La privatizaci¨®n de la protecci¨®n social
DOS INFORMACIONES provenientes de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) sirven para hacer un an¨¢lisis complementario de la sociedad espa?ola: el primero, hecho p¨²blico la pasada semana, desvela que la presi¨®n fiscal subi¨® en Espa?a en 2002 cuatro d¨¦cimas (hasta el 35,6% del PIB), mientras que en la mayor parte de los pa¨ªses integrados en esa organizaci¨®n se redujo en el mismo periodo. El segundo se?ala que los niveles de gasto p¨²blico social est¨¢n muy alejados de la media europea.
Hace unas semanas, un informe de dos profesores de la Universidad Pompeu Fabra demostraba que el gasto social en nuestro pa¨ªs era menor que la media europea y que su porcentaje tend¨ªa a reducirse. Ello dio lugar a dos reacciones: un desmentido del ministro de Trabajo, y que en la presentaci¨®n de los Presupuestos del Estado para 2004, el ministro de Econom¨ªa incidiese especialmente en el crecimiento de ese gasto social.
Mientras sube la presi¨®n fiscal, el gasto social p¨²blico est¨¢ seis puntos por debajo de la media de la Uni¨®n Europea. Este d¨¦ficit se compensa por la acci¨®n de los hogares, lo que supone una privatizaci¨®n de la protecci¨®n
Se hace p¨²blico ahora un nuevo estudio que remacha las principales tendencias del trabajo anterior. Se titula An¨¢lisis y evaluaci¨®n del gasto social en Espa?a, de los profesores Jorge Calero y Merc¨¨ Costa, editado por el Laboratorio de la Fundaci¨®n Alternativas. Sus resultados son concluyentes: el gasto social p¨²blico en Espa?a (m¨¢s educaci¨®n), estimado sobre la base de datos de la OCDE, se sit¨²a seis puntos del PIB por debajo de la media de la UE. Esta diferencia tan grande se compensa en parte por el gasto social privado (cuyo tratamiento es una de las carencias m¨¢s significativas dentro de las investigaciones sobre la situaci¨®n del Estado del bienestar espa?ol). El gasto social privado, efectuado directamente por los hogares, es en Espa?a m¨¢s elevado que en la mayor parte de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
La desagregaci¨®n del gasto social p¨²blico y su comparaci¨®n con los pa¨ªses de nuestro entorno es sumamente interesante: en primer lugar, la reducida presencia del gasto p¨²blico social (24,25% del PIB) en Espa?a en relaci¨®n, especialmente, con la UE (30,17% del PIB), pero tambi¨¦n con el conjunto de la OCDE (26,58% del PIB, teniendo en cuenta que los valores correspondientes a M¨¦xico, Corea y Turqu¨ªa reducen considerablemente esa media). En segundo lugar, que, dentro de la UE, ¨²nicamente Portugal e Irlanda presentan niveles de gasto social p¨²blico m¨¢s bajos que Espa?a; en esa ordenaci¨®n, los pa¨ªses no europeos de la OCDE ocupan los ¨²ltimos puestos, mientras que los pa¨ªses escandinavos y los que tienen un modelo continental del Estado del bienestar (Alemania, Austria y Francia) ocupan las posiciones m¨¢s elevadas.
Hay otra comparaci¨®n, basada en este caso en el gasto per c¨¢pita (en d¨®lares de EE UU corregidos mediante paridades de poder de compra), que sit¨²a a Espa?a en una posici¨®n todav¨ªa m¨¢s desventajosa: algunos pa¨ªses, como Canad¨¢, Irlanda, EE UU y Jap¨®n, presentan valores de este indicador m¨¢s elevados que el correspondiente a Espa?a, mientras que sus valores en el indicador anterior eran inferiores al espa?ol.
Las diferencias entre Espa?a y el conjunto de los pa¨ªses de la UE en cuanto a gasto social p¨²blico son atribuibles, en su mayor parte, a los siguientes elementos: las prestaciones en especie (apoyo a la familia y a la vejez) suponen un gasto muy limitado en Espa?a; las prestaciones de apoyo a la familia (tanto en especie como en efectivo) son muy reducidas; tanto el gasto en programas activos de mercado de trabajo como el gasto en vivienda se sit¨²an en niveles lejanos de los de los pa¨ªses de nuestro entorno; el gasto en educaci¨®n se sit¨²a en Espa?a un punto porcentual por debajo de la media europea. La evoluci¨®n de este indicador a partir de 1998 ha incrementado esta brecha.
M¨¢s presi¨®n fiscal (debida sobre todo a los impuestos indirectos) y menos gastos sociales p¨²blicos reflejan un Estado poco solidario y redistribuidor, lo que s¨®lo se compensa con el papel protector de las familias. Hay una privatizaci¨®n de la protecci¨®n social.
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