Muertos en la Guerra Civil

Podr¨¢ resultar sorprendente, si fuera cierto, que la parcialidad justiciera de los "nacionales" -que se levantaron en julio de 1936 contra un poder democr¨¢ticamente establecido-, deviniera en un tratamiento paritario, desde 1939, a todos los espa?oles muertos en los tres a?os de guerra. Pero, mientras que los triunfadores tuvieron 40 a?os para enterrar y respetar a sus muertos, much¨ªsimos de los derrotados tuvieron que sufrir una posguerra de ejecuciones sumarias, de c¨¢rceles, de desposeimiento de sus derechos ciudadanos.

En ese sentido, parece incomprensible las c¨ªnicas y maniqueas declaraciones de algunos nost¨¢lgicos de la dictadura al pretender contrarrestar la retrasada pol¨ªtica por la que los descendientes de los derrotados en la incivil contienda est¨¢n recuperando su memoria y vienen enterrando, a trancas y barrancas, lo que queda f¨ªsicamente de sus muertos dispersados en fosas an¨®nimas.

Si la transici¨®n transcurri¨® sin vindicaciones l¨®gicas dentro de una generosa amnesia hacia los directos responsables del alzamiento; al menos resarcir a los vencidos en algo tan elemental como poder reconocer y sepultar a sus muertos. Resta?ar las heridas del fratricida enfrentamiento entre espa?oles no se resolver¨¢ si no se devuelve a los asesinados, de uno y otro bando, el derecho a que sus restos, identificados, descansen en una tierra de paz definitiva (?).