Un m¨®vil, un v¨¢ter y el tr¨¢fico de Nueva York

A Edwin Gallart le pas¨® lo que le puede suceder a cualquiera: se le cay¨® el tel¨¦fono m¨®vil en el v¨¢ter. ?Y qu¨¦ hizo? Pues buscarlo. Meti¨® el brazo en el inodoro, con tan mala pata que se qued¨® atascado. El incidente nunca hubiera salido en los peri¨®dicos de no ser porque Gallart, un habitante del Bronx de 41 a?os, estaba en el cuarto de ba?o de un tren de cercan¨ªas. Para sacarlo de tan inc¨®moda situaci¨®n hubo que parar el tren, llamar a los bomberos, evacuar a los pasajeros y desviar gran parte del tr¨¢fico ferroviario de Nueva York en hora punta. Los responsables de Metro North, la red local de ferrocarriles, estaban tan furiosos que no descartaban demandar a Gallart por destrucci¨®n de propiedad p¨²blica, es decir el v¨¢ter. "Cuando el brazo de este tonto se atasc¨®, todo el tr¨¢fico se fue al traste. Esto ha costado mucho dinero a mucha gente", dijo airado su portavoz. El suceso ocurri¨® a las 18.19, hora en la que cientos de miles de oficinistas toman la estaci¨®n de Grand Central para regresar a sus casas. Cuando Gallart vio que se hab¨ªa quedado atrapado, despu¨¦s de salir de Manhattan, avis¨® al supervisor pero no hubo forma de liberarle. Unas cuantas estaciones m¨¢s tarde llegaron los bomberos, que tuvieron que desmontar por completo el inodoro de aluminio. Y lo peor es que Gallart, que fue atendido brevemente en un hospital cercano, ni siquiera recuper¨® su tel¨¦fono.-