Incubadoras de afecto
El hospital sevillano de Valme incentiva el contacto familiar con bebes prematuros, como los trillizos de Mar¨ªa Barrera
Los trillizos Javier, Jos¨¦ Manuel y Antonio duermen pl¨¢cidamente frente a las mellizas Marina y Elizabeth mientras sus madres bajan a almorzar al comedor del hospital de Valme, en Sevilla. Todos nacieron con 32 semanas de gestaci¨®n -los primeros en septiembre y las segundas en octubre- y tan raqu¨ªticos que, a¨²n hoy, alguno cabe en el cuenco de dos manos.
Los cinco han sido beb¨¦s prematuros -nacidos con menos de 37 semanas de gestaci¨®n y por debajo de los 2,3 kilos-, que requieren atenciones especiales en la unidad de Neonatolog¨ªa, pero no por ello han tenido que renunciar al contacto habitual con sus madres.
Tanto Mar¨ªa Barrera, que dio a luz a los trillizos, como Isabel Cabezas, que alumbr¨® a las ni?as, tienen acceso a ellos tanto como quieren gracias al car¨¢cter abierto que distingue el ¨¢rea del Valme de otras de su especialidad. Se trata de un proceso de "humanizaci¨®n de la asistencia neonatal" que comenz¨® hace 13 a?os. Entonces, todas las unidades eran una burbuja que aislaba a los ni?os con patolog¨ªas o prematuros de sus familias. "Este alejamiento es perjudicial para la madre y el ni?o", subraya el jefe de la secci¨®n neonatal, Antonio Guti¨¦rrez Benjumea.
En el hospital de Valme, que atiende a una poblaci¨®n de unos 350.000 habitantes, se producen cada a?o 3.500 partos. Son prematuros alrededor del 7%, dos puntos m¨¢s que hace una d¨¦cada. Entre los padres y los beb¨¦s prematuros se ha interpuesto tradicionalmente un cristal.
"Si no haces ver lo positivo de esta iniciativa muchos profesionales pueden pensar que se trabaja mejor en una unidad cerrada porque no hay madres circulando", se?ala Guti¨¦rrez Benjumea. Los estudios han demostrado que el acercamiento est¨¢ repleto de beneficios. Desde que se implant¨® el nuevo m¨¦todo, 3.250 cr¨ªos prematuros se han beneficiado de la supresi¨®n de trabas.
El proceso de apertura de la unidad fue gradual. Primero se facilit¨® el acceso con la oferta de "una pensi¨®n de madres", en palabras del m¨¦dico. El centro dispone de seis plazas para que las mujeres puedan quedarse si lo desean mientras sus hijos est¨¢n hospitalizados. El alojamiento y la manutenci¨®n gratuitas resultan vitales, adem¨¢s, teniendo en cuenta que el hospital recibe pacientes de pueblos distanciados, como es el caso de Isabel Cabezas, que vive en El Viso del Alcor y que no ha abandonado el centro desde que nacieron sus mellizas el pasado 6 de octubre: "Encima de que es un parto dif¨ªcil no ser¨ªa l¨®gico que no te dejaran estar con ellos, yo creo que es un programa muy humano".
Mar¨ªa Barrera tiene a su familia esperando en Olvera (C¨¢diz). Para ella ser¨ªa un engorro tener que salvar a diario hora y media de viaje, pero dejar a los trillizos "no me entrar¨ªa en la cabeza". El segundo paso de la humanizaci¨®n de la asistencia neonatal es el fomento de la lactancia materna y, por ¨²ltimo, los "cuidados canguro", es decir facilitar el contacto de piel a piel entre madre e hijo. "Los estudios demuestran que las constantes del ni?o se normalizan y tienen un bienestar muy amplio", dice el jefe de la unidad.
Gracias a estas medidas los m¨¦dicos han acelerado las altas de los beb¨¦s, aunque siguen sometidos a un control. "Es una nueva filosof¨ªa de trabajo para que los ni?os est¨¦n el m¨ªnimo tiempo posible en el hospital", resume el jefe de neonatolog¨ªa. Las madres pierden el miedo a tocar a beb¨¦s diminutos y los ni?os disfrutan de ellas.
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