Bush: "EE UU completar¨¢ su misi¨®n en Irak"
Bremer anuncia que se acelerar¨¢ el entrenamiento de soldados y polic¨ªas locales
Se est¨¢ pagando, entre otros, el error de no purgar y mantener el Ej¨¦rcito regular iraqu¨ª
El 'n¨²mero dos' del Pent¨¢gono, Wolfowitz, admite que la situaci¨®n es la de "una guerra"
?Cu¨¢nto tiempo puede mantenerse as¨ª la situaci¨®n? Diversos medios aseguran que en el Pent¨¢gono se habla de un plazo de entre tres y seis meses, aunque hay factores, como la eventual detenci¨®n de Sadam, que cambiar¨ªan el panorama. El 46% de estadounidenses, seg¨²n Gallup, acepta un plazo inferior a un a?o. En todo caso, y aunque est¨¢ por ver la eficacia en el reclutamiento y formaci¨®n de polic¨ªas iraqu¨ªes y la rapidez y fiabilidad de la necesaria informaci¨®n para la contrainsurgencia, hay tareas que necesitan mucho m¨¢s tiempo, apunta Vicenzino: "La democratizaci¨®n de Irak es un objetivo a largo plazo, una reconstrucci¨®n que va m¨¢s all¨¢ del aspecto econ¨®mico y que debe hacerse desde dentro de la sociedad. Ha habido muchos avances en varios campos, pero esto lleva mucho tiempo. No es asunto de meses, exige mucha paciencia, y no s¨¦ si el a?o electoral que comienza es el mejor contexto".
La baza electoral republicana
De hoy en un a?o, el 2 de noviembre de 2004, se celebrar¨¢n las elecciones presidenciales en EE UU. A¨²n no se conoce el aspirante dem¨®crata, pero ya hay candidato republicano: George W. Bush, que depende de la econom¨ªa, pero tambi¨¦n de c¨®mo vayan las cosas en Irak. En el ¨²ltimo sondeo Gallup, s¨®lo el 52% de los norteamericanos cree que la guerra ha merecido la pena; el 53% no ve aceptable la cifra de soldados muertos en la posguerra.
Si las cosas empeorasen hasta un punto insoportable, Bush tendr¨ªa un as en la manga: un cambio en su Gobierno que desalojara a los principales responsables de la situaci¨®n. "El vicepresidente Cheney podr¨ªa no presentarse a las elecciones, con la excusa de sus problemas de salud, y Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz [secretario y subsecretario de Defensa] asumir¨ªan, con Cheney, el papel de chivos expiatorios", sugiere el responsable de una publicaci¨®n especializada con acceso a los c¨ªrculos pol¨ªticos y financieros que mandan en el Partido Republicano.
Es dif¨ªcil imaginar que el vicepresidente que m¨¢s ha pesado en la Casa Blanca acepte la jugada, pero se contempla seriamente, asegura la misma fuente, que recuerda que Bush no tuvo dudas, hace tres semanas, en enfrentarse a Rumsfeld y arrebatarle la coordinaci¨®n de la pol¨ªtica iraqu¨ª. "Al final, se har¨¢ lo que diga Karl Rove [consejero pol¨ªtico de Bush], de acuerdo con la gente que manda de verdad en el partido, pero si hubiera que elegir entre sacrificar algunos puestos y aumentar las posibilidades de victoria, la opci¨®n es evidente, ?no?".
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