Los partidos, en riesgo de esclerosis
La asamblea de intelectuales debate c¨®mo mejorar la participaci¨®n democr¨¢tica
La sociedad est¨¢ insatisfecha con el funcionamiento de los partidos pol¨ªticos y ellos tambi¨¦n. Necesitan renovarse, pero el problema es c¨®mo. Las relaciones entre partidos pol¨ªticos y ciudadanos fue objeto de un debate organizado por la Asamblea Permanente de Intelectuales en el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona el jueves.
Los interpelados eran los representantes de los partidos: Josep Mar¨ªa Vall¨¨s (diputado de PSC-Ciutadans pel Canvi), Anna Sim¨® (concejal de ERC), Joan Boada, (diputado de ICV) y Daniel Sirera (diputado del PP). CiU no asisti¨®. Fue el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB), Joan Botella, el encargado de hacer el diagn¨®stico y no fue complaciente. Es cierto que los partidos fueron colocados durante la transici¨®n en el centro del sistema pol¨ªtico como "un instrumento indispensable para canalizar los procesos de representaci¨®n, debate y decisi¨®n pol¨ªtica", pero despiertan sentimientos ambivalentes. "En las encuestas aparecen como las instituciones m¨¢s desprestigiadas, pero un 80% de los ciudadanos los consideran indispensables para defender sus intereses", record¨® Josep Maria Vall¨¨s, tambi¨¦n catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB.
"El env¨ªo conjunto de papeletas ahorrar¨ªa 16 millones de euros"
S¨®lo el 1% de la poblaci¨®n milita en una organizaci¨®n pol¨ªtica
Entre las carencias, Botella cit¨® en primer lugar su debilidad. En Catalu?a, el n¨²mero de afiliados a alg¨²n partido apenas representa el 1% de los ciudadanos mayores de edad. Son tambi¨¦n "organizaciones muy institucionalizadas", de modo que los cargos directivos est¨¢n en manos de muy pocas personas, que a veces acumulan tambi¨¦n los cargos representativos. La mayor¨ªa de sus ingresos, al menos los conocidos, proceden de subvenciones de las instituciones y su actividad se centra en los ciclos electorales. Como un guadiana, aparecen en la campa?a electoral y desaparecen hasta la siguiente. "Son adem¨¢s", prosigui¨® Botella, "organizaciones muy autorreferenciales; no tienen informaci¨®n fina, capilar, de la sociedad; se basan demasiado en informes de expertos y, sobre todo, en la prensa".
Pese a que cuentan con pocos ingresos econ¨®micos, son organizaciones caras y se financian de forma opaca, lo que abre las puertas a los mecanismos de corrupci¨®n. Su funcionamiento interno es tambi¨¦n poco democr¨¢tico: la mayor¨ªa de las decisiones se adoptan a puerta cerrada, sin participaci¨®n de la militancia y menos a¨²n de los simpatizantes o electores. Pero al mismo tiempo son, en opini¨®n de Botella, "muy atractivas", puesto que deciden cosas importantes para la ciudadan¨ªa, desde la cuant¨ªa de las pensiones a la planificaci¨®n urban¨ªstica.
Los pol¨ªticos coincidieron, en t¨¦rminos generales, con el diagn¨®stico, pero tambi¨¦n en que no hay recetas m¨¢gicas y en que algunas de las medidas que se apuntan tienen efectos adversos. Las listas abiertas, por ejemplo. O la elecci¨®n directa de los alcaldes. Todos coincidieron en que los ciudadanos se sentir¨ªan m¨¢s confortables pudiendo elegir entre los miembros de una candidatura, pero eso abrir¨ªa la puerta, seg¨²n Daniel Sirera, a que en algunos casos pudiera prevalecer, no el candidato que mejores propuestas tiene, sino el que tiene m¨¢s dinero para gastar en publicidad. La elecci¨®n directa del alcalde podr¨ªa darle, en opini¨®n de Sirera, un poder excesivo, que ahora comparte con los grupos municipales.
Pero el que no existan recetas m¨¢gicas no quiere decir, seg¨²n Boada, que no se puedan ir cocinando y probando reformas parciales. Por ejemplo, las listas cerradas pero desbloqueadas, en que el ciudadano elige una, pero decide el orden de preferencia dentro de ella. De hecho ya hay propuestas en esta direcci¨®n: "En ERC hemos adoptado un documento de regeneraci¨®n democr¨¢tica en el que proponemos listas abiertas en los municipios de menos de 2.000 habitantes", explic¨® Anna Sim¨®.
