La vida despu¨¦s del positivo
Sancionado con dos a?os por dopaje con EPO, Alberto Garc¨ªa, el plusmarquista europeo de 3.000 y 5.000 en pista cubierta, se recupera al amparo de Vallecas, preparando su ingreso a la universidad y entren¨¢ndose para volver en el 2005
![Diego Torres](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F905d2291-3bc7-4951-9b10-14c4000df79f.png?auth=71540af241da7b2d45e7ccd8aac79de09feb0b15263f9f39b72b24c67ae654b5&width=100&height=100&smart=true)
"Me despertaba y era una pesadilla", dice Alberto Garc¨ªa. "Ten¨ªa miedo de estar dos a?os levant¨¢ndome por la ma?ana sin ganas de hacer nada, sin ganas de luchar por la vida ni nada. Era como un zombi. Esa etapa ha pasado y gracias a los estudios me he quitado mucho tiempo y se me pasan los d¨ªas volando".
Alberto Garc¨ªa, sigue siendo motivo de orgullo para sus vecinos de Vallecas despu¨¦s del positivo por EPO que le dej¨® medio insomne y que cort¨® su progresi¨®n fabulosa en los 5.000 metros, en el mes de mayo. El que llamaban Et¨ªope, tras reponerse del golpe, asegura que sigue corriendo a ritmo africano en la Casa de Campo. Se entrena pensando en reaparecer en 2005, despu¨¦s de la suspensi¨®n, pero lo hace con una nueva conciencia. Su novia, Elena, lo ha matriculado en el curso de selectividad para mayores de 25 a?os que organiza la Universidad Complutense. Vislumbra la retirada pensando en hacerse fisioterapeuta. Ha salido de la depresi¨®n y se ha dejado crecer el pelo. A sus 32 a?os la melena rubia, m¨¢s que a fondista, le proporciona un aire a surfero.
"Creo que biol¨®gicamente no tengo 32 a?os. En el Mundial de 2005 har¨¦ 5.000"
Su novia, Elena, lo ha matriculado en el curso de selectividad para mayores de 25
El 17 de mayo pasado Alberto Garc¨ªa se descolg¨® de lo m¨¢s alto del atletismo espa?ol cuando anunci¨® que hab¨ªa dado positivo por eritropoietina (EPO). Inmediatamente declar¨® su inocencia. Pero el an¨¢lisis de sangre y orina practicado a 23 atletas por los t¨¦cnicos del laboratorio del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), en Lausana el 28 de marzo, fue la mayor operaci¨®n de detecci¨®n de EPO de la historia. Un golpe avasallador cuya metodolog¨ªa presum¨ªa de una precisi¨®n inusitada. El resultado supuso el freno a una progresi¨®n espectacular. La del primer y ¨²nico atleta no africano en quedar cuarto en la prueba de 5.000 metros en unos mundiales (Edmonton, 2001), campe¨®n de 5.000 del Europeo de 2002 al aire libre, r¨¦cord espa?ol de 5.000 desde 1998, y r¨¦cord de Europa en 3.000, y en 5.000 en pista cubierta con 13.11,39 minutos. A partir de mayo, Garc¨ªa entr¨® en el lado oscuro de la fama.
"?Lo que te han hecho esos cabrones!", le dice un tendero. "?Qu¨¦ cabrones!", repite un vecino. "?Vaya mafia!", atestigua otro. En los ¨²ltimos meses, los vallecanos han pasado de alentar a su corredor m¨¢s querido a identificarse con ¨¦l como hacen los pueblos con sus h¨¦roes tr¨¢gicos. Garc¨ªa es su Cristo coronado de espinas.
El n¨²cleo duro de Garc¨ªa vive en el sitio donde creci¨® y comenz¨® a correr: la colonia de Fontarr¨®n. Dice Alfonso, mientras apura un orujo en el Mes¨®n Tino, que Palomeras era como una Arcadia, con sus "calles de tierra", sus "casas bajas", sus "humedades" en las paredes y sus reuniones multitudinarias el 31 de diciembre. "Los Garc¨ªa eran de all¨ª", recuerda; "all¨ª, todos nos conoc¨ªamos". "Aqu¨ª", es decir, en Fontarr¨®n, no hay ese sentimiento comunitario. Se trata de un complejo habitacional de ladrillo visto donde el Ayuntamiento traslad¨® a unas 500 familias, en 1980. Con su iglesia, sus tres mercados y sus 22 bares, los bloques se entrelazan en una madeja de calles que siempre llevan el mismo nombre. Es el barrio con menos renta per c¨¢pita del distrito de Moratalaz (unos 8.900 euros en 1999) aunque la autov¨ªa de Valencia la aproxima geogr¨¢ficamente al distrito de Puente de Vallecas.
"Yo soy un trabajador del atletismo", explica Garc¨ªa; "m¨¢s que por disfrutar, corro por trabajo. S¨®lo que ahora he cambiado la mentalidad. Mi motivaci¨®n ahora es el estudio y el entrenamiento una forma de evadirme".
S¨®lo visita Fontarr¨®n para ver a sus padres. Vive en la villa de Vallecas con su novia. Se levanta todos los d¨ªas a las ocho y media, desayuna, y se monta en su BMW -"un capricho que me di hace cuatro a?os, y que espero me dure toda la vida"- para ir a las pistas del INEF. El coche es un recuerdo de mejores tiempos. "No hay becas ni nada", reconoce; "y es comprensible que Adidas [su sp¨®nsor] no tire el dinero con alguien que no puede correr. La realidad es que voy a estar dos a?os sin ganar un duro. Vivir¨¦ de los ahorros. Para casarme tendr¨¦ que esperar a volver a competir".
