La chispa del rey de los bocadillos
HURLY- BURLY, cocina divertida y cuentas que rondan los 20 euros
Ander Calvo, joven cocinero bilba¨ªno, hombre risue?o e hiperactivo, podr¨ªa calificarse como el rey de los bocadillos. Y tambi¨¦n, el cerebro inductor de una cocina urbana contempor¨¢nea, medio bohemia y desenfadada, al alcance de todos los bolsillos. Hasta ahora, los locales en los que ha participado han sido algo as¨ª como caricaturas divertidas de empresas hosteleras cuya mente rectora no pierde el contacto con el universo gastron¨®mico cosmopolita y mestizo.
Despu¨¦s de revolucionar a su clientela bilba¨ªna en la Taberna de los Mundos y de ganar dos concursos de bocadillos, Calvo acaba de abrir en Madrid este establecimiento, en el que todo funciona a su estilo. El propio local parece una extra?a fusi¨®n entre una tasca posmoderna y un reducto del arte pop con ribetes surrealistas. El espacio destinado a cocina se asemeja a una olla a presi¨®n de donde salen los platos a modo de disparos de escopeta, mientras que el servicio, que trabaja al l¨ªmite de sus posibilidades, abruma al comensal con amabilidad pero sin respeto a las formas.
HURLY- BURLY
Marqu¨¦s de Cubas, 2. Madrid. Tel¨¦fono: 915 23 23 67. Cierra: domingos. Precio aproximado por persona, entre 25 y 35 euros. Men¨² mediod¨ªa, 10,50 euros. Terrina de 'foie-gras' de pato con champi?ones, 10 euros. Ensalada de bacalao, hongos y patatitas, 11,50 euros. Carrilleras de cerdo ib¨¦rico glaseadas, 8,50 euros. Canutillo de hojaldre sobre crema fina de yema, 4,50 euros.
Pan ... 5,5
Caf¨¦ ... 8
Bodega ... 4
Ambiente ... 5,5
Servicio ... 4
Aseos ... 5,5
Precios razonables
?Cu¨¢l es el atractivo de este alborotado local que se desmarca del mont¨®n con razones de peso? Sin duda, sus precios, bastante razonables, en particular su men¨² del mediod¨ªa que por 10,50 euros incluye dos platos y postre, adem¨¢s de pan, bebida e IVA. Y, por supuesto, la cocina, que parece dotada de una chispa especial para interpretar recetas variopintas. Platos que sin superar el aprobado alto consiguen buenos resultados a partir de recursos limitados.
La mayor¨ªa de las propuestas de su famoso men¨², en constante rotaci¨®n, causan una impresi¨®n positiva. El aro de pasta filo con morcilla cremosa y base de vichyssoise es agradable; su versi¨®n de la musaka griega de cordero con salsa de garbanzos tampoco desilusiona, mientras que en el rulo de pollo relleno se conjugan con ¨¦xito el sabor del queso de cabra con la salsa de cacahuete y el tabul¨¦ ¨¢rabe. Tampoco est¨¢ mal el redondo de ternera tipo Villeroy, con fondo de foie-gras de pato. Por las noches, en Hurly-Burly se impone el servicio de carta con platos de m¨¢s entidad y mayor precio.
Si antes del principal se comparten algunos entrantes, como la terrina de foie-gras, las anchoas gigantes o el tartar de salm¨®n, las facturas no deben sobrepasar los 20 o 25 euros por persona. Justo la gran aspiraci¨®n de este cocinero.
BOCADILLOS Y PINCHOS
EN LA PLANTA ALTA de Hurly-Burly (literalmente, tumulto), local ruidoso y con una iluminaci¨®n p¨¦sima, se encuentra la barra donde discurre parte importante de la vida de esta casa. Comienza a trabajar a primeras horas de la ma?ana y concluye en el entorno de la medianoche. Rinc¨®n escondido desde la calle cuya oferta gastron¨®mica va cambiando a lo largo del d¨ªa. Para desayunar o tomar tentempi¨¦s, nada de churros o boller¨ªa, sino una completa oferta salada: s¨¢ndwiches y vistosos bocadillos, adem¨¢s de sabrosas tortillas que Calvo elabora de patatas y cebolla, de bacalao y espinacas, de paletilla de cerdo ib¨¦rico, con ingredientes vegetales y de bonito con anchoas. Punto y aparte son sus bocadillos, especialidad que le ha convertido en un campe¨®n urbano. Muchos incorporan queso fundido, su gran debilidad gastron¨®mica. Resultan sabrosos el de morcilla con bacalao y pimientos; el de fritada de verduras con torta del Casar; el vegetal de tortilla con jam¨®n ib¨¦rico; el de queso con champi?ones y jam¨®n ib¨¦rico, y el de bacalao con queso brie fundido.
Al mediod¨ªa, cambio de tercio. Irrumpen entonces las gildas (miniespetos de anchoas con guindillas). Y al atardecer, pinchos de menor tama?o y muchos bocaditos peque?os, como las anchoas marinadas con zanahorias, el salm¨®n a la naranja, las alcachofas rellenas de hongos o el bacalao al pil-pil de manzana. Para beber, s¨®lo cerveza checa Krusovice. Una buena opci¨®n es solicitar una ca?a mulata, mezcla de rubia y tostada. El caf¨¦ es espl¨¦ndido, y el bullicio, constante.
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