Racha europea del Atl¨¦tico

Contin¨²a la racha. La quinta victoria consecutiva del Atl¨¦tico, una sucesi¨®n de ¨¦xitos desconocida desde el a?o 1996, cuando el equipo gan¨® la Liga y la Copa, se coci¨® con los mismos ingredientes de las anteriores, aunque con m¨¢s facilidad: el talento, aunque disperso, de Fernando Torres, la lucha de Nikolaidis, y la claridad, aunque menos, de Jorge. En este caso, tambi¨¦n se sum¨® la banda derecha al completo, Gaspar y Novo, y el sentido de la anticipaci¨®n de Lequi. Tambi¨¦n tuvo su cuota de responsabilidad la debilidad del rival, el Villarreal. Una endeblez que su t¨¦cnico, Benito Floro, achac¨® tras el encuentro a un "problema de cabeza".

El equipo rojiblanco empez¨® el partido despreciando las posibilidades del centro del campo. Largos pelotazos a las bandas o a la resistencia de Torres, brillante en el regate pero acelerado en la finalizaci¨®n y el pase, y Nikolaidis de espaldas a la porter¨ªa. Jorge apenas interven¨ªa. De los Santos estaba incrustado entre los centrales y Musampa abandonaba el costado para practicar la guerra de guerrillas por el centro. Y, a¨²n as¨ª, las oportunidades eran del Atl¨¦tico. El Villarreal, lent¨ªsimo, no era capaz de dar tres pases seguidos, lastrado por una direcci¨®n a c¨¢mara lenta de Coloccini y Josico. Tambi¨¦n por la deserci¨®n formal de Riquelme. En resumen, el Villarreal no era capaz de pasar del centro del campo y se tir¨® toda la primera parte sin verle la cara a Juanma.

El Atl¨¦tico, en vista de que le regalaban el bal¨®n, decidi¨® darle un uso m¨¢s pr¨¢ctico que el de lanzar largos balonazos a las bandas. Jorge pidi¨® la pelota y la banda derecha, con un entonado Novo, se convirti¨® en una lanzadera.

Fernando Torres, que abus¨® en exceso del regate, no necesitaba ya retrasar su posici¨®n hasta el centro del campo, donde quedaba diluido. Y Nikolaidis pod¨ªa ver el bal¨®n acercarse sin confundirlo con un misil tierra-aire. El cordob¨¦s tambi¨¦n fue el protagonista del gol. Vio a Nikolaidis en el punto de penalti y le utiliz¨® de pared para quedarse solo ante Reina, aunque algo escorado y con poco ¨¢ngulo. Cruz¨® la pelota al palo contrario y marc¨®.

Precisamente, tras el gol, el Atl¨¦tico retras¨® la presi¨®n y dej¨® tocar algo el bal¨®n al Villarreal, que lanz¨® por primera vez a puerta en el segundo tiempo tras una jugada de Riquelme. Los castellonenses, m¨¢s que mejorar, aprovecharon que el Atl¨¦tico se hab¨ªa apuntado a la ley del m¨ªnimo esfuerzo. Mantuvieron el ritmo cansino, pero consiguieron traspasar la l¨ªnea del centro del campo. Todo un logro.

Los cambios en las bandas en el segundo tiempo entre Guayre, que pas¨® a la derecha y Jos¨¦ Mari, el ex rojiblanco, que sustituy¨® a Pedro Mart¨ª y se situ¨® en la izquierda, tambi¨¦n contribuyeron a maquillar la espesura del equipo de Floro. La resurrecci¨®n de Riquelme ayud¨® a que el partido no se diese por cerrado mucho antes de el pitido final. Un par de pases en profundidad a Guayre y Anderson, que no llegaron por poco, y una falta que se fue fuera tras golpear en el palo fueron la aportaci¨®n del argentino para adecentar su curr¨ªculum en el choque.

Manzano tambi¨¦n movi¨® el banquillo. Meti¨® a Ibagaza en la izquierda, por Musampa. Poco despu¨¦s, tras ver c¨®mo funcionaba el argentino con Jorge, sustituy¨® al canario por Nano. Ibagaza recuper¨® la posici¨®n de mediapunta. En los pocos minutos que comparti¨® con Jorge, Ibagaza particip¨® bastante poco.

Dio igual. Para entonces la quinta victoria consecutiva ya la ten¨ªa el Atl¨¦tico bien guardada en el bolsillo.