El experimentado Becker, cazador cazado
Pr¨®ximo a cumplir 36 a?os, el jubilado tenista alem¨¢n Boris Becker, que a los 17 a?os fue el m¨¢s joven vencedor del torneo de Wimbledon, publica una especie de memorias en las que arroja luz sobre el episodio de la concepci¨®n de Anna, su hija extramatrimonial, que ha cumplido ya tres a?itos. Bild Zeitung public¨® ayer a todo trapo, con titulares que ocupaban la mitad de la primera plana, un anticipo del libro. En p¨¢ginas interiores se relata el episodio en el que un espermatozoide de Becker y un ¨®vulo de Angela Ermakova se fusionaron y dieron como resultado una ni?a pelirroja, el vivo retrato de su padre. La verdad es que Becker podr¨ªa haberse ahorrado los gastos del an¨¢lisis gen¨¦tico con el que intent¨® quitarse de encima una paternidad no deseada. El mismo Bild lanz¨® en su d¨ªa al mundo las m¨¢s peregrinas versiones sobre las circunstancias del embarazo. El peri¨®dico amarillista implic¨® a la mafia rusa, que pretend¨ªa chantajear al tenista, e inform¨® de una curiosa f¨®rmula de fecundaci¨®n seg¨²n la cual los espermatozoides de Becker pasaron de la cavidad bucal de Ermakova a su claustro materno. Nada de eso. Relata ahora Becker que todo parti¨® de una disputa matrimonial con su esposa, Barbara, el d¨ªa de su ¨²ltimo partido en Wimbledon en 1999. Embarazada de siete meses, Barbara tuvo que acudir de urgencias a una cl¨ªnica. El enojado marido se qued¨® solo y sali¨® a tomar una copa a un bar. All¨ª Becker volvi¨® a cruzarse con Ermakova, cuya presencia no le hab¨ªa pasado inadvertida los d¨ªas de las primeras eliminatorias del torneo: "Me hab¨ªa mirado exactamente esos dos segundo de m¨¢s que al experimentado cazador le indican: ?sa quiere algo de ti. Estaba de nuevo all¨ª y pas¨® dos veces por delante. De nuevo aquella mirada. Abandon¨® su mesa y se fue en direcci¨®n a los servicios. Yo, detr¨¢s de ella. Cinco minutos de breve conversaci¨®n y ya pasamos al asunto en la primera esquina que se ofreci¨®. Ella volvi¨® con sus amigas y yo beb¨ª mi cerveza, tom¨¦ un taxi y regres¨¦ al hotel". En febrero del a?o siguiente el experimentado cazador Becker recibi¨® en su oficina de M¨²nich un fax cuyo texto anunciaba: "El resultado de nuestro encuentro se encuentra en el octavo mes". El experimentado cazador, efectuadas las comprobaciones pertinentes al caso, pas¨® por caja y asumi¨® las obligaciones econ¨®micas derivadas de su desliz. De su mujer, Barbara, Becker se ha divorciado.-
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