A la Real le pierde el miedo
La conservadora t¨¢ctica de Denoueix result¨® nefasta para los donostiarras, que fueron aplastados por el Juventus
"Y luego los espa?oles dicen eso de que el calcio ya se sabe: cinco atr¨¢s, tres centrocampistas, la defensa ...y todas esas cosas". Cuatro periodistas italianos hac¨ªan chanzas sobre la alineaci¨®n de Denoueix y la pol¨¦mica interminable sobre los dos pa¨ªses europeos m¨¢s importantes en el f¨²tbol. Que si ataque, que si defensa, que si la bola s¨ª, que si la bola no. Y as¨ª se fueron a tomar un t¨¦, riendo, como sabi¨¦ndose ganadores de la pol¨¦mica general porque el Juventus al menos alineaba a dos en punta frente al timorato Denoueix, con uno solo. "Demasiado conservatori", dijo un quinto que acababa de llegar y se fue, tan extra?ado como enfadado porque no jugara Nihat.
Ajeno a la conversaci¨®n, que tampoco le importaba nada, Denoueix hab¨ªa sido fiel a sus palabras de un d¨ªa antes en la sala de prensa. Al "esp¨ªritu del Albacete", que reclamaba, no le ven¨ªa nada mal un buen pu?ado de jugadores en el centro del campo para gripar el motor del Juventus y dejarle con la sala de m¨¢quinas averiada y sin productividad. As¨ª que Nihat, el futbolista m¨¢s temido por Lippi, deb¨ªa esperar a que el coreano Lee exprimiera su peque?a carcasa (afectada por la gripe los ¨²ltimos d¨ªas), a que se agotaran los operarios del Juventud a la que saliera el artista que lleva dentro y se adue?ara del escenario.
JUVENTUS 4 - REAL SOCIEDAD 2
Juventus: Buffon; Thuram, Iuliano, Tudor (Montero, m. 75), Zambrotta; Camoranesi (Davids, m. 65), Tacchinardi, Nedved, Appiah; Di Vaio (Birindelli, m. 84) y Trezeguet.
Real Sociedad: Westerveld; Potillon, J¨¢uregui, Sch¨¹rrer, Aranzabal; Xabi Alonso (Aranburu, m. 80); Lee (De Pedro, m. 65), Karpin, Alkiza, Gabilondo; y Kovacevic (Nihat, m. 72).
Goles: 1-0. M. 2. Camoranesi da un pase interior a Trezeguet en el ¨¢rea. La defensa realista se queda quieta confiando en el fuera de juego y el delantero franc¨¦s, en posici¨®n legal, bate a Westerveld tras salir trompicado del regate.
2-0. M. 6. Nedved, desde el centro del campo, asiste a Di Vaio que supera por velocidad a Potill¨®n, le quiebra y marca de tiro cruzado.
3-0. M 45. Colada de Zambrotta hasta la l¨ªnea de fondo y Di Vaio cabecea a la red.
4-0. M.62. Contragolpe de Nedved, que pone el bal¨®n en los pies de Trezeguet para que marque a placer.
4-1. M. 66. Centro de De Pedro y Tudor marca en propia puerta.
4-2. M. 80. De Pedro, de libre directo.
?rbitro: Graham Poll (Inglaterra). Amonest¨® a Tacchinardi, Iuliano y Xabi Alonso.
17.246 espectadores en el Estadio Delle Alpi.
El t¨¦cnico realista dej¨® a Nihat en el banquillo, y en seis minutos la 'Juve' dej¨® todo resuelto
Palabras antes del t¨¦. Por mucho futbolista que se amontone en el centro del campo siempre parecer¨¢n pocos si el contrario, con menos, juega al primer toque, con la puntera, presiona arriba y arriesga la pierna y el alma en cada lance. Y claro, la Real tiene a Nedved, con una puntera de oro; a Camoranesi un futbolista con vocaci¨®n de taxista en un atasco: cuantas m¨¢s dificultades le pones para avanzar, mejor sale; y a Appiah, un futbolista gan¨¦s que tuvo la virtud de estar en todas partes y de no perder ni un solo bal¨®n.
Casi sin tiempo a saborear el t¨¦, la Real le hab¨ªa dado la raz¨®n a los sonrientes periodistas que no s¨®lo ve¨ªan ganado el partido en seis minutos sino el debate general sobre qu¨¦ pa¨ªs juega mejor al f¨²tbol. La pol¨¦mica, no obstante, ten¨ªa trampa, porque la Real jugaba a algo que no sabe, y para que no hubiera dudas se las despej¨® en seis minutos el Juventud: t¨² pones muchos en el medio, yo te presiono muy arriba, y te parto el equipo, y te robo all¨ª donde m¨¢s guardianes tienes, y te meto dos goles porque soy m¨¢s r¨¢pido que t¨². Y todo as¨ª, de manual, es decir como si uno supiera a qu¨¦ jugaba y el otro, no.
M¨¢s que t¨¢ctica, Denoueix le transmiti¨® miedo a la Real. El t¨¦cnico franc¨¦s hab¨ªa transmitido dos mensajes: uno de ¨¢nimo (aquello de ser el Albacete) y otro t¨¢ctico, lo de la posesi¨®n del bal¨®n. As¨ª que la Real se dispuso a tener el bal¨®n, jugando lento, con un estilo muy posicional, sin ritmo, sin rompimiento alguno. Y el Juventus le puso las pilas en seis minutos: lleg¨® tres veces, marc¨® dos goles y fall¨® otro.
La Real se derrumb¨®. Si sali¨® sin saber jugar a lo que le ped¨ªan jugar, los goles de Di Vaio y Trezeguet le quitaron el aliento, probablemente lo ¨²nico que pod¨ªa aportar para hacer frente (es un decir) a un equipo en el que por encima de calidades individuales prevalece el esp¨ªritu de grupo.
Dos goles en un suspiro son casi un muro infranqueable en Italia. Pero adem¨¢s constituyen una invitaci¨®n a la goleada. El Juventus dio un pasito atr¨¢s para que el bal¨®n corriera con mayor fluidez. Y la Real pic¨® el anzuelo. Empez¨® a manosearlo sin peligro para su rival, pero s¨ª para sus intereses. Cada robo de bal¨®n (y ya se sabe el culto a la presi¨®n de los italianos) era una invitaci¨®n al gol. Y llegaron dos m¨¢s, as¨ª de esa manera, sin que la Real diera se?ales de vida, ya no acomplejada, sino asustada. S¨®lo cuando se vio hundida y a su rival relajado, cuando De Pedro ingres¨® n el campo, hizo eso que pod¨ªa hacer, centrar con intenci¨®n y buscar a Kovacevic. Pero el yugoslavo tampoco ten¨ªa su mejor d¨ªa, en su antigua casa.
Dos cabezazos a placer se fueron lejos de la porter¨ªa. Tudor, un croata veterano, se apiad¨® de ¨¦l y de la Real entera y marc¨® en propia puerta. Todo un detalle y un argumento m¨¢s para aquellos periodistas que tomaban el t¨¦ sonrojando el conservadurismo de un equipo espa?ol. "Ya ves, dos delanteros, cuatro goles. Y otro de regalo".Y hubo otro de De Pedro, bell¨ªsimo, a su estilo para maquillar un semblante poco admisible en un equipo, la Real, que se precia de jugar y degustar el f¨²tbol. Maquillaje para despu¨¦s de un desastre y ahora s¨ª, a Denoueix, le corresponde reflexionar sobre esp¨ªritus, trivotes, posesiones y dem¨¢s asuntos colaterales. Ayer hicieron mucho da?o.
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