El Senado de EE UU autoriza los viajes de norteamericanos a Cuba
Bush vetar¨¢ la medida porque necesita los votos del exilio de Florida
El Senado de Estados Unidos ha autorizado los viajes de norteamericanos a Cuba, al igual que lo hizo la C¨¢mara baja el mes pasado, pese a la amenaza de veto de la Casa Blanca. La ley para levantar las restricciones vigentes desde hace cuatro d¨¦cadas fue aprobada ayer de madrugada por 59 votos frente a 38, 19 de los cuales fueron de senadores republicanos que representan al lobby agricultor, en claro desaf¨ªo al presidente George W. Bush.
Bush prometi¨® recientemente al bloque de electores cubanos de Florida que endurecer¨ªa la prohibici¨®n para detener el turismo ilegal que, seg¨²n ¨¦l, "perpet¨²a la miseria del pueblo cubano". "La prohibici¨®n no le hace ning¨²n da?o a Fidel Castro, se lo hace a los norteamericanos", dijo ayer el senador Byron Dorgan, de Dakota del Norte, copatrocinador de la medida, que est¨¢ incluida en un proyecto de ley de 90.000 millones de d¨®lares para financiar los departamentos de Transporte y Tesoro. Las dos C¨¢maras del Congreso tienen ahora que redactar la versi¨®n final antes de llevarla a la firma del presidente en un proceso de negociaci¨®n denominado "conferencia".
No es la primera vez que el Congreso vota a favor de autorizar los viajes de norteamericanos a Cuba, pero en las ocasiones anteriores, cuando el proyecto de ley llegaba a la fase de conferencia, los senadores y representantes republicanos la eliminaron de la versi¨®n final. Esta vez es muy distinto. Al menos 13 senadores se han pasado al bando contrario, y un n¨²mero a¨²n mayor lo ha hecho en la C¨¢mara de Representantes, 227 frente a 188. El desplazamiento refleja la creciente influencia del movimiento nacional en contra del embargo, y obedece tambi¨¦n a las presiones del lobby agricultor. La mayor¨ªa de los senadores y congresistas que han cambiado de opini¨®n representan a esos Estados.
La votaci¨®n ha puesto al descubierto la escisi¨®n dentro de las filas republicanas sobre la pol¨ªtica con Cuba. Queda por ver cu¨¢l va a ser el impacto de esa divisi¨®n en la campa?a de reelecci¨®n de Bush, pero lo que s¨ª es obvio es el choque de intereses pol¨ªticos. El presidente necesita al exilio anticastrista para ganar Florida y no va a dar un paso que desnivele su capital pol¨ªtico. El poder de veto, que raramente ha usado, parece inevitable esta vez. Ayer, la oficina del portavoz de la Casa Blanca emiti¨® un comunicado renovando la amenaza: "No vamos a proveer ayuda a un r¨¦gimen opresivo y desesperado". Para anular un veto se necesitar¨ªan tres cuartas partes del Senado, algo muy improbable hoy por hoy.
Tras la autorizaci¨®n en 2000 de la venta limitada de alimentos y medicinas a La Habana, la cl¨¢usula sobre viajes es el pilar principal del embargo comercial de hace m¨¢s de 40 a?os. S¨®lo est¨¢n permitidos los viajes de norteamericanos en misiones humanitarias y educativas. La violaci¨®n de esas restricciones conlleva una multa de hasta 250.000 d¨®lares y 10 a?os de c¨¢rcel, aunque nunca se ha aplicado de forma rigurosa. Hace dos semanas, Bush prometi¨® a los exiliados cubanos reforzar las inspecciones de viajes y las multas.
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