Los l¨ªmites de la guerra
Un libro denuncia la salvaje violencia contra los civiles en los conflictos modernos
Si la verdad es la primera baja de la guerra, la poblaci¨®n civil es su principal v¨ªctima. Pese al horroroso saldo de muertes de la Primera Guerra Mundial, los millones de personas que perecieron, lo hicieron en su gran mayor¨ªa en el campo de batalla. Soldados muertos por soldados. No civiles asesinados en medio del caos. La proporci¨®n aproximada entre v¨ªctimas militares y civiles fue de nueve a uno. En la Segunda Guerra Mundial, la proporci¨®n fue m¨¢s o menos semejante. Hoy, por cada v¨ªctima militar hay m¨¢s de noventa v¨ªctimas civiles. "La realidad de nuestra ¨¦poca, como ha quedado demostrado en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Somalia, Bosnia, Ruanda y Chechenia, es que la tortura es end¨¦mica, el asesinato de la poblaci¨®n civil, com¨²n, y la expulsi¨®n de los supervivientes de sus hogares constituye el principal prop¨®sito de cualquier ofensiva militar", explica David Rieff, editor junto a Roy Gutman -jefe de internacional de la revista Newsday- del libro Cr¨ªmenes de guerra (Debate), con pr¨®logo del juez Baltasar Garz¨®n.
Si el 99% de los muertos en las guerras de nuestros d¨ªas no lleva uniforme, si son civiles, significa que las garant¨ªas y la protecci¨®n del Derecho Internacional Humanitario han fallado. Ese derecho encauza a las guerras dentro de unos l¨ªmites. Pero pocos Gobiernos parecen cumplir las leyes. Las mujeres violadas en Bosnia. Los ni?os soldados en Liberia, conocidos como los Hitler, the killer (Hitler, el asesino). La incitaci¨®n al genocidio en Ruanda. Los experimentos m¨¦dicos contra prisioneros de guerra. Los ataques indiscriminados y la destrucci¨®n arbitraria en Chechenia. Los miles de desaparecidos que han dejado todas las guerras sucias del planeta. Los castigos colectivos que ejerce el Estado de Israel sobre los palestinos. Los 200 millones de seres humanos que viven en situaci¨®n de servidumbre forzada -esclavitud-, m¨¢s que nunca en la historia...
Todos son cr¨ªmenes de guerra. Todas son atrocidades que no deber¨ªan haber sucedido, a tenor de los Convenios de Ginebra de 1949. Pero son atrocidades que contin¨²an sucedi¨¦ndose. El libro presentado ayer en Madrid por David Rieff, junto al juez Baltasar Garz¨®n y la escritora Susan Sontag, pretende despertar "la conciencia de los ciudadanos acerca de las leyes de la guerra y su aplicaci¨®n en situaciones de conflicto", asegura Rieff. "No debemos olvidar nunca que la guerra tiene l¨ªmites. No hay guerra sin horror. Pero debemos imponer l¨ªmites al horror", expone tajante Rieff. Periodista y escritor, Rieff, 51 a?os, ha cubierto varias guerras y crisis de refugiados por todo el mundo. Junto a su madre, Susan Sontag, vivi¨® en primera persona "la carnicer¨ªa" de Bosnia-Herzegovina. "En Bosnia vivimos la barbarie en directo y nos pregunt¨¢bamos: ?Son ¨¦stos cr¨ªmenes de guerra o el horror en el sentido m¨¢s cl¨¢sico de la guerra? Este libro pretende ser la respuesta a esa cuesti¨®n", explica Rieff.
En principio, Cr¨ªmenes de guerra se concibi¨® como un manual para reporteros. Pero as¨ª como la guerra es demasiado importante para dejarla s¨®lo en manos de los generales, la cobertura de la guerra es demasiado importante para dejarla sin reservas a los medios de comunicaci¨®n, viene a decir Rieff. "El p¨²blico debe conocer los elementos morales y legales del derecho. Cr¨ªmenes de guerra pretende que el gran p¨²blico se convierta en un consumidor de noticias mejor informado para poder calificar la actuaci¨®n de los Gobiernos".
Asegura Rieff que al sacar a la luz p¨²blica las violaciones flagrantes del derecho humanitario, se puede influir en el comportamiento en el campo de batalla. "Nuestra esperanza es que los principios del derecho sean comprendidos y que la prensa y otros observadores de la guerra presenten hechos relevantes al p¨²blico".
Joseph Pulitzer lo expres¨® muy sucintamente cuando escribi¨®: "El crimen s¨®lo prospera en el secreto. Expongan los hechos, descr¨ªbanlos, at¨¢quenlos, ridicul¨ªcenlos en la prensa y, tarde o temprano, la opini¨®n p¨²blica los barrer¨¢ del mapa".
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