Rogelio Salmona, materiales de la imaginaci¨®n
Inmersos en un periodo que adolece de la fugacidad de la moda y de un exceso de im¨¢genes superficiales, resulta reconfortante encontrar a un arquitecto que siente devoci¨®n por la esencia duradera y la presencia continua de la arquitectura. Durante el ¨²ltimo medio siglo, el arquitecto colombiano Rogelio Salmona (nacido en 1929) ha ido cristalizando gradualmente una serie de obras marcadas por la imaginaci¨®n social, la forma rigurosa, los materiales t¨¢ctiles, la sensibilidad hacia la tierra y el tratamiento po¨¦tico de la luz, el espacio y el agua. Algunas de las obras de Salmona -pensemos en esa agrupaci¨®n de edificios altos de ladrillo, situados en el centro de Bogot¨¢ y conocidos como las Torres del Parque (1965-1970); o en la residencia oficial de invitados del Estado colombiano, en una isla tropical de una laguna cercana a Cartagena de Indias y conocida como la Casa de Hu¨¦spedes Ilustres de Colombia (1983-1987)- merecer¨ªan tener su sitio en cualquier historia mundial de la arquitectura moderna, simplemente por su calidad. Pero estas obras ilustran tambi¨¦n el compromiso de Salmona con el hecho de construir de un modo apropiado para unos lugares, climas y culturas particulares sin perder de vista cierta dimensi¨®n universal.
Para Salmona, la arquitectura es una cuesti¨®n tanto ¨¦tica como pol¨ªtica, puesto que su objetivo es mejorar la existencia de los usuarios
Salmona trabaj¨® varios a?os para Le Corbusier en Par¨ªs durante la d¨¦cada de 1950, pero nunca ha seguido ciegamente a ¨¦ste ni a ning¨²n otro "maestro". En la d¨¦cada de 1960 fusion¨® la abstracci¨®n moderna con la construcci¨®n aut¨®ctona de ladrillo en unos proyectos residenciales que est¨¢n muy en deuda con el arquitecto dan¨¦s Arne Jacobsen. En ese mismo periodo, su manejo de la topograf¨ªa, el espacio social, los materiales y las plantas org¨¢nicas se basaban en el ejemplo del finland¨¦s Alvar Aalto. Los monumentales vol¨²menes de ladrillo y las geometr¨ªas regulares de algunos proyectos m¨¢s recientes -como el Archivo Nacional en Bogot¨¢ (1989-1996)- tambi¨¦n est¨¢n en deuda con Louis Kahn. Salmona ha asimilado lo que ha necesitado del mundo internacional de la arquitectura, y luego lo ha transformado para adaptarlo a sus propias intenciones y a las realidades con las que se enfrentaba; tambi¨¦n ha reinterpretado el pasado en sus aspectos m¨¢s profundos, dotando de un nuevo significado a algunos arquetipos, como el patio y la plataforma, que se encuentran tanto en los edificios vern¨¢culos como en los monumentos de Am¨¦rica Latina, Europa y otras regiones. Por todas estas razones resultar¨ªa inadecuado referirse a ¨¦l como un "regionalista": su territorio imaginativo es muy vasto y sus edificios combinan lo moderno y lo antiguo, lo local y lo general.
Con frecuencia se califica a Colombia de "pa¨ªs en desarrollo" -haciendo referencia con ello a que sus infraestructuras t¨¦cnicas no son las m¨¢s modernas-, pero esa denominaci¨®n nos dice muy poco acerca de la riqueza cultural del pa¨ªs. Desde el principio, Salmona ha combinado un sentido moderno del lugar con una construcci¨®n h¨ªbrida de estructuras de hormig¨®n con unos aparejos de ladrillo que necesitan mucha mano de obra; siempre ha concebido la arquitectura como un servicio a la sociedad, como un arte colectivo que puede contribuir a consolidar las instituciones al tiempo que proporciona unos espacios p¨²blicos duraderos. Las estructuras pol¨ªticas existentes han hecho que no resulte f¨¢cil para la arquitectura llegar hasta los sectores m¨¢s pobres de la sociedad, pero a veces algunos proyectos concretos han adoptado el car¨¢cter de prototipos en los que se han puesto a prueba las ideas generales con la esperanza de que m¨¢s adelante pudiesen aplicarse de un modo m¨¢s general. Las mencionadas viviendas de las Torres del Parque, en Bogot¨¢, fueron un proyecto clave en la b¨²squeda de Salmona de una respuesta m¨¢s humana a los problemas de la r¨¢pida urbanizaci¨®n. Los edificios se funden con el contexto mediante terrazas, plataformas y escaleras de ladrillo, pero el conjunto de las torres tambi¨¦n constituye un hito topogr¨¢fico en las escalas m¨¢s amplias de la ciudad y el paisaje.
