B¨¦lgica descubre las formas de Rueda
Una exposici¨®n muestra en Ostende la abstracci¨®n y el constructivismo del artista espa?ol en una retrospectiva
La abstracci¨®n geom¨¦trica y el constructivismo de Gerardo Rueda son motivo de una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Ostende, donde las obras reducidas a la expresi¨®n pura de la forma elemental y los colores b¨¢sicos del madrile?o, en ruptura con el estereotipo de la pintura espa?ola, dialogan a la perfecci¨®n con sus contempor¨¢neos belgas de la colecci¨®n permanente.
Medio centenar de cuadros, si cuadros se pueden llamar a las obras de vol¨²menes enmarcados de Gerardo Rueda, esculturas y obras sobre papel muestran a los belgas la obra de un creador que "no corresponde con la imagen estereotipada del arte espa?ol, una imagen de dramatismo sombr¨ªo, patetismo violento y ret¨®rica casi barroca", como se?ala en las notas del cat¨¢logo Willy Van den Bussche, conservador jefe del museo.
La evoluci¨®n del arte de Rueda, que empez¨® a dar frutos s¨®lidos a mediados de los a?os cincuenta y no dej¨® de hacerlo hasta la hora de su muerte en 1996, con 70 a?os, queda n¨ªtidamente expuesta en la muestra de la ciudad portuaria belga, siguiendo una evoluci¨®n cronol¨®gica en la que tambi¨¦n son perceptibles las vueltas sobre su pasos del artista, para experimentar con formas y modos de expresi¨®n desarrollados d¨¦cadas antes.
La obras de los a?os 50, incluida la abstracci¨®n geom¨¦trica del paisaje recogida en Carabanchel (1955), ocupan la primera sala, presidida en el centro, significativamente, por una escultura de inspiraci¨®n arquitect¨®nica con vol¨²menes puros (cilindros, paralelep¨ªpedos, rejillas) que corresponde al a?o de la desaparici¨®n de Rueda. La muestra avanza progresivamente y a la ¨¦poca de las pinturas grises sigue la de la reintroducci¨®n del color, con las series monocromas en las que la uniformidad se quiebra con relieves que son como huellas o signos cuyo significado intriga y se le escapa al espectador.
En los a?os setenta, el artista simplifica y complica su obra con la introducci¨®n de vol¨²menes geom¨¦tricos elementales en marcos que crean espacios tridimensionales. Ese constructivismo va lo mismo acompa?ado de combinaciones de colores que de monocrom¨ªas. La nueva forma es consecuencia de la experimentaci¨®n con la representaci¨®n de la profundidad y el espacio, que dan un nuevo salto en la d¨¦cada siguiente. La geometr¨ªa forzada se da la mano con objetos encontrados como latas, que el creador eleva a la categor¨ªa de arte.
En la ¨²ltima sala, tras mostrarse trabajos sobre papel que de nuevo evocan vagos alfabetos o ideogramas desintegrados, el museo deja patente los ciclos creadores de idea y vuelta de Rueda al mostrar juntas dos obras con el mismo motivo separada por tres d¨¦cadas. Las cajas de cerillas en marcos acristalados y pintadas de verdes, azul o rojo a mediados de los a?os sesenta se muestran junto al complemento natural de cajetillas de tabaco tambi¨¦n cubiertas de colores uniformes producidas a mediados de los noventa.
"A trav¨¦s del orden y la claridad, Rueda pretende crear una cierta naturalidad en la obra de arte, una especie de espacio que casi genera una presencia de forma natural", hace notar Van den Bussche, quien prefiere etiquetar al arte del Rueda como no objetivo en vez de abstracto.
La retrospectiva, preparada por el Ministerio de Exteriores dentro del programa Arte espa?ol en el exterior, llega a Ostende desde Helsinki y a mediados de diciembre embarcar¨¢ rumbo al neoyorquino museo de Chelsea. En Ostende dialoga c¨®modamente con las obras pertenecientes a la colecci¨®n permanente de los contempor¨¢neos del madrile?o, en especial con los del grupo Arte Abstracto. El museo recoge nutridamente todo el arte del siglo XX belga, con representaci¨®n de todas las escuelas y estilos, incluidas obras de gigantes de la talla de Delvaux o Magritte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.