Cae el rey mexicano del secuestro

El secuestrador mexicano Daniel Arizmendi rebanaba las orejas de sus v¨ªctimas porque son puro cart¨ªlago y presentaban menos resistencia a la cuchilla. Se proced¨ªa sin anestesia y los ap¨¦ndices eran enviados a las familias, en un sobre, para apremiar el pago del rescate. "Pues s¨ª. Es m¨¢s f¨¢cil cortar una oreja con unas tijeras, que cortar un dedo que tiene hueso". El Mochaorejas est¨¢ preso desde el a?o 1998 y pronto tendr¨¢ un nuevo compa?ero de celda: Liborio Col¨ªn Dom¨ªnguez, pionero del secuestro, detenido junto a otros diez criminales, entre ellos cuatro colombianos asociados con el cartel de Ju¨¢rez.

La delincuencia es un problema de Estado en M¨¦xico, porque frena inversiones, causa cuantiosas p¨¦rdidas, obliga a miles de empresas a contratar seguros especiales, destroza familias, expande el miedo y limita la libertad de movimientos. Un total de 25 bandas han sido desarticuladas durante los tres a?os de gobierno de Vicente Fox, seg¨²n el fiscal general, Rafael Macedo.

"Con la detenci¨®n de Liborio Col¨ªn concluye una de las carreras delictivas m¨¢s largas y violentas", inform¨® en conferencia de prensa. En otra batida cayeron los delincuentes aliados con los hermanos narcotraficantes Carrillo Fuentes: un comerciante y un empresario, supuestamente implicado en el lavado de dinero, por el que ped¨ªan tres millones de d¨®lares, fueron liberados.

La banda mexicano-colombiana operaba en la capital federal, en el Estado de M¨¦xico y los de Tlaxcala y Morelos, y filmaba a los cautivos siendo golpeados, torturados con pinchos o mutilados. Arizmendi despachaba por correo una o las dos orejas, seg¨²n las prisas, y la gente de Liborio, las grabaciones.

El Alacr¨¢n comenz¨® a secuestrar en el a?o 1984, despu¨¦s de haberse dedicado al bandolerismo y el robo de ganado. "Esto es una muestra de c¨®mo un delincuente com¨²n puede evolucionar en secuestrador", precis¨® el fiscal.

Daniel Arizmendi tambi¨¦n evolucion¨® impelido por la monoton¨ªa del robo de veh¨ªculos y la necesidad de segregar adrenalina, seg¨²n confes¨® esta semana a Antonio J¨¢quez, de la revista Proceso, desde la prisi¨®n de La Palma, donde nunca saldr¨¢ vivo si cumple las sucesivas sentencias condenatorias. "Por la misma hiperactividad que le platico, no pod¨ªa quedarme tranquilo y, si la usa uno para delinquir, pues empiezan a salir los secuestros". Su argumentaci¨®n era ¨¦sta: "Yo siempre dije: 'Ellos tienen la culpa. ?Por qu¨¦ no pagan si tienen dinero? S¨®lo les estoy quitando una parte, pero si no pagan es porque no quieren a sus hijos". La cuant¨ªa exigida le pareci¨® razonable: el 10% de la fortuna familiar.

Numerosos mexicanos quedaron arruinados o debieron echar mano de amigos para poder liberar a sus parientes. Cecilia Gonz¨¢lez desembols¨® cinco millones de d¨®lares por la libertad de su hijo y todav¨ªa no ha recuperado el bot¨ªn, pese a la detenci¨®n de Arizmendi. "Me obligaron a decir que pagu¨¦ un mill¨®n y medio de rescate".

La lucha contra el secuestro es compleja, porque polic¨ªas federales y locales se lucran con el delito y existe descoordinaci¨®n o desconfianza entre los diferentes cuerpos de seguridad. La Comisi¨®n de Justicia de la C¨¢mara de Diputados calcula 12 secuestros al d¨ªa. En Ciudad de M¨¦xico, 80 express, durante varias horas, diarios.

La participaci¨®n de agentes en ejercicio o destituidos, complica el combate. Recientemente, Nicanor Guzm¨¢n Rosales, alias El Nica, reconoci¨® haber perpetrado m¨¢s de cien secuestros en complicidad con polic¨ªas del Distrito Federal. Otra banda del norte de M¨¦xico es encabezada por 30 ex militares de la desaparecida Fiscal¨ªa Especializada en Delincuencia Organizada, que la ten¨ªa dentro, a juzgar por los datos aportados cuando se comunic¨® p¨²blicamente su desmantelamiento. Los ex militares se asociaron con el cartel de Osiel C¨¢rdenas y despu¨¦s comenzaron secuestrar por libre: m¨¢s de un centenar a la fecha.

El fiscal general de M¨¦xico revel¨® que la banda de colombianos, liquidada por polic¨ªas de la Agencia Federal de Investigaciones mexicana (AFI), hab¨ªa secuestrado a una persona involucrada en el lavado de dinero, y eso prueba, de no ser desmentido por la ampliaci¨®n de las pesquisas, que ha sido herramienta para dirimir conflictos entre narcotraficantes mexicanos o para financiar sus actividades. "Delincuentes de otras nacionalidades se han involucrado con el crimen organizado de M¨¦xico (...), en este caso, el cartel de los Carrillo Fuentes".