En la d¨¦cada de 1980, Salmon-
na tuvo conocimiento del cambio del pensamiento arquitect¨®nico en pro de una representaci¨®n cultural m¨¢s patente en la forma arquitect¨®nica, pero fue igualmente consciente del peligro de dejar reducida la tradici¨®n a una calcoman¨ªa superficial. La citada Casa de Hu¨¦spedes Ilustres est¨¢ inmersa en la atm¨®sfera acu¨¢tica, los recuerdos hist¨®ricos y la vegetaci¨®n tropical de su emplazamiento caribe?o. El ritmo de los llenos y los vac¨ªos, de la luz y la sombra, se entrelaza con el tejido existente de las fortificaciones de piedra; y a veces el edificio se disuelve de un modo casi invisible en su entorno. Los sobrios muros est¨¢n perforados por sencillas aberturas rectangulares y tienen un revestimiento de piedra color miel salpicada de corales y conchas. En el interior aparece el contrapunto de las b¨®vedas tabicadas a la catalana (que nos recuerdan la experiencia de Salmona con las casas abovedadas de Le Corbusier de la d¨¦cada de 1950). Los espacios bajos y sombreados y los patios frescos de la Casa de Hu¨¦spedes quiebran la luz implacable y evocan un mundo protegido donde la imaginaci¨®n puede vagar libremente, acompa?ada de la circulaci¨®n del aire, del borboteo del agua y del rumor de las olas en la orilla del mar. M¨¢s all¨¢ de lo pragm¨¢tico, Salmona busca un orden po¨¦tico que resulte atractivo para todos los sentidos.
En cierto sentido, la Casa de Hu¨¦spedes de Salmona es un microcosmos de la vieja ciudad hisp¨¢nica de Cartagena, en el que sus calles, patios, plazas, monasterios y murallas se destilan hasta convertirse en un evocador palimpsesto, cargado de alusiones medio ocultas. Pero, en realidad, el alcance geogr¨¢fico de esta obra es mucho m¨¢s importante. Hay indicios de un misterioso espacio ¨¢rabe, como si alg¨²n recuerdo de la Alhambra -con sus caminos laber¨ªnticos y sus superficies de agua- hubiese sido trasladado a trav¨¦s del mar desde Andaluc¨ªa; de hecho, esto es lo que ocurri¨® realmente con la primera arquitectura colonial de Colombia: que lleg¨®, trayendo sus ecos moriscos, desde el sur de Espa?a. La destilaci¨®n de las ideas del patio incluye otro arquetipo m¨¢s, en este caso un punto de referencia en la b¨²squeda de la universalidad en la arquitectura mesoamericana: concretamente, la Casa de las monjas en Uxmal, el asentamiento maya del siglo IX en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. Los comentarios sobre la Casa de Hu¨¦spedes hacen referencia a "un sentido del lugar", pero en realidad se inspir¨® en muchos otros lugares, y los transform¨®. Efectivamente, el edificio es un mito construido: una obra maestra moderna que resuena con los ecos procedentes de diversos pasados.
Los edificios institucionales de
Salmona -como el Museo Quimbaya en Armenia (1983-1985), el Archivo Nacional en Bogot¨¢ (1989-1996) o la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Bogot¨¢ (1993-1999)- tambi¨¦n hacen uso de secuencias de patios, distintos niveles y canales de agua, y adquieren as¨ª cierto car¨¢cter de ciudades en miniatura, con sus calles y plazas. La transici¨®n desde estos patios p¨²blicos hasta los interiores m¨¢s privados se suele realizar mediante unos espacios sombreados no muy distintos a los claustros o los soportales, pero construidos en un lenguaje moderno. Los edificios de Salmona siempre se conciben como partes de un entorno m¨¢s amplio, ya sea urbano o paisaj¨ªstico. El Archivo Nacional redefine el patio como una gran puerta p¨²blica entre la instituci¨®n y la ciudad, y entre una parte y otra de la propia ciudad. Con sus pantallas de ladrillo perforado para favorecer la ventilaci¨®n natural, el ornamento que proporciona la textura de las juntas del ladrillo, y sus importantes llenos y vac¨ªos, este proyecto corresponde a esa visi¨®n propia de Salmona de que el arquitecto tiene la obligaci¨®n de consolidar la ciudad que se desvanece con unos edificantes lugares de reuni¨®n.
Como muchos arquitectos de verdadero inter¨¦s, Salmona se gu¨ªa por intuiciones relacionadas con el equilibrio ideal entre la civilizaci¨®n y la naturaleza; evita toda idea simplista de la identidad cultural y se distancia de los programas localistas, prefiriendo excavar los estratos de la historia y combinarlos con una idea y una forma de la modernidad. En una ¨¦poca de r¨¢pida urbanizaci¨®n y modernizaci¨®n, la obra de Salmona refleja una sensatez fundamental y revela el rechazo a verse desplazado por unas formulaciones ideol¨®gicas ef¨ªmeras. Estamos ante un arquitecto que asimila y transforma gradualmente, y que se mantiene alejado de las presiones de la moda intelectual o art¨ªstica. Para ¨¦l, la arquitectura es una cuesti¨®n tanto ¨¦tica como pol¨ªtica, puesto que su objetivo es mejorar la existencia de los usuarios de los edificios en el presente y en el futuro. La obra de Salmona no es suficientemente conocida en el mundo y a veces es tergiversada en su pa¨ªs, pero es probable que en el futuro siga transmitiendo sus cualidades de diversas maneras inesperadas durante mucho tiempo. Al recibir la Medalla Alvar Aalto en Jyv?skyl? (Finlandia), Salmona lo expres¨® as¨ª: "La arquitectura -una de las m¨¢s claras manifestaciones de la reconciliaci¨®n entre la materia y el esp¨ªritu (en caso de que esp¨ªritu y materia sean cosas distintas)- es un ejemplo de perseverancia y madurez que demuestra en la mayor¨ªa de sus obras -an¨®nimas muchas de ellas- la posibilidad de crear imaginarios para transformar la vida".
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