Cine para o¨ªr (poco)

No es extra?a, en la historia del cine, una operaci¨®n como la que est¨¢ detr¨¢s de The Mix: aprovechar la fama moment¨¢nea de un cantante, un fil¨®n musical o una tendencia determinada para alargar un poco m¨¢s el ciclo del consumo musical adorn¨¢ndolo con im¨¢genes presuntamente cinematogr¨¢ficas: desde las folcl¨®ricas hist¨®ricas hasta Operaci¨®n Triunfo, pasando por Raphael y los ni?os cantores de los 50-60, mucho sabe el cine espa?ol del asunto.

Inanidad

Pero antes, la verdad, se tomaban un poco, s¨®lo un poco, m¨¢s en serio el asunto. Porque lo que sorprende de este deb¨² en la realizaci¨®n de un prestigioso ayudante de direcci¨®n, Pedro Lazaga (hijo), es la sorprendente inanidad de todo el conjunto, empezando por las propias tareas del director. Es como si con la fotograf¨ªa impactante de David Omedes, las manipulaciones de posproducci¨®n y los 47 temas musicales con todo tipo de m¨²sica de discoteca, techno, dance, chill out ibicenco, lounge, fuese suficiente para crear una pel¨ªcula.

Y por encima del abrumador ruido de la ?m¨²sica?, la verdad es que no hay nada: ni personajes ni gui¨®n, del que la pel¨ªcula carece vergonzosamente. Y para colmo hay un machismo de libro, un exceso de testosterona y una inflaci¨®n de situaciones est¨²pidas que hacen de este filme un ejemplo de incompetencia para obtener lo que, es de suponer, se buscaba: crear un producto que arrastrara al cine a los mismos que mueven el esqueleto en las pistas de baile. Pues ni eso.