP, con 42 diputados y el voto de los cinco de UV en virtud del llamado Pacto del Pollo, dej¨® en minor¨ªa a la izquierda (32 diputados socialistas y 10 de EU). Vicente Gonz¨¢lez Lizondo era el nuevo presidente de las Cortes, hasta su muerte en diciembre de 1996. El nuevo presidente electo fue H¨¦ctor Villalba, respetando el acuerdo que hab¨ªan pactado UV-PP. "Presidir la cuarta legislatura fue muy importante para m¨ª", explica Villalba. "No exist¨ªa la mayor¨ªa absoluta y eso dio mucho dinamismo a la C¨¢mara", resume.

En la siguiente legislatura, en 1999, los resultados electorales fulminaron Uni¨®n Valenciana y el PP gan¨® su primera mayor¨ªa absoluta con 49 diputados. El PSPV consigui¨® 35 y EU-IU se qued¨® con cinco. En esta legislatura, aumentar¨ªa considerablemente la representaci¨®n femenina. Se pas¨® de 27 diputadas a 35 y la presencia de las mujeres se normaliz¨® dentro de la instituci¨®n. Para Maluenda era la culminaci¨®n de una apuesta: "No se puede hablar de pol¨ªtica social sin conseguir la igualdad de la mujer". "Supuso un paso muy importante", confirma Armengol: "Cuando empezamos ¨¦ramos tres diputadas del PSPV y dos de Alianza Popular. Hoy la mujer ya cuenta con un peso espec¨ªfico dentro de la c¨¢mara". Un peso espec¨ªfico que culmin¨® con la presidencia de Marcela Mir¨®, la primera mujer de la historia que dirigi¨® el hemiciclo, aunque Villalba est¨¢ convencido de que "con Marcela Mir¨® las Cortes murieron: todo deb¨ªa pasar por el rodillo de Zaplana", razona.

Con todo, las Cortes han seguido con su trabajo. "Se han aprobado leyes como churros", apunta Botella, "pero casi todas son de poca importancia". Otro tanto opina Armengol, que las califica de "m¨¢s literarias que reales", y pone el ejemplo de la Ley de Parejas de Hecho, "que no puede generar derechos mientras no cambie el C¨®digo Civil". Es evidente que Cholbi no comparte esta visi¨®n: "Todas las leyes que hemos aprobado sobre mejoras sociales y educaci¨®n me parecen importantes".

El pasado mayo comenz¨® una nueva legislatura en la que el PP ha revalidado la mayor¨ªa absoluta con 48 diputados, el PSPV mantiene sus 35 y EU, ahora con el nombre de L'Entesa, ha aumentado hasta seis. Y la historia continua.