La huida hacia el sur
Los primeros episodios de la serie se adscriben a un realismo de cu?o cr¨ªtico, adaptado a condiciones sociohist¨®ricas evolutivas y cuidadosamente observadas. La soledad del manager (1977) denuncia las maniobras de una multinacional que financia grupos de ultraderecha para desestabilizar el r¨¦gimen democr¨¢tico; Los mares del sur (1979) pone de relieve los mecanismos de la especulaci¨®n del suelo en las grandes urbes; Asesinato en el Comit¨¦ Central (1981) interroga sobre las motivaciones del compromiso comunista al salir de la clandestinidad. Cada historia es un brillante entramado lleno de suspense, prueba de que el escritor reinventa a los cl¨¢sicos, aunque desde una recuperaci¨®n cada vez m¨¢s irreverente de los c¨®digos gen¨¦ricos. Es una evoluci¨®n paralela a la del protagonista, cuyo desenga?o es la cara ontol¨®gica del desencanto sociohist¨®rico.
Pepe Carvalho, gastr¨®nomo suicida y amante pasivo, ex agente de la CIA y antiguo militante comunista, letrado distanciado y soci¨®logo desenga?ado, examina el mundo desde una postura esc¨¦ptica cuando no as¨¦ptica. Los p¨¢jaros de Bangkok (1983) y La Rosa de Alejandr¨ªa (1984) funcionan como met¨¢foras de la implacable uniformidad del mundo, y, en El balneario (1986), El delantero centro fue asesinado al atardecer (1989) o El laberinto griego (1991), la pasividad del detective, m¨¢s atra¨ªdo por las v¨ªctimas que por los culpables, muestra que el camino desemboca siempre en la misma impotencia, la misma desilusi¨®n. Hasta el punto de que las aventuras siguientes, Sabotaje ol¨ªmpico (1993), Rold¨¢n ni vivo ni muerto (1994) -que apareci¨® por entregas en EL PA?S-, El Premio (1996), se presentan como alegres zarabandas casi subnormales protagonizadas por un detective par¨®dico de s¨ª mismo. Despu¨¦s de comprobar, en Quinteto de Buenos Aires (1997), que el v¨ªnculo entre la pol¨ªtica y el delito se ha mundializado a escala planetaria, la serie alcanza ese estado parox¨ªstico de deterioro funcional con ocasi¨®n del repliegue o en la reconciliaci¨®n con Barcelona que significa El hombre de mi vida (2000).
Queda patente entonces que, en t¨¦rminos del escritor, "a diferencia de su antecedente cr¨ªtico o social, el proyecto realista de la novela policiaca integra y resuelve el problema de la representaci¨®n, pero ha renunciado a la posibilidad de influir en la realidad". En efecto: si la Serie Carvalho naci¨® como cr¨®nica de la transici¨®n pol¨ªtica espa?ola, ha prosperado como cr¨®nica de la imposibilidad para la transici¨®n de desembocar en una democracia verdaderamente representativa, capaz de acabar con la cultura del poder y de la explotaci¨®n. A Carvalho s¨®lo le queda la posibilidad de vivir a t¨ªtulo personal la ruptura que el pa¨ªs entero ha esperado en vano. De ah¨ª esos personajes marginales que le sirven de paliativos afectivos, esa afici¨®n por el sexo y la gastronom¨ªa, esas hogueras nost¨¢lgicas y bibli¨®fagas y esa ternura infinita para los olvidados de todos los sistemas. Culto de lo que pudo ser y no fue. Varios episodios de la Serie Carvalho, y muchos textos fuera de ella, se ofrecen como variaciones sobre la b¨²squeda del lugar del que no se quiera regresar. Y el refugio que frente a su impotencia sociohist¨®rica siempre se le ofrece al personaje montalbaneano, a cualquiera de ellos, consiste en "leer hasta entrada la noche y en invierno viajar hacia el sur".
Georges Tyras es autor de Geometr¨ªas de la memoria. Conversaciones con Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (Zoela).
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