El laberinto del escrutinio
Los t¨¦cnicos del proceso electoral atribuyen el retraso en el recuento de determinados distritos de la capital a su abultada poblaci¨®n
La tarde-noche del domingo 26 de octubre, los invitados y los periodistas destacados en el centro de proceso de datos electorales de la Comunidad de Madrid, situado en la Puerta del Sol, dieron un respingo en sus asientos al recibir los primeros resultados del escrutinio. Con el 23% de los votos procesados, el socialista Rafael Simancas hac¨ªa a?icos todos los pron¨®sticos y obten¨ªa 52 esca?os, que sumados a los 10 de IU le permitir¨ªan formar Gobierno con comodidad. Esperanza Aguirre (PP), con 49 esca?os, se quedaba muy lejos de la mayor¨ªa absoluta que le promet¨ªan tanto los sondeos publicados la semana anterior como los realizados a pie de urna.
La ¨²ltima vez que los socialistas gobernaron en la Comunidad de Madrid ocurri¨® lo mismo. El entonces consejero de Cooperaci¨®n, el socialista Virgilio Cano, llam¨® el 28 de mayo de 1995 al dirigente popular Manuel Cobo para contarle, a las diez de la noche, que el PP ten¨ªa 49 diputados, muy lejos de la mayor¨ªa absoluta. A las doce de la noche, Cano confirm¨® a Cobo que el PP ten¨ªa 54 esca?os, con un escrutinio del 88,37%.
En las elecciones del 95, el PP empez¨® con 49 diputados a las 10.00 y acab¨® con 54 a las 12.00
"Parar el proceso fue una deferencia hacia Gallard¨®n, para que no ofreciera datos viejos"
El pasado domingo se repiti¨® la escena. A pesar del tremendo batacazo que les auguraban los primeros resultados, los rostros de los invitados, en su mayor¨ªa vinculados al PP, tampoco transmit¨ªan una preocupaci¨®n excesiva. Recordaban que en la convocatoria del 25 de mayo, a medida que transcurr¨ªa la noche, Esperanza Aguirre iba comi¨¦ndole terreno a PSOE e IU hasta el punto de quedarse a un pu?ado de votos de lograr una mayor¨ªa absoluta. Esta vez confiaban en que sucediera lo mismo. Y as¨ª fue. 49, 50, 52, 53... as¨ª hasta 57 esca?os. En las sucesivas oleadas de resultados que iban llegando a los ordenadores cada cinco minutos se ve¨ªa como el PP aseguraba la mayor¨ªa absoluta en detrimento de la izquierda. Los asistentes segu¨ªan el avance popular como si se tratara de una etapa monta?osa del Tour de Francia y las tertulias de radio apuntaban la raz¨®n de este expediente X electoral: el escrutinio en los feudos tradicionales del PP va m¨¢s lento que en los municipios y distritos m¨¢s propensos a votar a la izquierda.
Efectivamente, mientras que en ciudades como M¨®stoles o Getafe, donde la izquierda ha sido casi siempre la vencedora, se hab¨ªa comprobado el 75% de los sufragios, en municipios m¨¢s peque?os y m¨¢s conservadores, como Boadilla del Monte o Pozuelo de Alarc¨®n, el porcentaje de voto escrutado apenas rozaba el 20%. El mismo fen¨®meno se daba en los distritos madrile?os de de Salamanca, Chamart¨ªn o Retiro. El secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, consider¨® que esta forma de presentar los resultados obedec¨ªa a las "malas artes del PP". El candidato de IU a presidente de la Comunidad, Fausto Fern¨¢ndez, pidi¨® al PP que "escoja otro juego" para las noches electorales.
Jos¨¦ Ram¨®n Alonso, coordinador del proceso electoral en la Comunidad de Madrid, achaca esta situaci¨®n -que se viene planteando desde 1991, seg¨²n el vicepresidente madrile?o en funciones, Carlos Mayor Oreja- a que las mesas electorales de los distritos y municipios m¨¢s proclives al PP "tienen m¨¢s electores, la edad de la poblaci¨®n votante es mayor, hay menos colegios electorales y la gente acude a votar m¨¢s tarde", de manera que cuando se cierran las puertas de los colegios a las 20.00 hay gente que no vota hasta las 20.20. "Los distritos de Centro, Retiro o Salamanca son zonas muy pobladas con mesas muy grandes. El distrito de Latina es tan grande como Granada o Vitoria, y el barrio de Barajas, el m¨¢s peque?o de Madrid, es m¨¢s grande que Soria o Teruel". Alonso asegura que "Madrid tiene 1,8 veces la poblaci¨®n de Barcelona y el mismo n¨²mero de mesas electorales".
