Una tribu de pigmeos protagoniza un filme sobre la deforestaci¨®n

La tribu pigmea de los bak¨¢, que habita en la selva ecuatorial africana, tiene miedo. La caza escasea, los animales parecen haber desaparecido pero lo que causa m¨¢s pavor a sus miembros es que Eyengui, su dios, ha dejado de hablarles en sus sue?os. Para un pigmeo Eyengui y selva significan la misma cosa. Su h¨¢bitat es su dios, y algo debe ocurrirle cuando ha dejado de mandarles mensajes en la noche. La tribu encabezada por su l¨ªder Aguend¨¦ decide explorar la selva para averiguar qu¨¦ ocurre. Lo que descubren es mucho peor de lo que pudieron imaginar.

Parece el inicio de una leyenda, pero es el arranque de un filme, Eyengui, el dios del sue?o, basado en unos hechos que vivieron los protagonistas del filme, la tribu n¨®mada de los bak¨¢, que se localiza entre Camer¨²n y la Rep¨²blica Centroafricana. Jos¨¦ Manuel Novoa dirige esta producci¨®n de El Deseo -productora de los Almod¨®var- y Transglobe, de Javier Linares.

Este documental se centra en una de las principales amenazas que sufren los pueblos pigmeos, la desforestaci¨®n. Novoa conoci¨® hace dos a?os esta historia por los propios pigmeos durante el rodaje del documental Los ¨²ltimos n¨®madas. "Es algo que est¨¢ ocurriendo en todo el mundo, en lugares como Paraguay, Malasia o Costa de Marfil. Me pareci¨® interesante transmitir este mensaje desde dentro", explic¨® el director en la presentaci¨®n del documental en Barcelona -Madrid y la capital catalana son las ¨²nicas ciudades en las que se proyectar¨¢-. "Aunque no tiene ning¨²n elemento de ficci¨®n, tampoco lo considerar¨ªa un documental. Se trata de una pel¨ªcula que contiene una historia bonita que muestra otra cultura que hay que empezar a respetar", dijo Novoa.

El rodaje no fue f¨¢cil. Lo peor, las constantes trabas puestas por las polic¨ªas y ej¨¦rcitos de Camer¨²n y la Rep¨²blica Centroafricana deseosos de llevarse la mordida. Encontrar al protagonista del filme tambi¨¦n result¨® especialmente complicado. "Hicimos un casting entre cerca de 200 pigmeos y no encontr¨¢bamos al protagonista. Incluso pens¨¦ en cambiar el gui¨®n. Finalmente, apareci¨® Aguend¨¦, un actor nato. Pero el problema es que ¨¦l no era el jefe de la tribu. Tuve largas conversaciones con Kalo, el verdadero jefe, para que aceptara que Aguend¨¦ lo suplantara". El director reconoce que para convencer a los 300 pigmeos de que intervinieran en la pel¨ªcula recurri¨® al trueque. El sueldo: machetes, f¨®sforos, l¨¢mparas, velas, caramelos, tabaco y licores. "Nos ve¨ªan como si fu¨¦ramos extraterrestres. Sinceramente, espero no haber alterado demasiado sus vidas. Me cuestion¨¦ muchas veces si era bueno o no que estuvi¨¦ramos all¨ª".