La pesadilla
Joseba Egibar, portavoz del PNV y candidato a la sucesi¨®n de Arzalluz al frente del EBB, ha puesto blanco sobre negro lo que muchos intu¨ªamos: que en el seno de su partido la disputa est¨¢ establecida entre quienes abogan por la reconstituci¨®n del frente nacionalista y quienes defienden la colaboraci¨®n con otras fuerzas pol¨ªticas. Pero ha ido m¨¢s lejos, al calificar como una pesadilla el sentimiento que en algunos sectores del PNV produce la vuelta a los esquemas ya ensayados durante el negro per¨ªodo del pacto de Lizarra.
Debo confesar que al o¨ªr sus palabras me he sentido reconfortado. Si en el PNV hay sectores que viven esa posibilidad como una pesadilla, quiere decir que dentro del principal partido de nuestro pa¨ªs hay quienes conectan con lo que en la calle es un sentimiento ampliamente extendido: el deseo de superar el frentismo y la necesidad de hacer pa¨ªs entre todos. Ambas cosas est¨¢n, adem¨¢s, indisolublemente unidas. Si se quiere hacer pa¨ªs hace falta un tejido social fuerte y cohesionado en torno a unas bases de convivencia s¨®lidas. El frentismo -ya lo hemos comprobado- nos lleva en direcci¨®n opuesta: una sociedad fracturada, una mayor incertidumbre, miedo al futuro, crispaci¨®n, p¨¦rdida de dinamismo econ¨®mico, mala imagen exterior y, a la postre, mayores dificultades para hacer un pa¨ªs pr¨®spero.
Quienes juegan al frentismo desde el nacionalismo vasco cuentan con una baza a su favor: la sim¨¦trica tentaci¨®n frentista desde el nacionalismo espa?ol. El problema es que, hoy por hoy, aqu¨ª no tenemos, como en Catalu?a, un PSC capaz de interpretar en una clave propia lo que son aspiraciones leg¨ªtimas de una amplia mayor¨ªa social. Defender la reforma de la Constituci¨®n, defender un nuevo estatuto, defender la presencia vasca en los ¨®rganos de la Uni¨®n Europea en los que se discutan temas que nos afectan, defender la actualizaci¨®n del pacto interno entre los vascos y el pacto con el Estado de acuerdo a las necesidades de hoy y a los anhelos de la sociedad vasca actual, defender una consulta sobre el futuro del pa¨ªs.... son todas ellas cuestiones que muchos no nacionalistas ven con buenos ojos y que, sin embargo, se despachan de un plumazo tach¨¢ndolas de nacionalistas.
Podr¨¢ arg¨¹irse que todo es culpa de ETA y que sin su presencia podr¨ªa discutirse mejor sobre todas estas cosas. Cierto, aunque en el fondo autocomplaciente. Comprensible, tras el clima vivido en los ¨²ltimos a?os y la insensibilidad de parte del nacionalismo vasco ante la persecuci¨®n sufrida por muchos que no lo son. Incluso justificable en t¨¦rminos de prioridades, cuando lo ¨²nico absolutamente inaplazable es la defensa de la vida y la libertad humana. Pero, probablemente, inutil pol¨ªticamente, pues si algo ha dejado claro nuestra sociedad es que no desea que ETA marque el orden del d¨ªa.
Egibar parece desear un frente nacionalista como alternativa para los pr¨®ximos a?os y como eje de su particular construcci¨®n nacional. ETA hace tiempo que viene preconizando lo mismo. Mayor Oreja demanda tambi¨¦n su propio frente nacional. ?Es posible hoy por hoy una alternativa s¨®lida no frentista? Siendo realistas no parece que lo sea en torno al Plan Ibaretxe, ni tampoco en base al Estatuto tal como est¨¢ en la actualidad. ?Hay quien d¨¦ m¨¢s?
Hace m¨¢s de cinco a?os, tras la orden de Redondo Terreros de abandonar el Gobierno vasco en una maniobra que a muchos nos pareci¨® electoralista, escrib¨ª en esta misma columna que "el fantasma del frentismo cabalga de nuevo entre nosotros". El fantasma se convirti¨® desgraciadamente en realidad algunos meses despu¨¦s. El recuerdo de lo que vino a continuaci¨®n constituye hoy una aut¨¦ntica pesadilla. No s¨®lo en el PNV. Tambi¨¦n en ampl¨ªsimos sectores de la sociedad vasca.
Si alguien puede evitarnos revivir esa pesadilla, que lo haga, por favor.
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