Un encuentro letal en un cruce de caminos

La bicicleta fue encontrada el 30 de octubre de 2000, en el fondo de un pozo que en 1998 estaba lleno de agua y, dos a?os despu¨¦s, seco. No hab¨ªa rastros de violencia en la bici, lo que hoy tumbar¨ªa la tesis del atropello. Pero, a todo esto, un preso llamado Antonio Pedro G¨®mez, que por entonces aprovechaba permisos para trabajar en una lavander¨ªa de la cercana Moral de Calatrava, fue acusado de la desaparici¨®n e incluso se autoinculp¨® de ella. La historia se cay¨® por su propio peso. Pero los investigadores de Valdepe?as no cejaron, ni siquiera tras rastrear 300 pozos. "Eran tres espinas que ten¨ªamos clavadas y nunca, nunca, dejamos el caso", confes¨® ayer uno de ellos a pie de pozo. Ahora, adem¨¢s, se investiga la vida de Gustavo Romero en Canarias y tambi¨¦n los casos de desapariciones similares en el archipi¨¦lago.