El dif¨ªcil arte de taponar v¨ªas de agua

Hay sin duda otras cosas in¨¦ditas en esta campa?a electoral, pero la m¨¢s excitante de todas las novedades es que esta vez CiU no parte como ganadora. Hace cuatro a?os, cuando los socialistas lanzaron a Pasqual Maragall a la batalla por la presidencia de la Generalitat, en CiU hubo mucho miedo a perder. Pero Jordi Pujol lleg¨® al d¨ªa de la cita con las urnas con ventaja en los sondeos. Siete puntos porcentuales a tres semanas de las elecciones, 3,5 puntos a 10 d¨ªas de la votaci¨®n. La tendencia marcaba el ascenso de Maragall, y eso fue lo que sucedi¨® al final: tuvo m¨¢s votos que Pujol, aunque no tantos como para darle m¨¢s esca?os.

Lo nuevo de esta campa?a es que Artur Mas lleva dos a?os por detr¨¢s de Maragall en los sondeos y ahora mismo no est¨¢ en la posici¨®n que ten¨ªa Pujol en 1999. Est¨¢ peor. Lo m¨¢ximo que los sondeos le otorgan es un empate. Es para ¨¦l una situaci¨®n de alto riesgo, porque hay mucho que perder en estas elecciones.

No partir como ganadora coloca a CiU en una contradicci¨®n particularmente angustiosa. ?C¨®mo puede el pueblo catal¨¢n dejar de apoyar al partido que se define c¨®mo su ¨²nico defensor? ?C¨®mo podr¨ªan los nacionalistas seguir predic¨¢ndose a s¨ª mismos como genuina expresi¨®n pol¨ªtica de Catalu?a si el electorado no les reconociera esta condici¨®n? Una derrota no s¨®lo sacar¨ªa a la ¨¦lite convergente de los despachos que ocupa desde hace dos d¨¦cadas. Le plantear¨ªa adem¨¢s dif¨ªciles interrogantes ontol¨®gicos. ?Qu¨¦ puede ser un partido como CiU si est¨¢ fuera del poder?

La angustia ante la expectativa de perder es lo que explica los vaivenes de CiU en estos d¨ªas. En los momentos de auge de Pujol, CiU ha sido una fuerza pol¨ªtica que ha sabido y podido mostrarse atractiva igual para empresarios conservadores que para tenderos de barrio. Para ex miembros de UCD que para nacionalistas de buena fe. Igual para menestrales que para burgueses, dicho en una terminolog¨ªa ya no muy al uso. Ha logrado algo tan complejo como presidir la ¨¦poca de la espectacular expansi¨®n de las grandes superficies comerciales y ser considerado al mismo tiempo el partido de los botiguers.

Lo que en el cenit de Pujol era variada capacidad de atracci¨®n a diestra y siniestra se convierte en m¨²ltiples v¨ªas de agua en la hora del declive. Los sondeos marcan tendencias al alza para ERC, para el PP, para Iniciativa Verds, y ventaja para el PSC. Todo esto va en detrimento de CiU. Y obliga a Artur Mas a prodigarse en todos los frentes al mismo tiempo, para tapar los agujeros por los que se escapan votos en direcciones diversas. ?ste es un arte sutil, en el que es muy dif¨ªcil aprobar. Y en el que s¨®lo los maestros logran el excelente. ?C¨®mo hacer para presentarse el viernes ante el empresariado catal¨¢n como garant¨ªa de estabilidad econ¨®mica y pol¨ªtica, como hizo Mas en plena competencia con el PP, y desafiar la legalidad el s¨¢bado comprometi¨¦ndose a no cerrar las oficinas en el extranjero tras la decisi¨®n del Tribunal Constitucional, en aras de la no menos dura competencia con Esquerra? ?C¨®mo hacer para que todo esto no chirr¨ªe? ?Se pueden tapar tantos agujeros a la vez? Pues ¨¦ste es el desaf¨ªo de Mas.