Enterrados en Le¨®n los restos de 13 fusilados de la Guerra Civil
S¨®lo se ha logrado identificar con pruebas gen¨¦ticas un cuerpo, el de Emilio Silva
El pueblo de Priaranza (Le¨®n) enterr¨® ayer en el cementerio de la vecina localidad de Villalibre los restos de 12 de los 13 republicanos asesinados en octubre de 1936 y arrojados a la cuneta. Los cuerpos pudieron ser exhumados hace tres a?os gracias al testimonio de los vecinos m¨¢s ancianos. El hijo de una de las v¨ªctimas, Ram¨®n Silva, a sus 75 a?os y de luto, resum¨ªa sus sentimientos: "No es un d¨ªa f¨¢cil ni feliz, pero es el que he esperado desde hace 67 a?os y dos d¨ªas".
Al mediod¨ªa de ayer, los restos de 12 de los asesinados, a¨²n sin identificar, recib¨ªan sepultura provisional en los nichos 109 y 110, a la espera de que tambi¨¦n a ellos se les puedan practicar las pruebas gen¨¦ticas que han permitido conocer qu¨¦ restos pertenecen a Emilio Silva, el padre de Ram¨®n.
Sobre los nichos, una leyenda: "A la memoria de todos aquellos que lucharon y dieron sus vidas por la democracia y la libertad". El p¨¢rroco, Manuel Nogaledo, celebr¨® en Villalibre un acto religioso sin connotaciones pol¨ªticas. "Hab¨¦is cumplido con el deber de enterrarlos. ?ste es el lugar que se merecen, como todos los hijos de Dios", dijo a los familiares.
S¨®lo el cuerpo de Emilio Silva qued¨® fuera, porque fue trasladado a 30 kil¨®metros de all¨ª, a Pereje, para descansar junto a su esposa, Modesta Sant¨ªn. En el peque?o camposanto del pueblo, ella puso antes de morir el nombre de su compa?ero en el nicho que compartir¨ªan juntos despu¨¦s de seis d¨¦cadas.
Emilio Silva, miembro de Izquierda Republicana, ha sido la primera v¨ªctima de la Guerra Civil identificada con pruebas de ADN efectuadas en la Universidad de Granada. Ten¨ªa 44 a?os y seis hijos cuando los falangistas le obligaron a dejar su hogar una noche en Villafranca. Con ¨¦l iban otras 12 personas. Ninguna de ellas regres¨®.
El silencio rein¨® durante m¨¢s de 64 a?os. Pero el nieto de Emilio Silva, del mismo nombre, fundador de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica, no par¨® en su empe?o hasta encontrar los restos de su abuelo. "Esto es lo que yo buscaba cuando vine a Priaranza. Quer¨ªa enterrar a mi abuelo con mi abuela, pero hoy no s¨®lo enterramos a un abuelo, sino una tragedia familiar que ha durado muchos a?os y que ha causado mucho dolor a mis padres y a sus hermanos. Para ellos ser¨¢ una forma de descansar y para mi tambi¨¦n", explicaba ayer. Una foto y un ramo de flores al pie del nicho pone fin a la historia de uno de los miles de paseados tras la Guerra Civil espa?ola.
Antes de depositar los restos de Silva en Pereje, se celebr¨® un multitudinario acto de despedida en Villafranca del Bierzo, donde el matrimonio regent¨® una tienda de ultramarinos y donde residi¨® la familia. Se opt¨® por no enarbolar banderas para evitar la politizaci¨®n del encuentro.
"Fueron v¨ªctimas de una guerra, en la que todos perdieron", dijo Paz M¨¦ndez, sobrina de Manuel Lago, tratante de ganado, uno de los llamados 13 de Priaranza. "La verdad es necesaria, y no quisiera morir sin una respuesta", manifestaba ayer,Isabel Fern¨¢ndez, una octogenaria que a¨²n no ha encontrado los restos de uno de sus familiares. La mayor¨ªa de quienes reclaman la b¨²squeda de sus seres queridos son muy ancianos y temen morir antes de ver cumplido su deseo.
En tres a?os, desde la creaci¨®n de la asociaci¨®n, se han exhumados 240 cuerpos y se han reclamado los de 2.500 personas, a pesar de que se estima que pueden llegar a 30.000 los desaparecidos. Las fosas comunes m¨¢s importantes se sit¨²an en ?rgiva (Granada) y M¨¦rida.
El Congreso se ha comprometido a apoyar a las familias de los desaparecidos en la b¨²squeda de los cuerpos. Ha pasado casi un a?o y las labores de reconocimiento de los restos, as¨ª como su identificaci¨®n van muy lentas. Los afectados se quejan de que la colaboraci¨®n de las administraciones p¨²blicas no es suficiente.
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