El Guggenheim recorre los caminos de la "invenci¨®n permanente" de Dubuffet
La antol¨®gica 'Huella de una aventura' re¨²ne 150 pinturas, esculturas, dibujos y grabados
Hasta pasados los 40 a?os, Jean Dubuffet (Le Havre, 1901-Par¨ªs, 1985) no se decidi¨® a abandonar el negocio familiar de venta de vinos para dedicarse plenamente al arte. A partir de su inter¨¦s por el arte bruto, obras espont¨¢neas creadas por deficientes mentales o ni?os, comenz¨® a desarrollar una incesante b¨²squeda art¨ªstica m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites establecidos. El Museo Guggenheim Bilbao inaugur¨® ayer una exposici¨®n antol¨®gica que recoge dibujos, grabados, pintura y escultura de Dubuffet, "la diversidad de un hombre que cre¨ªa que la obra de arte era una invenci¨®n permanente".
Jean Dubuffet. Huella de una aventura muestra 150 obras creadas entre el comienzo de la d¨¦cada de los cuarenta hasta pocos a?os antes de su muerte. El director de la Fundaci¨®n Dubuffet, Fran?ois Gibault, record¨® ayer que en esas cuatro d¨¦cadas Dubuffet fue dibujante, grabador, pintor y escultor, y tambi¨¦n m¨²sico y escritor. "La exposici¨®n muestra la diversidad de su obra. Era un artista que siempre estaba autocuestion¨¢ndose, en un proceso de creaci¨®n constante. Buscaba algo que no encontraba", dijo. "La obra de Dubuffet era una invenci¨®n permanente".
La muestra est¨¢ estructurada en los tres periodos de trabajo que se sucedieron cronol¨®gicamente. Su trabajo de los a?os cuarenta y cincuenta rompi¨® con la tradici¨®n francesa, se inspiraba en el arte bruto de ni?os y discapacitados mentales, e investigaba con nuevos materiales que tomaba de la naturaleza. Son las obras de la ¨¦poca en la que dec¨ªa que "los cuadros ejecutados r¨¢pidamente y sin esfuerzo ni artificio, como los de los ni?os, pueden ser tanto o m¨¢s eficaces que las pinturas acad¨¦micas".
Buena parte de la exposici¨®n recoge la obra sobre papel realizada por Dubuffet, desde dibujos de peque?o formato a las series de grabados. "Con las obras sobre papel hemos querido tejer un hilo rojo que recorre toda la exposici¨®n", explic¨® una de las comisarias de Huella de una aventura, Caroline Messensse. "Tratamos de documentar un recorrido que va desde ese punto de partida a la obra sobre lienzo y que, posteriormente, puede acabar en una construcci¨®n p¨²blica de 1.600 metros cuadrados. Sobre el papel probaba si sus b¨²squedas llegaban a algo".
El punto ¨¢lgido del recorrido por la antol¨®gica llega con la serie L'Hourloupe, que agrupa las obras m¨¢s conocidas de Dubuffet, con formas y figuras creadas bas¨¢ndose en casillas delimitadas por un grueso contorno, con la paleta de color limitada al rojo, azul y negro. L'Hourloupe fue adem¨¢s la serie que m¨¢s se prolong¨® en el tiempo: Dubuffet trabaj¨® en ella desde 1962 hasta 1974. "L'Hourloupe es un nombre inventado por su resonancia", dej¨® escrito el autor. "En franc¨¦s evoca al mismo tiempo un personaje m¨¢gico y grotesco, y tambi¨¦n algo tr¨¢gicamente rugiente y amenazador".
En los 12 a?os de desarrollo de L'Hourloupe, en plena madurez art¨ªstica, Dubuffet incluso dio un paso m¨¢s en la evoluci¨®n desde el papel a las obras en tres dimensiones, introduciendo el movimiento. Dubuffet cre¨® cientos de practicables, dibujos de L'Hourloupe ampliados y recortados sobre cart¨®n para ser movidos por actores sobre un escenario, creando un tableau anim¨¦ (cuadro animado).
Un centenar de practicables -animales, figuras humanas con elaborados trajes y hasta edificios- formaron el tableau anim¨¦ Coucou Bazar, una representaci¨®n de 50 minutos sin trama narrativa, que s¨®lo se ha representado tres veces: en el Guggenheim de Nueva York y en el Petit Palais de Par¨ªs en 1973 y, cinco a?os m¨¢s tarde, en Tur¨ªn. Hasta el Guggenheim Bilbao ha llegado una selecci¨®n de 25 figuras del Coucou Bazar, que se presentan imponentes sobre un escenario negro, pero permanecen inm¨®viles. La fragilidad de las piezas impide que se muevan como quer¨ªa el artista. S¨®lo un v¨ªdeo de la actuaci¨®n celebrada en Tur¨ªn ofrece a los visitantes la visi¨®n del cuadro en movimiento. .
Con 73 a?os, Dubuffet cerr¨® L'Hourloupe para "volver a empezar de nuevo", destac¨® la comisaria. En las cinco series que cierran la exposici¨®n, el artista fue abandonando la atenci¨®n por la representaci¨®n y los materiales, tan importantes en su obra anterior. "Estaba enfermo y pintaba los cuadros por trozos peque?os que sosten¨ªa con imanes sobre una superficie met¨¢lica y luego iba pegando", se?alo Gibault. En la ¨²ltima serie de su vida, Non-lieux (no lugares), la obra se reduce a pinceladas de color, "el acto esencial de pintar", sin referencia alguna al mundo material.
Soledad y libertad
Fran?ois Gibault descubri¨® en sus a?os de contacto directo con Jean Dubuffet que la soledad y la libertad marcaron una carrera art¨ªstica de comienzo tard¨ªo. "No perteneci¨® a ninguna escuela ni camarilla de artistas", subray¨®. "Era un solitario al que no le gustaba salir ni viajar; trabajaba en la soledad total, sin registrar influencias, y haciendo lo que quer¨ªa y c¨®mo ¨¦l quer¨ªa".
Gibault, presidente de la Fundaci¨®n Dubuffet, creada en los a?os setenta por el propio artista para que velara por su obra tras su muerte, afirm¨® que el artista nunca atendi¨® la opini¨®n de los cr¨ªticos de arte. "La libertad del creador impacta. Su acto de creaci¨®n es una expresi¨®n de libertad y amor al pr¨®jimo, al que dirig¨ªa su obra, y a la belleza".
La exposici¨®n muestra al dibujante, grabador, pintor y escultor, pero Gibault destaca tambi¨¦n su talento musical y literario. La fundaci¨®n publicar¨¢ en breve una antolog¨ªa de sus escritos. "Era un artista en todos los sentidos y un hombre extremadamente inteligente".
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