En la residencia Blume, Garc¨ªa se une a su habitual grupo de compa?eros. Fabi¨¢n Roncero, Jos¨¦ R¨ªos y los chavales que est¨¢n empezando, Arturo, Roberto, Oscar y Joaqu¨ªn. Cogen las zapatillas y se van al circuito de tierra del bosque de la Casa de Campo para hacer series de 4.000. "Mis compa?eros me han ayudado mucho porque siempre creyeron en mi inocencia", confiesa. "Al principio me preguntaba lo que pensar¨ªan. Me preocupaba porque soy un ejemplo para los m¨¢s j¨®venes".
Garc¨ªa ni se plantea moverse de los 5.000 a una distancia m¨¢s larga y m¨¢s tolerable para los 34 a?os que tendr¨¢ en 2005. "Creo que voy a romper esquemas", aventura. "Empec¨¦ muy tarde en este deporte, a los 17 a?os. Tengo 32 pero creo que biol¨®gicamente no los tengo. Me he cuidado mucho, no he tenido ning¨²n tipo de lesi¨®n, y en el Mundial de 2005 har¨¦ 5.000 y para el Europeo de 2006, en Oslo, cambiar¨¦ de distancia. El invierno que viene quedar¨¢ poco para la competici¨®n y tendr¨¦ que entrenar m¨¢s fuerte. Y el d¨ªa de ma?ana tendr¨¦ una carrera de fisio. A lo mejor pongo una cl¨ªnica y termino dando gracias por el positivo, porque de otra forma no lo habr¨ªa logrado".
El entrenamiento se acaba sobre la una y media y por las tardes acude a clases, a la Facultad de Odontolog¨ªa los lunes y mi¨¦rcoles. Un poco de Biolog¨ªa, otro poco de Franc¨¦s, otro de Literatura, algo de Geolog¨ªa y bastante Qu¨ªmica. Su novia, licenciada en Administraci¨®n de Empresas, no entiende de atletismo ni practica deportes. Pero le da otro sentido a su vida. "Yo no me sent¨ªa capacitado", dice. "Y gracias a ella me he metido a estudiar como nunca hab¨ªa estudiado. Me lo propuso y como le dije que no, me apunt¨® sin contar conmigo. Me oblig¨®. Ahora noto que es como el entrenamiento. A medida que pasan los d¨ªas la capacidad de retenci¨®n es mayor. Es un reto, una competici¨®n m¨¢s. Como un campeonato".
Marcelino y Antonia, sus padres, viven en un piso que parece un museo. Tapizado de fotos y trofeos. Marcelino, que est¨¢ jubilado del taller de carpinter¨ªa met¨¢lica, lleva el positivo como un atentado. "Lo vivo como una injusticia", dice; "porque nadie se lo cree. Ha sido una equivocaci¨®n, un fallo de esta gente
[la IAAF, el cuerpo rector del atletismo mundial]. Si ¨¦l lo hab¨ªa conseguido todo, ?para qu¨¦ se va a meter esas cosas?".
En el Mes¨®n Tino un cartel parece se?alar la idiosincrasia reinante: Hoy es un buen d¨ªa, pero ya vendr¨¢ alguien a joderlo. Con la misma indignaci¨®n que Marcelino, un parroquiano formula su tesis: "Los m¨¦dicos te dan cosas y t¨² ni te enteras".
Ciertos m¨¦dicos, ciertos pol¨ªticos, ciertos laboratorios, ciertos organismos internacionales y ciertos poderes f¨¢cticos en torno a los atletas africanos, componen una nebulosa que en Vallecas se conoce como "los cabrones".
"En el sistema hay algo que falla", asegura Garc¨ªa. "En cualquier momento me pueden hacer un control por sorpresa y el ¨²nico derecho que tengo es seguir pasando controles. Y no tengo nada que ocultar. Lo que me parece rid¨ªculo es que si no estoy recibiendo ninguna ayuda, sin estar federado, tenga que avisar si me quiero ir con mi novia un fin de semana. Tienen mi n¨²mero, el de mis padres, el de mi novia... Y no me vale es que me digan que el control puede fallar una en mil veces. Ese fallo implica a una persona".
La sombra de la discriminaci¨®n, la marginalidad y la conspiraci¨®n, sobrevuela el sentimiento de Garc¨ªa y sus vecinos. "Me hace gracia", dice el atleta; "que se diga que si un marroqu¨ª, un keniano y un et¨ªope corren por debajo de 13 minutos [en 5.000 metros], se diga que tienen calidad, y si lo hace un blanco sorprenda. Prefiero no pensar en muchas cosas. Parece que en el fondo s¨®lo puede haber corredores de color. Pero quedan muchos a?os para demostrar que esa teor¨ªa est¨¢ equivocada, que los de Vallecas tambi¨¦n corremos".
![Alberto Garc¨ªa se estira en la pista del INEF, tras el entrenamiento, el viernes pasado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TKKKXYGVC2YDQ6AW2RAMBSFWY4.jpg?auth=16b0e1a7e53bf6329fe09a24a94147fdd6ad86b99506071feca3027c30d15db8&width=414)
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