M¨ªrala
Dijo la ministra de Exteriores que hay que "aprehender" a los que ponen bombas en Irak y que debe caer sobre ellos "todo el peso de la ley". Me gust¨®. A m¨ª me gustan mucho las declaraciones. Me gustar¨ªa tener m¨¢s declaraciones y, de hecho, es lo ¨²nico que tengo ¨²ltimamente. Declaraciones graciosas. Hablar como si en Irak funcionaran la ley y el orden es un acto de fe derivado de la nueva religi¨®n que profesamos en Espa?a (Bush Jr. nunca se equivoca), de la que Aznar ser¨ªa Sumo Sacerdote y la ministra una especie de vestal alborotada. Toda la doctrina armada a su alrededor descansa en la mentira. Mentir y seguir mintiendo. Y mentir de nuevo.
Tal afici¨®n puede resultarle entretenida como ejercicio de maquiavelismo de bajo nivel al alcance de la mente que mece la calabaza de Halloween, pero desde luego no se corresponde con el escenario real. Ese escenario, concretamente, est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s lleno de sangre, y todos los reporteros encamados del planeta no conseguir¨¢n convertirlo en una tarde de domingo con Mickey Mouse en Disneyworld.
El mundo irreal, el mundo de la mentira, la ocultaci¨®n y el escapismo, del no rendir cuentas y enga?ar, sin embargo, va construy¨¦ndose en torno a nosotros hasta cubrir por completo la realidad. Nos hiela la sangre y endurece nuestras arterias. Da igual. Da igual que todo d¨¦ igual. Ah¨ª est¨¢, ah¨ª est¨¢. M¨ªrala. La Puerta de Alcal¨¢.
Tomen el asunto de los presupuestos. Este a?o vamos a cerrar las cuentas con 3.500 millones de euros ahorrados, dijo el ministro S¨²per Montoro Super¨¢vit, y el se?or Rodr¨ªguez Zapatero (r¨¢pido e inspirado, por una vez) le reproch¨® presumir de semejante cosa. Bueno, mucho me temo que a nosotros, los superavitados, nos deje indiferentes el tremendo asunto. Resulta que han ahorrado a costa de no mejorar los servicios sociales, pero no s¨®lo las clases desfavorecidas tienen derecho a quejarse, sino todos nosotros. Han ahorrado tambi¨¦n a costa de la investigaci¨®n, de la ense?anza, de la modernizaci¨®n. Han ahorrado a costa del futuro del pa¨ªs que dicen gobernar, del pastel que no necesitan agrandar m¨¢s que por la parte de inminente sabrosura que a ellos les toca repartirse.
Ah¨ª est¨¢, la Puerta de Alcal¨¢. M¨ªrala y llora.
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