Un nuevo impulso
Es tiempo de dar un nuevo impulso. Y debe aprovecharse la ocasi¨®n de manera inmediata, en el Consejo Europeo que se inicia hoy.
Los proyectos sobre las grandes redes de infraestructuras y sobre la reactivaci¨®n de la investigaci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica no estimulan el crecimiento s¨®lo por haber sido enunciados. Ni los trabajos ni los centros de investigaci¨®n de excelencia se crean solamente porque la Comisi¨®n Europea los haya incluido en una lista prioritaria.
Hay que tomar decisiones y actuar de manera concreta y con rapidez. No se puede hablar de estancamiento, ralentizaci¨®n de la econom¨ªa, retraso competitivo en materia de desarrollo e investigaci¨®n cient¨ªfica aferr¨¢ndose a los problemas y lamentarse de ello. Desde varios frentes, muchos Gobiernos insisten, con raz¨®n, en otorgar al componente del crecimiento del Pacto al menos la misma importancia que se da a la estabilidad. Tambi¨¦n desde varios frentes, muchos Gobiernos insisten en la necesidad de relanzar las inversiones productivas para encauzar la econom¨ªa hacia un nuevo c¨ªrculo virtuoso.
Pues bien, la Comisi¨®n ha cumplido con su parte. El plan para el inicio o la consolidaci¨®n de las grandes redes de infraestructuras europeas de transporte y telecomunicaciones y grandes redes de energ¨ªa est¨¢ listo. La dotaci¨®n financiera ya est¨¢ sobre la mesa. El proyecto de reactivaci¨®n de las capacidades europeas de investigaci¨®n es elaborado con la propuesta de apertura de varios grandes laboratorios de investigaci¨®n de excelencia comunes en todo el territorio de la Uni¨®n.
Ahora s¨®lo falta decidir sobre su creaci¨®n.
Y ha llegado el momento de hacerlo.
La lista completa de las grandes redes prioritarias de inter¨¦s europeo se compone de 29 programas por un coste estimado de 230.000 millones de euros, cuya financiaci¨®n estar¨¢ garantizada gracias a la intervenci¨®n p¨²blica, nacional, comunitaria y del BEI, que estimular¨¢ la movilizaci¨®n de capitales privados. Algunos de estos proyectos est¨¢n listos para empezar y pueden iniciarse ya. No s¨®lo se trata de poner un par de carriles o de mejorar alg¨²n muelle para lanzar nuevas autopistas mar¨ªtimas. Es la ocasi¨®n para impulsar con un electroshock toda la econom¨ªa: de las construcciones met¨¢licas a los arsenales, de la qu¨ªmica a las fibras ¨®pticas, de la investigaci¨®n en ingenier¨ªa a la centrada en nuevos materiales y m¨¢quinas herramientas. Se trata de la materializaci¨®n concreta de aquella fuerte aceleraci¨®n inicial de una nueva fase de crecimiento y desarrollo que nuestra opini¨®n p¨²blica pide y que hay que activar con intervenciones igualmente decisivas tambi¨¦n en el sector de la investigaci¨®n pura, de la formaci¨®n de los t¨¦cnicos y de la formaci¨®n universitaria.
Europa no puede seguir conform¨¢ndose con ir en pos de la investigaci¨®n de los dem¨¢s o asfixi¨¢ndose con sus grandes capacidades intelectuales pero carente de medios por falta de financiaci¨®n. La inmensa mayor¨ªa de los investigadores chinos formados en los Estados Unidos regresan a China para aplicar all¨ª las propias teor¨ªas. Nuestra juventud no regresa. Adem¨¢s ?ad¨®nde deber¨ªan volver? ?Hacia una realidad en la que la investigaci¨®n est¨¢ fragmentada en mil arroyos y dispone de escasos recursos? ?Donde alg¨²n pa¨ªs lleva adelante proyectos incompletos porque no es capaz de realizar el esfuerzo que s¨®lo las capacidades europeas en su conjunto podr¨ªan llevar a cabo? Seguimos estando lejos de aquel 3% de PIB que hab¨ªa que destinar a la investigaci¨®n; en los presupuestos nacionales, los cr¨¦ditos para este sector cuando no han permanecido iguales han disminuido.
Sin embargo, estamos hablando de nuestro propio futuro y del de nuestros hijos, de la capacidad de superar el desaf¨ªo de Lisboa para transformar Europa en el centro de crecimiento m¨¢s din¨¢mico del mundo. Todav¨ªa no se ha perdido la partida. Pero ?c¨®mo es posible ganarla si no se empieza a jugar? Y para jugar hay que poner en com¨²n nuestras capacidades y crear los centros de excelencia que necesitan nuestra ciencia, nuestra sociedad y nuestra industria: de los nuevos materiales al sector aerospacial, de la medicina a las biotecnolog¨ªas, la biolog¨ªa pura, la qu¨ªmica y la f¨ªsica.
Corresponde a los Gobiernos dar la se?al de partida y es lo que esperamos del Consejo que hoy se re¨²ne. Esto junto con otros progresos ulteriores en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica de gesti¨®n de la inmigraci¨®n, fen¨®meno fundamental para garantizar un crecimiento equilibrado de nuestra producci¨®n.
La inmigraci¨®n es un problema que hay que afrontar con determinaci¨®n en clave europea, ya sea en el sentido de una pol¨ªtica ¨²nica para combatir la inmigraci¨®n clandestina y la infamante pr¨¢ctica del tr¨¢fico de seres humanos que la acompa?a; ya sea en lo referente a la regulaci¨®n de los inmigrantes legales mediante un enfoque coordinado para garantizar la absorci¨®n por nuestra sociedad de esta nueva realidad de ciudadanos, formada por una fuerza trabajo muy poco o nada especializada que asume los empleos que nuestra juventud no quiere ejercer pero que siguen siendo necesarios, o por un componente muy calificado de t¨¦cnicos especializados de los que hay una demanda creciente.
Como es evidente para todo el mundo, ¨¦ste es un problema que transciende la capacidad de los Gobiernos para hacerle frente. No quiero aventurarme en hip¨®tesis de una polic¨ªa de frontera europea o una agencia com¨²n para gestionar el fen¨®meno. ?stos son pasos ulteriores que se dar¨¢n cuando el momento sea propicio y nuestras opiniones p¨²blicas est¨¦n preparadas para ello.
Sin embargo, para mantenernos en el campo de lo posible, ahora hace falta alcanzar una voluntad com¨²n, un acercamiento compartido al problema. No pienso solamente en las casas, las escuelas, la asistencia. Pienso en la imbricaci¨®n con los derechos civiles y pol¨ªticos de estos nuevos ciudadanos en las realidades administrativas locales de los lugares en los que residen. Y no cabe por tanto confiar en un voluntarismo vanguardista de unas pocas administraciones o en la experiencia de algunas regiones que se enfrentan desde siempre a fen¨®menos parecidos.
Hace falta una soluci¨®n y una decisi¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n en su conjunto y ha llegado el momento de tomarla.
Romano Prodi es presidente de la Comisi¨®n Europea.
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