Las inc¨®gnitas del G-7
Una simple frase del reciente comunicado del G-7 ("ser¨ªan deseables tipos de cambio m¨¢s flexibles") ha tenido uno de los impactos en los mercados m¨¢s fulminantes de los ¨²ltimos a?os. La reacci¨®n inicial ha sido interpretarla como una licencia para vender el d¨®lar, que tanto Jap¨®n como Europa est¨¢n dispuestos a tolerar. Pero las autoridades japonesas han intervenido ya para intentar debilitar el yen, y las europeas ya han afirmado que el comunicado del G-7 no implicaba un euro m¨¢s fuerte. Quedan, por tanto, muchas inc¨®gnitas por resolver.
La clave para entenderlo es que, con tipos de inter¨¦s cercanos al cero, d¨¦ficit fiscales preocupantes y una perspectiva econ¨®mica incierta, los pa¨ªses industrializados han agotado la capacidad de actuaci¨®n de las pol¨ªticas fiscales y monetarias, y la ¨²nica herramienta disponible es una depreciaci¨®n de la moneda. Todos los pa¨ªses quieren evitar la apreciaci¨®n de su tipo de cambio, y esto es b¨¢sicamente imposible. Estamos, por tanto, en un callej¨®n sin salida.
En este contexto se deben analizar las distintas interpretaciones posibles del comunicado del G-7. La primera interpretaci¨®n es que la Administraci¨®n estadounidense ha decidido adoptar una pol¨ªtica de debilitamiento del d¨®lar, de hecho llevando a cabo una devaluaci¨®n competitiva. La inc¨®gnita en este caso es ?por qu¨¦ ha aceptado el G-7 este "rescate" de la econom¨ªa americana, cuando ni Jap¨®n ni Europa est¨¢n precisamente en condiciones de hacer favores? Al fin y al cabo, los desequilibrios de la econom¨ªa americana son de creaci¨®n propia: unas pol¨ªticas monetarias y fiscales muy expansivas que no s¨®lo no han permitido la necesaria correcci¨®n de los desequilibrios acumulados en el pasado, sino que los han aumentado.
En este caso se habr¨ªa creado un precedente muy peligroso: la disciplina fiscal no es una buena estrategia, es mejor usar el d¨¦ficit para salir de la recesi¨®n, porque los desequilibrios resultantes se resolver¨¢n entre todos (precedente que, en cierta medida, recuerda el debate europeo sobre el Pacto de Estabilidad).
La segunda interpretaci¨®n es que el comunicado del G-7 no tiene nada que ver con el d¨®lar, sino con Jap¨®n y el resto de Asia, que, con su intervenci¨®n en los mercados de cambios, impiden el ajuste que necesita la econom¨ªa mundial y transfieren todo el peso del ajuste al euro. La inc¨®gnita en este caso es la siguiente: hace tan s¨®lo unos meses, la gran mayor¨ªa de los expertos criticaba al Banco de Jap¨®n por no adoptar una pol¨ªtica monetaria m¨¢s expansiva que deber¨ªa culminar en un tipo de cambio m¨¢s d¨¦bil.
?Por qu¨¦ este cambio tan repentino? No olvidemos que, a pesar de que la econom¨ªa japonesa est¨¦ dando alg¨²n s¨ªntoma de recuperaci¨®n, todav¨ªa tiene una tasa de inflaci¨®n negativa y un sistema financiero en bancarrota. ?Qu¨¦ sentido tiene arriesgarse a que Jap¨®n entre en recesi¨®n por cuarta vez en la ¨²ltima d¨¦cada?
Finalmente, la tercera interpretaci¨®n es que todo esto va dirigido a forzar una liberalizaci¨®n, o al menos una reevaluaci¨®n, de la moneda china. La inc¨®gnita en este caso es ?qu¨¦ sentido tiene inmiscuirse en la pol¨ªtica interna china, sabiendo que, si China apreciara su moneda un 100% y aumentara sus costes salariales otro 100%, los costes laborales en China seguir¨ªan siendo tan s¨®lo un d¨¦cimo de los costes laborales en EE UU? ?Qu¨¦ razonamiento econ¨®mico sugiere que China, un pa¨ªs con un sistema bancario tremendamente fr¨¢gil, deba liberalizar su balanza de capitales? Adem¨¢s, si China reval¨²a, los mercados reaccionar¨¢n con un aumento dr¨¢stico de los tipos de inter¨¦s a largo plazo, poniendo en peligro la incipiente recuperaci¨®n econ¨®mica.
?Se ha vuelto el mundo al rev¨¦s? Se cual sea la motivaci¨®n ¨²ltima del comunicado, hay varias conclusiones que se pueden extraer. La primera es que revela la falta de confianza en la sostenibilidad de la recuperaci¨®n econ¨®mica estadounidense. Como dijo hace poco Ken Rogoff, el economista jefe del FMI, la econom¨ªa norteamericana est¨¢ teniendo "la mejor recuperaci¨®n que el dinero puede comprar". La segunda es que la cooperaci¨®n econ¨®mica internacional est¨¢ bajo m¨ªnimos: las acciones y declaraciones de las autoridades de los distintos pa¨ªses en los ¨²ltimos d¨ªas revelan la clara falta de una estrategia com¨²n. La tercera es que hay un alto riesgo de un retorno al proteccionismo, con sus consecuencias negativas para el crecimiento mundial.
Una cosa est¨¢ clara: una depreciaci¨®n del d¨®lar, por s¨ª sola, no puede resolver a estas alturas los desequilibrios mundiales. Para ello, EE UU tiene que crecer menos y Europa y Jap¨®n tienen que crecer m¨¢s. Y para eso hace falta paciencia y disciplina en las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica. Cuanto m¨¢s se posponga el ajuste, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢.
?ngel Ubide es director de An¨¢lisis de Tudor Investment Corporation y miembro del Shadow Governing Council del ECB.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.