Peque?o gran cantaor

La edad s¨ª que importa. Parte de la admiraci¨®n que suscita Valderrama radica en eso: hay que ver c¨®mo canta a sus 87 a?os, ahora que, como dijo en el festival flamenco de Torrent, est¨¢ "casi" al final de su carrera y teniendo en cuenta que, seg¨²n record¨®, cuando ten¨ªa 14 a?os actu¨® ya en el Teatro Apolo de Valencia. Alboreaba la Rep¨²blica, recu¨¦rdese.

Control de la respiraci¨®n, control del comp¨¢s, control del tiempo, control de su propia capacidad como cantaor. Una voz bonita, en la que todav¨ªa destella ese hilillo agudo en el que transforma el ayeo prolongado. Bromeaba Valderrama con el guitarrista, haciendo referencias al tono a fijar para algunas piezas y en todo momento cuadr¨® el tono en el que se desenvolv¨ªa con naturalidad, sin forzar la voz pero sin escatimarla tampoco. Mostr¨® dominio de palos diversos: malague?as al principio para calentar. Por medio, una sole¨¢ del polo que fue toda una lecci¨®n de historia, al igual que la farruca que le sigui¨®, cante delicioso y fronterizo que fue de lo mejorcito de la noche. Fandangos intercalados, entre bromas y recuerdos (a Manolo Caracol, a Pepe el Pinto e incluso ?a s¨ª mismo!), hasta llegar a la seguiriya del final. En ¨¦sta, ni una broma: metido hasta dentro, escondido tras el sempiterno sombrero cordob¨¦s, liviano y profundo a un tiempo.

Al final, don Juan Valderrama, como le llamar¨ªa la Paquera de Jerez acto seguido, no pudo evitar El emigrante, canci¨®n aflamencada que fue number one en los cincuenta. Era la cara B del octogenario artista, peque?o en estatura pero con mucha gracia como cantaor. Como la m¨¢s joven del cartel a sus 69 a?os, la Paquera hab¨ªa cedido a don Juan la apertura del concierto. Al llegar su turno cant¨® media hora larga dej¨¢ndose la garganta en el empe?o, tratando el micr¨®fono como mu?eco de trapo que se deja en tierra cuando se quiere: M¨¢s poder¨ªo que don Juan, pero menos control.