Escuela y vivienda: las dos grandes carencias

Salvo contadas excepciones y a pesar de la incesante llegada de inmigrantes, Catalu?a se ha librado de conflictos raciales graves. Al menos hasta la fecha. La inmigraci¨®n no ha causado ning¨²n gran problema nuevo, pero s¨ª ha puesto en evidencia las carencias de los sistemas educativo, sanitario y de asistencia social que un d¨ªa se presentaron como poco menos que mod¨¦licos.

Las escuelas son el verdadero laboratorio de la nueva sociedad que est¨¢ creando la inmigraci¨®n y las sombras acechan. La escuela p¨²blica carga con el 80% de los ni?os con necesidades educativas especiales, el eufemismo que se utiliza para hablar, mayoritariamente de los inmigrantes. La mayor parte de escuelas privadas concertadas, en cambio, siguen haciendo aut¨¦nticos equilibrios para librarse de acoger a estos ni?os, pese a que tambi¨¦n se financian con fondos p¨²blicos.

Los sindicatos de docentes vienen alertando desde hace a?os de las desigualdades que esto puede causar, pero la mayor parte de escuelas concertadas siguen evitando tanto como pueden la matriculaci¨®n de alumnos extracomunitarios. Luz Jabardo, de Comisiones Obreras, considera que los gobiernos de Pujol se han "desentendido" de la ense?anza p¨²blica. "S¨®lo se han preocupado, y de forma insuficiente, de que los inmigrantes aprendieran a hablar catal¨¢n", afirma.

El catal¨¢n, pendiente

Y esta preocupaci¨®n tampoco ha logrado resultados id¨®neos. Ya sea por las campa?as de promoci¨®n o por la voluntad de mejorar su situaci¨®n sociolaboral los inmigrantes se han inscrito masivamente en las escuelas de catal¨¢n para adultos. Y ¨¦stas se han colapsado. ?mnium Cultural critic¨® duramente este hecho la pasada primavera al denunciar que si los inmigrantes no aprenden catal¨¢n es porque la Generalitat no pone m¨¢s medios.

El de la vivienda es el otro gran problema con que se enfrentan los nuevos llegados. Si encontrar un piso digno ya es un aut¨¦ntico calvario para la mayor parte de los aut¨®ctonos, en el caso de los inmigrantes se convierte en una empresa casi imposible. Mariel Araya, de la ONG Sodepau, explica que en los ¨²ltimos tres a?os 1.800 inmigrantes les han pedido que les ayuden a encontrar un piso de alquiler en Barcelona. S¨®lo lo ha conseguido el 3% de los solicitantes. "Los propietarios y las inmobiliarias evitan por sistema alquilar un piso a un inmigrante. Al haber tantos pisos vac¨ªos y cerrados la gente est¨¢ desesperada por encontrar un lugar para vivir y prefieren alquilarlo a alguien que pague 1.000 euros al mes". "Esto no se puede permitir m¨¢s tiempo", concluye Araya.