La inmensa Norma Aleandro inventa una deliciosa 'Cleopatra' libre e incesantemente renovadora

Astronautas, segunda pel¨ªcula espa?ola en concurso, escrita y dirigida por el casi debutante Santi Amodeo, es un filme con muchos altibajos entre ocurrencias visuales bastante pobres y brotes de viveza y verdad en el d¨²o de Nancho Novo, que hace un excelente trabajo, y la magn¨ªfica novata Teresa Hurtado. Y por la pantalla del teatro Calder¨®n pasaron m¨¢s pel¨ªculas con buena pegada, pero la memoria se llena con una imagen que apaga a las restantes: es la de la inminente actriz argentina Norma Aleandro y su loca y adorable Cleopatra, un alarde de ingenio y sabidur¨ªa.

Astronautas cuenta la amistad entre un yonqui cuarent¨®n -un desastre humano que quiere torpemente salir de la encerrona de la hero¨ªna y dar sentido a su supervivencia- y una adolescente de 15 a?os -hermana de un colega enfermo-, una chiquilla llena de coraje y lucidez, que ense?a a vivir al viejo z¨¢ngano.

Da la impresi¨®n de que la bonita f¨¢bula ideada por el guionista Amodeo da de s¨ª para un mediometraje que el director Amodeo estira hasta 86 minutos. Se sirve para ello de sosos adornos en forma de bocadillos de animaci¨®n y de algunas escenas simplemente dilatorias. Pero, separados de la ganga, quedan momentos de oro cinematogr¨¢fico.

Puro oro cinematogr¨¢fico es todo cuanto toca la alquimia interpretativa de Norma Aleandro, que tiene tal capacidad de transfiguraci¨®n que a la memoria se le escapan sus incontables y sutil¨ªsimas mutaciones, los saltos y meandros de la l¨ªnea gestual de su personaje, que cambia de registro y se renueva incesantemente con una malicia que lo hace escurridizo y se nos escape una y otra vez cuando creemos que lo hemos calado, que ya sabemos qui¨¦n es. Se trata de una mujer humilde, apacible, sometida a un marido d¨¦spota, sencilla y generosa, pero dotada de tal instinto de libertad que cuando un d¨ªa destapa el frasco de las esencias de ese instinto no hay frontera f¨ªsica y mental que aguante su capacidad de aventura.

Su Cleopatra, bien dirigida por Eduardo Mignogna, est¨¢ inmejorablemente flanqueada por la hermosa y muy notable actriz Natalia Oreiro y por las presencias formidables de Leonardo Sbaraglia y H¨¦ctor Alterio, que no necesitan identificar su talla art¨ªstica m¨¢s que con el sonoro golpe de sus simples nombres. Y es este cuarteto quien sostiene una pel¨ªcula interesante y algo averiada y que no es lo mejor del magn¨ªfico Mignogna. Pero la elegancia, la gracia, la energ¨ªa expresiva, la sutileza y astucia del oficio de Norma Aleandro cubren, y no los dejan ver, los baches y, ya que la actriz est¨¢ casi siempre en pantalla, no hay manera de apartar la mirada de ¨¦sta. Y la bonita pero defectuosa pel¨ªcula se convierte en un peque?o espect¨¢culo mayor, que despide alegr¨ªa, gracia y seducci¨®n.