Iniciativa plantea tambi¨¦n medidas de "radicalidad democr¨¢tica", seg¨²n Boada, como un uso m¨¢s riguroso de la iniciativa legislativa popular, "para que no ocurra como en esta legislatura, en que se recogieron 100.000 firmas para que no se permitiera la incineraci¨®n de residuos y en la tramitaci¨®n parlamentaria acab¨® convertida en una ley que consagra la incineraci¨®n, aunque con controles". Podr¨ªan utilizarse con m¨¢s frecuencia, seg¨²n Boada, aunque sin abusar, los referendos vinculantes, y "plantearnos el voto a los 16 a?os; ?por qu¨¦ no? O la posibilidad de que los inmigrantes extranjeros, a partir de un determinado tiempo de residencia, puedan votar".
Josep Maria Vall¨¨s resumi¨® en dos ideas su propuesta de regeneraci¨®n de la participaci¨®n democr¨¢tica: socializar los partidos y liberalizar el mercado pol¨ªtico. Para lo primero, propuso hacerlos m¨¢s transparentes, "que participen no s¨®lo los militantes, sino los simpatizantes e incluso los electores, y convocar conferencias abiertas para elaborar los programas". Las elecciones primarias, aunque en algunos casos no han dado los frutos deseados, son un instrumento a seguir explorando. Limitar los mandatos y evitar la concentraci¨®n de cargos en una misma persona romper¨ªa con la actual tendencia a la profesionalizaci¨®n. Incluso deber¨ªa pensarse, seg¨²n Vall¨¨s, en una indemnizaci¨®n econ¨®mica por cese de cargo p¨²blico, pues de lo contrario quienes no son funcionarios p¨²blicos pueden resistirse a abandonar el cargo por dificultades de reinserci¨®n laboral.
El t¨¦rmino "liberalizar el mercado de la pol¨ªtica" sonaba algo mercantilista, pero Vall¨¨s aclar¨® a qu¨¦ se refer¨ªa: "Se trata de privar a los partidos de la exclusiva de la representaci¨®n social". ?sta es una tarea que compete, sobre todo, a las instituciones p¨²blicas, pues ellas tienen la llave para promover, por ejemplo, audiencias legislativas sobre los proyectos que se tramiten en el Parlament o para convocar referendos derogatorios cuando los partidos no cumplan, aunque en este punto se proyect¨® sobre la sala la inquietante sombra de Schwarzenegger, pues cabe el peligro de que cualquier Terminador con suficientes apoyos econ¨®micos coja la escoba con la intenci¨®n de barrer a los pol¨ªticos profesionales. En cualquier caso, los partidos deben superar la fase en que se han convertido en meras "agencias necesarias de reclutamiento, formaci¨®n y ocupaci¨®n del personal que aspira a ocupar un cargo".
Unas agencias que adem¨¢s se financian de forma opaca, algo que todos criticaron. Qued¨® claro que hay que cambiar el sistema de financiaci¨®n, ampliando el poder de fiscalizaci¨®n del Tribunal de Cuentas, y hubo incluso propuestas radicales, como la de que los partidos sean sometidos al control permanente de un interventor p¨²blico. Pero en este ¨¢mbito, el escepticismo era manifiesto. Daniel Sirera record¨® que los partidos ni siquiera han sido capaces de cumplir el compromiso que adoptaron de forma solemne en el Parlament para reducir los gastos de campa?a. "S¨®lo con el env¨ªo conjunto de la propaganda electoral podr¨ªamos haber ahorrado en estas elecciones 16 millones de euros. Pero ni de eso hemos sido capaces", dijo Sirera.
Al final, qued¨® claro que la democracia puede mejorarse pero hay dos ¨¢mbitos en los que es urgente actuar: reformar el sistema de financiaci¨®n de los partidos, para reducir los gastos electorales y evitar corrupciones, y modificar radicalmente el modelo de gesti¨®n de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, para evitar que dependan de los gobiernos y puedan ser instrumentalizados por ¨¦stos, como ocurre ahora, con fines partidistas.
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