Cenizas y diamantes

Excesiva y apasionada, la ingente obra escrita que deja Joan Perucho es, ante todo, el reflejo de una imaginaci¨®n tan f¨¦rtil como extra?a. Perucho tuvo la rara habilidad de refugiarse en los nidos de la fantas¨ªa y salir luego con un arsenal de historias fascinantes, que sab¨ªa contar en todos sus registros. La fuerza de esos mundos paralelos aparec¨ªa tanto en sus novelas como en sus poemas, en las cr¨ªticas de arte y los art¨ªculos que public¨® a lo largo de toda su vida como en las entrevistas que conced¨ªa. "Toda mi obra es una reacci¨®n contra el racionalismo", manifest¨® en una de ellas: gustaba de los titulares contundentes, que a veces rayaban lo sobrenatural.

El Perucho poeta se dio a conocer en 1947 con Sota la sang. Era la ¨¦poca universitaria, de relaci¨®n con los integrantes del colectivo de Dau al Set; de esa ¨¦poca es el volumen de poemas El m¨¦dium (premio Ciudad de Barcelona), que podr¨ªa definirse como un esfuerzo por dar voz a los cuadros de Antoni T¨¤pies, Modest Cuixart o Joan Pon?. Un primer paso hacia la prosa de ficci¨®n fue Diana i la mar morta (1953), una historia turbadora, aunque su voz literaria se asent¨® sobre todo en el Llibre de cavalleries (1957). Todos los cr¨ªticos, sin embargo, est¨¢n de acuerdo en que su obra empieza a despegar de verdad con Les hist¨°ries naturals (1960), una novela inusual en un panorama, el catal¨¢n, marcado entonces por el realismo social. Les hist¨°ries naturals contiene ya los rasgos principales de la novel¨ªstica de Perucho: ir¨®nica, fantasiosa y erudita, cuenta la investigaci¨®n que Antoni de Montpalau, un cient¨ªfico ilustrado y liberal, lleva a cabo para encontrar a Onofre de Dip, caballero del rey Jaime I convertido en vampiro. Entre las numerosas obras de ficci¨®n que desat¨® ese primer paso cabr¨ªa citar las Hist¨°ries ap¨°crifes (1974), Les aventures del cavaller Kosmas (1981, premio Ramon Llull, Nacional de la Cr¨ªtica y Joan Crexells) o Pamela (1983). En todas ellas Perucho sacaba partido de ese gusto por novelar lo ¨²nico, excepcional e inesperado, y sin evitar los devaneos del estilo.

Toda la obra de Perucho se nutre de una curiosidad insaciable por la cultura en todas sus formas: Perucho era bibli¨®filo, erudito, amante de las religiones y la historia, del arte antiguo y de las vanguardias, de la bot¨¢nica, de los aut¨®matas y la literatura fant¨¢stica, etc¨¦tera. Los g¨¦neros se cruzan, los intereses se mezclan, la intuici¨®n literaria se regocija. Una relaci¨®n apresurada de su obra deber¨ªa referirse tambi¨¦n a su pasi¨®n por la gastronom¨ªa, plasmada en un libro esencial escrito junto a N¨¦stor Luj¨¢n: El libro de la cocina espa?ola (1970). Como cr¨ªtico estudi¨® tambi¨¦n la obra de Gaud¨ª, Mir¨®, Picasso, Dau al Set y de la cultura pop de los a?os sesenta, que se abr¨ªa al c¨®mic, la ciencia-ficci¨®n o el pop-art -central es su libro La sonrisa de Eros (1968)-. En cuanto a su obra po¨¦tica, no pueden olvidarse Els miralls (1986), Cendres & diamants (1989) o el ¨²ltimo volumen, Els morts (2000), evocaci¨®n ¨ªntima y epitafio honor¨ªfico de sus compa?eros de generaci¨®n fallecidos. Como dej¨® escrito Juli¨¤ Guillamon, su principal conocedor: "Pocos autores pueden ofrecer una creaci¨®n tan fecunda de mundos imaginarios".