El arte del argumento
Los cuentos de Lorenzo Silva reunidos en El d¨¦spota adolescente conforman su primer libro de piezas cortas. Sin embargo, todos ellos los fue escribiendo el autor madrile?o durante los ¨²ltimos 14 a?os. Hasta podr¨ªamos aventurar que este g¨¦nero fue el primero que practic¨®, dado que La flaqueza del bolchevique, finalista del Premio Nadal, se public¨® en 1997. En realidad si fue primero la novela o el cuento, no tiene ninguna importancia, pero s¨ª la tiene constatar que mientras Lorenzo Silva iba construyendo su mundo novelesco, incluida su serie policiaca, el cuento no le era ajeno.
Las 18 piezas que conforman el libro que ahora se comenta confirman una seguridad en el trazo de los caracteres, algo que no nos puede sorprender teniendo en cuenta la misma seguridad que muestra en el dibujo de sus personajes novelescos, pero sobre todo confirman ese conocimiento que excede a la mejor o peor artesan¨ªa de un cuento: me refiero a un Norte tem¨¢tico, a una idea aglutinadora, a ese tipo de obsesiones entre po¨¦ticas y narrativas que todo cuentista debe trasladar a su trabajo. No es menor la necesidad de inventiva en el cuento. Pero no la invenci¨®n por la invenci¨®n, sino la imaginaci¨®n al servicio de aquellas obsesiones. En este libro, con mayor y menor fortuna, se dan estas circunstancias. Con ellas en la mano, Lorenzo Silva ha concebido unos cuantos relatos dignos de menci¨®n y de ser tenidos en cuenta como el producto de alguien seguro, competente e inspirado en este exigente g¨¦nero.
EL D?SPOTA ADOLESCENTE
Lorenzo Silva
Destino. Barcelona, 2003
224 p¨¢ginas. 17 euros
El autor de La niebla y la doncella prologa su libro con unas palabras que ayudar¨¢n al lector a desentra?ar estos relatos. Nos dice que hay un hilo conductor en todos ellos: "Todos estos relatos aluden, en mayor o menor medida, a la juventud, o si se quiere a la inmadurez". Si uno lee Negra historia de carnaval (variaci¨®n sobre un fragmento de Ferm¨ªn Gal¨¢n), Liberty City u Operaci¨®n Term¨®pilas (¨¦ste especialmente recomendado para todos los migoyas y sus editores, para que vean c¨®mo se puede escribir un buen relato en primera persona abordando temas espinosos y de extrema sensibilidad moral) podr¨¢ disfrutar del arte del argumento insospechado y del sentido de la revelaci¨®n. Los personajes que pululan por estos relatos, impecablemente escritos, llevan a cuestas la juventud perdida como una maldici¨®n, no la juventud que se ha ido irremediablemente sino la que han dejado escapar a conciencia. En los cuentos En Arcadia, Un fantasma de Arcadia y el que da t¨ªtulo al libro, tan buenos como los citados arriba, el sentido de la inmadurez recuperada es siempre la prueba de una lucidez tard¨ªa. Algo secreto e inexplicable une a la belleza y la dulzura que se tuvo en los a?os j¨®venes con la impotencia y la indolencia del presente desde la cual se las extra?a. Esa inesperada conjunci¨®n es uno de los mayores hallazgos de este libro.
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