En defensa de las campa?as
Hay quien dice que las campa?as electorales no sirven para nada. Que las cosas est¨¢n decididas mucho antes. Seg¨²n esta extendida opini¨®n, en la campa?a electoral prima el ritual y, sobre todo, el negocio de unos cuantos listos, disfrazados de institutos opin¨¢ticos, y de market¨®logos de variado plumaje. Disiento. Desde mi punto de vista, los que consideran las campa?as electorales como una gran p¨¦rdida de tiempo y dinero, son los que estan sobreinformados, agobiados e incluso agotados de tanto mensaje y tanto despliegue publicitario. Pero, en el fondo, confunden su sobrecarga con la del pr¨®jimo. Si miramos m¨¢s de cerca lo que ocurre, y nos quitamos las gafas de experto, lo cierto es que mucha gente est¨¢ empezando a enterarse de algo tan aparentemente sabido como que Jordi Pujol no se presenta en las elecciones. El mismo Pujol no cesa de repetirlo cuando le dejan. "Oigan, que yo no me presento. No me busquen en las papeletas, que el que toca ahora es Mas".
En estos d¨ªas de todo tipo de ocasiones gastronomico-electorales, algo acaba coci¨¦ndose. Se cuecen dudas, y nunca ha habido tantas como en esta peculiar campa?a electoral. Los espacios entre partidos son fluidos. Existe fluidez entre CiU y ERC. Pero tambi¨¦n entre CiU y el PP, y hay quien vacila entre ERC e ICV. Mientras que, como indican los aspavientos de los socialistas, hay quien teme el trasvase de voto PSC-ICV. Y me consta que los hay que vacilan entre votar a ERC o ICV o abstenerse "activamente" dada la aparente poca rotundidad de cambio que personaliza Maragall.
En definitiva, la campa?a electoral no har¨¢ cambiar de opini¨®n al convencido, pero en cambio, su devenir, su tortuoso caminar, puede favorecer que alguien pase del apoyo pasivo (votar) al apoyo activo (proselitizar). De simplemente coger una papeleta a hablar en el trabajo o en el caf¨¦. Es evidente que, en este sentido, dos buenas campa?as son las del PP y la de ICV. Sus encontradas posiciones facilitan que sean m¨¢s claros y rotundos en los mensajes. Unos insistiendo en la seguridad, los otros en la cohesi¨®n social y en la lucha contra la pobreza. CiU, PSC y ERC buscan a votantes que pueden estar en rincones menos claros. En sus m¨ªtines cuidan m¨¢s que nunca las banderas que se muestran, no sea que enajenen el voto de alguien. Pero no crean que en campa?a electoral me lo paso pipa. Una vida acampa?ada ser¨ªa insoportable. Como lo ser¨ªa una sociedad llena de comentaristas movilizados que no cesaran de llevarse la contraria sobre cualquier nimiedad pol¨ªtica. Afortunadamente, hemos acordado concentrar esa dilapidaci¨®n de esfuerzos en unos pocos d¨ªas. Pero esos d¨ªas son necesarios. La l¨¢stima es que, en general, nos limitemos a discutir a qui¨¦n vamos a votar y no aprovechemos para discutir en qu¨¦ sociedad queremos vivir.
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