Para Alonso, es "imposible" que se pueda manipular el escrutinio, y destaca la velocidad -cuatro horas y 44 minutos- con que se comprobaron los 2.703.951 votos emitidos en las 6.000 mesas distribuidas por la Comunidad de Madrid y se publicaron los resultados provisionales.
Desde que se convocan las elecciones hasta que los primeros resultados parpadean en las pantallas de los ordenadores se produce un proceso complejo.
- Designaci¨®n de mesas electorales. Antes de las elecciones, la oficina del censo electoral, dependiente del Instituto Nacional de Estad¨ªstica se pone de acuerdo con los ayuntamientos para organizar las mesas electorales de acuerdo con el principio de que cada secci¨®n (subdivisi¨®n del municipio a efectos electorales) no supere la cifra de 2.000 electores. Por ejemplo, la secci¨®n 27 divide a sus votantes en mesa A (apellidos de la A a la L) y mesa B (M-Z).
- Recuento. Una vez que se cierran los colegios electorales, en primer lugar se desprecintan las urnas y el presidente ayudado por los dos vocales cuentan los votos de cada partido. En ocasiones, los interventores -gente designada por los partidos para controlar una determinada mesa- o los apoderados -personas con acreditaci¨®n para vigilar el proceso electoral en varios colegios-, pueden presentar objeciones, lo que suele suponer un retraso del recuento.
- Certificado de escrutinio e identificaci¨®n de la mesa. Una vez recabados los resultados de la mesa, el presidente los consigna en un certificado de escrutinio que entrega a un representante de la Administraci¨®n. ?ste llama con un tel¨¦fono m¨®vil a un n¨²mero 900 y habla con una -y s¨®lo una- de las 400 telefonistas del Centro de Proceso de Datos, situado en el Pabell¨®n 12 de la Casa de Campo e identifica su mesa mediante un c¨®digo de siete d¨ªgitos que incluye el municipio, el distrito, la secci¨®n y la mesa. Si es un distrito ¨²nico, el c¨®digo acaba en U y si hay varias mesas, a cada una se le asigna una letra del alfabeto.
- El representante canta los datos. Tras identificar la mesa, el representante lee las siglas del partido y el n¨²mero de votos obtenidos mientras la telefonista los apunta en un bolet¨ªn y repite las siglas, el nombre del partido desarrollado y el n¨²mero de votos para que el representante se lo confirme. As¨ª se hace con todos los partidos en todos las mesas, incluso con aquellos que no han obtenido ning¨²n sufragio.
- Los 'correcaminos'. Cuando ha terminado de cumplimentar el bolet¨ªn, la telefonista levanta la mano y un correcaminos de su pasillo se acerca a cogerlo "a toda velocidad". Este mensajero de la sala de ordenadores, entrega el bolet¨ªn, como si fuera una posta de relevos, a otro correcaminos que lo deposita en una bandeja en la sala de Grabaci¨®n. All¨ª otro enlace los reparte entre las grabadoras, que se encargan de introducir los datos en su terminal de ordenador para pasarlo al Centro de Proceso de Datos, que es el encargado de publicar los resultados provisionales en Internet.
"Vamos introduciendo los datos a un ritmo de 33 mesas por minuto, y est¨¢ todo codificado desde el primer al ¨²ltimo elemento del proceso", afirma Alonso, antes de asegurar que los t¨¦cnicos de tratamiento de datos terminaron "encantados" la jornada electoral del domingo por la "hora tempran¨ªsima" a la que se publicaron los datos del 100% de votos escrutados. "El problema que tenemos los t¨¦cnicos electorales es que nos encontramos en las ant¨ªpodas de los pol¨ªticos. A nosotros nos importa que el proceso sea escrupuloso aunque se tarde m¨¢s y a ellos lo que les preocupa es que los ciudadanos se acuesten sabiendo qui¨¦n va a ser su presidente", a?ade Alonso.
- El par¨®n de Gallard¨®n. A la pol¨¦mica por que el escrutinio fue m¨¢s veloz en las zonas de izquierda, se sum¨® ayer la controversia por que el presidente de la comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, hizo que se detuviera el proceso de recuento y publicaci¨®n de datos para dar la noticia de que el PP hab¨ªa obtenido la mayor¨ªa absoluta de forma irreversible. Para que esto fuera posible bast¨® con detener el trabajo en la fase de grabaci¨®n de datos, mientras que las otras fases continuaban su tarea y acumulaban boletines de resultados. "Parar el proceso fue una deferencia. No ser¨ªa de recibo que el presidente estuviera dando unos datos que se est¨¢n demostrando viejos en las pantallas de televisi¨®n", asegura Alonso.
- El recuento definitivo. Tres d¨ªas despu¨¦s del escrutinio provisional, comienza el recuento definitivo, que terminar¨¢, de acuerdo con la ley electoral "no despu¨¦s del sexto d¨ªa despu¨¦s de celebradas las elecciones".
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